Yves Vaillancourt, especialista
canadiense
en democracia participativa |
Al construir políticas
públicas sin participación de la sociedad
El propio Estado mexicano
vulnera la democracia
Un Estado que trabaja por su cuenta,
sin integrar
la opinión de la gente, es burocrático,
autoritario
y vertical: Vaillancourt
Edith Escalón
México necesita un Estado con voluntad de atender
las demandas sociales, animar la participación
colectiva en la discusión de los problemas comunes
y, sobre todo, integrar las propuestas ciudadanas a
las políticas públicas, aseguró
en la Universidad Veracruzana (UV) Yves Vaillancourt,
especialista canadiense en democracia participativa.
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“Es el propio Estado mexicano el que vulnera la democracia
al construir políticas públicas sin participación
de la sociedad”, dijo el investigador que desde la Universidad
de Quebec ha realizado investigación sobre prácticas
y políticas sociales en esa región.
Explicó que en los últimos 20 años, las
políticas públicas estatales en Quebec se han
transformado gracias al impulso de grupos sociales, entre
ellos mujeres, trabajadores, organizaciones comunitarias y
sindicatos, esto, en la conferencia que dio a universitarios
del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales
(IIH-S) de la UV.
“La sociedad civil ha sido capaz de influir en las políticas
públicas, hacer que el Estado responda a sus demandas
y necesidades, y el Estado capaz de escucharlas e integrarlas,
por lo menos en algunos casos, cuando ambos buscan fortalecer
la democracia mejorando los mecanismos de participación
social”.
Es en ese contexto en el que se han creado en Quebec guarderías
para niños de madres trabajadoras, empleos para mujeres,
servicios de atención a domicilio para gente con discapacidades,
viviendas para adultos mayores, y más de mil centros
para la pequeña infancia que garantizan el desarrollo
de los niños aunque sean de escasos recursos.
“No son organizaciones estatales ni con fines de lucro,
tienen una autonomía frente al Estado pero cuentan
con su ayuda financiera y una regulación que permite
su permanencia, su continuidad para el bienestar de la infancia”.
Estados autoritarios
En entrevista, el especialista en políticas públicas
aseguró que cuando un Estado trabaja por su cuenta,
sin integrar la opinión de la gente, se convierte en
un Estado burocrático, autoritario y vertical: “Es
un error pensar que puede actuar solo, si lo hace significa
que no tiene espíritu de equipo ni voluntad de integrar
la opinión de los actores de la sociedad”.
Dijo que es fácil pensar, en el contexto mexicano,
que hay una tradición de autoritarismo centralizado
en el nivel de la política federal y estatal, que tiene
dificultades para abrirse a las demandas sociales, de permitir
la participación de la gente en la deliberación
nacional.
Sin embargo, confió en que la tendencia es hacia la
inclusión: “En los próximos 10 ó
20 años vamos a ver más ejemplos de nuevas políticas
públicas desarrolladas con la participación
más amplia de actores del mercado del trabajo y la
sociedad civil, pero el impulso, aunque suene trillado, debe
venir de la gente”.
Aunque aceptó que en la discusión colectiva
para crear políticas públicas está siempre
latente el peligro del corporativismo, de que pesen más
las opiniones de algunos líderes con poder político,
dijo que esa condición se superará cuando haya
más y mejor organización ciudadana y dirigentes
capaces de poner los intereses públicos por encima
de los grupales, sectoriales o particulares.
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