Día Internacional de la Mujer
Es innegable el cambio de rol de la mujer:
universitarios
Los varones opinan:
• Hemos padecido una especie de cultura
misógina: Omar Gasca
• La cultura sigue siendo dominantemente machista: M.
A. Casillas
• El nuevo papel de la mujer no viene de una concesión
social, sino de la revaloración de las propias mujeres:
Félix Darío Báez
Marcelo Sánchez Cruz
La segunda mitad del siglo XX marcó
una nueva era para las mujeres en el ámbito profesional,
pues previamente eran muy escasas las oportunidades que tenían
para una preparación académica. A pesar de esta
apertura, en un inicio sólo podían entrar en
disciplinas específicas, consideradas como extensiones
de su rol como cuidadoras del hogar –educadora o enfermera–,
pero poco a poco se fueron abriendo las posibilidades hacia
todas las disciplinas del conocimiento.
“En términos generales yo creo que siempre ha
habido mujeres que han hecho una obra importante pero que
no aparecen en la historia porque nadie las vio o nadie les
dio importancia. Hemos padecido una especie de cultura misógina
que siempre ha descalificado o intentado ignorar la presencia
de la mujer, cuando su presencia es algo que ocupa otros espacios
más allá de lo doméstico. Y desde los
años cincuenta a la fecha hay mujeres que han ocupado
espacios a los que antes no llegaban, no porque no quisieran,
sino porque no se les permitía”, explicó
Omar Gasca, académico de la Facultad de Artes Plásticas
de la Universidad Veracruzana (UV).
Ejemplos de mujeres que desempeñaron papeles relevantes
en un mundo masculino como Catalina la Grande, Sor Juana Inés
de la Cruz, la escultora francesa Camille Claudel, la escritora
norteamericana Harriet Beecher Stowe, no hacen más
que confirmar que la capacidad femenina ha estado siempre
presente y que es en la actualidad cuando se presenta en su
máximo potencial.
En las disciplinas no hay sexo que valga: Magdalena
Hernández
“A pesar de siglos de marginación a la mujer,
ésta no perdió un ápice de inteligencia;
es decir, en el momento que tuvo la oportunidad se integró
al mundo profesional al mismo nivel que los varones y participa
en todas las disciplinas, demostrando así que en éstas
no hay sexo que valga y que se tienen abiertas las puertas
en la academia”, afirmó Magdalena Hernández
Alarcón, directora del Área Académica
de Humanidades.
La entrada al ámbito profesional no ha sido fácil
para el género femenino: históricamente han
tenido que enfrentar cuestionamientos y críticas y
aunque esto comienza a cambiar todavía se perciben
ciertos sesgos en el trato.
“El problema del género atraviesa muchas esferas
de la sociedad y una de sus características principales
es que hay un principio de desigualdad derivado de una vieja
historia de exclusión social de las mujeres; aún
ahora, con iguales méritos e iguales capacidades, ellas
encuentran mayores dificultades. La cultura sigue siendo dominantemente
machista; claro, más en unos espacios que en otros:
los mundos de la política y la ciencia son espacios
predominantemente masculinos mientras que la docencia y la
enseñanza ya son espacios mixtos. Aunque también
hay espacios femeninos”, comentó Miguel Ángel
Casillas Alvarado, director del Instituto de Investigaciones
en Educación de la UV.
El nuevo papel de la mujer no fue una concesión
social: Félix Darío Báez
Se reconoce cada vez más el rol de la mujer en la sociedad
y es gracias a un esfuerzo individual que se refleja en el
colectivo social.
“Actualmente la mujer comienza a empoderarse de diferentes
escenarios de decisión social en terrenos como la economía,
la política, la religión. Muchas veces son ellas
quienes empujan proyectos importantes de desarrollo y planeación,
pero este posicionamiento no viene de una concesión
social, sino de la revalorización personal que ha permitido
a la mujer desarrollar una conciencia individual de su papel
en la sociedad”, opinó Félix Darío
Báez Galván, director de la Facultad de Antropología.
Esta apertura se da en dos sentidos: en los campos profesionales
establecidos primeramente como masculinos ha permeado la presencia
femenina y en los campos de acción profesional aceptados
por tradición como femeninos se va dando cada vez más
la presencia de los varones.
“Ha costado bastante que se acepte a la carrera de Enfermería
como una opción profesional, precisamente porque la
mayoría de quienes la integramos somos mujeres. Hoy,
hablamos de casi 40 por ciento de varones en nuestra profesión,
pues cada día se reconocen más las diferentes
opciones de especialización que esta carrera conlleva”,
explicó Yolanda Méndez Grajales, directora de
la Facultad de Enfermería.
Asimismo, este incremento de la participación femenina
en el terreno profesional ha llevado a una adecuación
de los roles que a nivel personal y social juegan ambos géneros
en la actualidad.
“En este momento no hay un parámetro para encasillar
lo femenino y lo masculino. Hay más bien una hibridación
de los roles, una reconversión donde no se hace una
distinción totalitaria; hay mujeres que actualmente
no quieren ser madres, cuando antes la maternidad era el fundamento
de la feminidad”, añadió Báez Galván.
Por su parte, Casillas Alvarado explicó que “tenemos
una era donde los viejos valores dejan de tener vigencia y
se toman nuevos referentes culturales; en este reajuste de
valores las mujeres cobran un nuevo papel en la medida que
se van empoderando. Estamos viendo una enorme revolución
cultural que tiene mucho que ver con la entrad a de las mujeres
a las universidades.
”Se ha desarrollado también una nueva masculinidad
donde hay hombres comprometidos con la crianza de los hijos,
con la colaboración de las labores domésticas.
Aunque aún está muy arraigado el concepto de
dominación masculina, va cambiando en diferentes sectores”,
dijo.
En el mundo académico es donde más
se ha avanzado
El reto de una participación igualitaria en el terreno
profesional entre hombres y mujeres no es fácil. La
única manera de superarlo es mediante un esfuerzo constante
y permanente que valore la capacidad y el talento antes que
el género. Y ha sido en el terreno académico
donde más se han podido allanar asperezas.
Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología
de Xalapa, aseguró al respecto: “A mí
me ha ido muy bien; aunque sí me he enfrentado en mi
vida con cuestionamientos. Por ejemplo, cuando decidí
estudiar Arqueología mucha gente me dijo que era una
carrera de hombres. Y muy a menudo, cuando las mujeres son
exitosas profesionalmente y cometen algún error se
dice: ‘Es que es mujer’. Nunca he escuchado que
a algún hombre lo descalifiquen de la misma manera;
pero poco a poco yo, al igual que muchas mujeres, con trabajo,
perseverancia y eficiencia, estamos mandando un mensaje de
que sí podemos”.
Magdalena Hernández Alarcón refirió que
en la UV “las últimas administraciones han abierto
ampliamente el espacio a las mujeres. La actual, por ejemplo,
tiene muchas colaboradoras femeninas en altos cargos. Yo misma
soy testimonio de esta situación y considero que mi
entorno es bastante positivo. No creo que haya ningún
cuestionamiento respecto de mi desempeño por el hecho
de ser mujer y en eso también influyen mis jefes y
colaboradores”, refirió.
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