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Afirma Adalberto
Noyola, director del Instituto de Ingeniería
de la UNAM
Falta voluntad política
y social para
mejorar calidad de aguas residuales
A nivel nacional, sólo
se trata 35 por ciento de
las aguas del drenaje para su uso
Marcelo Sánchez
Cruz
Mejorar la calidad de las aguas residuales
es un tema de voluntad política pero también
requiere una decisión de la sociedad, dijo
Adalberto Noyola, director del Instituto de Ingeniería
de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM).
El experto señaló que la tecnología
necesaria para tratar aguas residuales requiere mantenimiento
para su correcta operación, por lo que si en
una ciudad se tiene el recurso para la instalación
de una planta de tratamiento pero se carece de los
medios económicos para su funcionamiento, se
desperdicia una infraestructura de mucha utilidad
para la ecología.
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“Tan sólo en la Ciudad de México se reciclan
de 40 a 45 metros cúbicos por segundo para riego agrícola
con aguas crudas, sin tratamiento. El reciclado con agua tratada
es muy poco, no más de 10 por ciento del agua que sale
de los drenajes de la ciudad se trata para su reuso. Esto,
aparte del grave problema sanitario, es un claro ejemplo del
mal aprovechamiento que se da de las aguas residuales en el
país”, explicó.
Noyola comentó que se tiene 85 por ciento de captación
del agua vertida en drenajes provenientes de ciudades, de
la cual aproximadamente 35 por ciento se trata para su reutilización;
en el caso del agua industrial es aún menor, pues sólo
se recicla cerca de 20 por ciento.
”Es necesario que la gente entienda que el tratamiento
del agua cuesta, y que si yo uso el agua y la ensucio, es
mi responsabilidad pagar para que se pueda tratar y se regrese
al ambiente o se reuse en forma adecuada; si la ciudadanía
no está dispuesta a pagar en las tarifas de suministro
de agua potable un factor que diga ‘tratamiento de aguas
residuales’, difícilmente se va a poder avanzar
en forma constante”, afirmó Adalberto Noyola.
A decir del doctor en tratamiento de aguas residuales por
la Universidad de Toulouse, Francia, el cuidado del agua tiene
que comenzar por una mejor distribución, las redes
municipales registran fugas de alrededor de 35 por ciento
de agua que se pierde por fugas o mala operación. Si
esto se lograra reducir a un 25 ó 20 por ciento, como
son los estándares internacionales, sería un
gran paso porque se aprovecharía ese 10 por ciento
que entra a las redes pero no está siendo utilizada,
por lo que es imprescindible evitar fugas, crear la conciencia
del costo del agua, principalmente en los usuarios domésticos,
e implementar dispositivos de bajo consumo.
El otro punto importante en el tratamiento de aguas residuales
es el reuso, tratar el agua bien para que se pueda destinar
con toda confianza al que debiera ser su uso principal: la
agricultura, que es la actividad económica que más
agua demanda.
“El 75 por ciento del agua que se usa en México
se destina a riego, hay mucho por hacer, entregar agua tratada
de buena calidad para que el agricultor ya no extraiga agua
de los acuíferos o de los ríos y ésta
se pueda destinar a las ciudades y a la industria, y se debe
buscar tener un riego eficiente, tecnificarlo de manera que
se consuma menos agua”.
Noyola asegura que es necesario reconsiderar el uso del agua
incluso a nivel doméstico, donde se consume más
líquido de manera innecesaria en el sanitario, pues
a pesar de tener dispositivos de bajo consumo, descargar de
seis a ocho litros cada vez que se emplea es un gran desperdicio
para el cual no se necesitaría agua potable.
“La propuesta que se está haciendo ahora con
los nuevos edificios llamados verdes es el uso de la doble
tubería, que emplea agua potable para el uso en cocina,
lavabos y regaderas, y agua tratada para uso en sanitarios,
mingitorios y riego de jardines, pero cuenta con la opción
de utilizar agua potable en caso de una falla en la planta
de tratamiento”, asegura.
Sin embargo, eso es difícil implementarlo en edificaciones
ya construidas pues resulta muy costoso, por lo cual las recomendaciones
son revisar periódicamente el estado de las tuberías
para evitar fugas y utilizar lo más racionadamente
posible el líquido, aun con dispositivos ahorradores
implementados.
El gran problema del reuso es el costo, pues el agua en México
tiene subsidios muy fuertes, se paga mucho menos de lo que
realmente cuesta el servicio, y mientras esto sea así
se tendrá la percepción de que el agua tratada
cuesta mucho más que el agua potable, porque sí
se paga por el tratamiento del agua, entonces.
“Los subsidios deben seguir para quien realmente lo
necesite, para las colonias populares, para los agricultores,
pero el problema es que ahora es parejo, y mientras no se
pague por los servicios lo que cuestan, mientras el ciudadano
no comprenda que se debe pagar tanto el verdadero costo del
agua potable como de el agua tratada, el reuso va a ser una
quimera, no va a ser una solución, y el reuso es una
verdadera solución para no acabar con los acuíferos
cercanos, pues ahora cada vez se debe ir más y más
lejos para proveer de agua a los centros urbanos”, concluyó
Adalberto Noyola.
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