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Año 9 / No. 362 / Julio 6 de 2009 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

El sistema de justicia mexicano es un desastre monumental: Alberto Olvera

Se requiere, dijo, de un cambio constitucional que resuelva cómo hacer gobernable una democracia que tiene tres partidos principales

“Los presidentes municipales están pensando qué cargo ocupar después, se roban el dinero en el tercer año a toda velocidad porque se les acaba el tiempo y hacen pactos con quien no deben porque están obligados a ello”, comentó

Alma Espinosa

El sistema de justicia mexicano es un desastre monumental y el orden constitucional que lo sustenta apenas empieza a ser tocado por una reforma judicial, que ha iniciado por la periferia traducida en juicios orales, en vez de entrar por lo sustantivo, que es el problema del ministerio público, aseguró el investigador de la Universidad Veracruzana (UV) Alberto Olvera Rivera.

La reforma judicial pudiera tomar como base distintos modelos internacionales que han tenido éxito en cuanto a la función del ministerio público, a la par con esto debe darse de manera inevitable una reforma constitucional, advirtió Alberto Olvera durante el seminario “Democracia, procesos electorales y participación ciudadana”, organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la UV y la Universidad Autónoma Metropolitana.


Alberto Olvera Rivera, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV

El académico comentó que la Suprema Corte de Justicia sólo resuelve conflictos entre poderes y niveles de gobierno, y no es activa en cuanto a la consolidación del derecho de la ciudadanía, que es lo que hacen otras cortes en un periodo de transición a la democracia.

El maestro y doctor en Sociología aseguró que México tiene una reproducción moderna del autoritarismo pasado. Negó que sea posible decir que existe un régimen democrático en el sentido más radical de la palabra. Se requiere, dijo, de un cambio constitucional que además resuelva un problema añejo: cómo hacer gobernable una democracia que tiene tres partidos principales.

“No veo claramente cómo se pueda resolver esto a corto plazo. Un sistema presidencialista con un poder legislativo relativamente fuerte puede, a lo mejor, funcionar con dos partidos principales, pero con tres necesita otras formas de equilibrio”, explicó el académico.

Respecto del autoritarismo moderno, recordó que la no reelección era el mecanismo perfecto para lograr el título de
régimen autoritario porque permitía un presidente con poder absoluto durante seis años, sin poder legislativo tal como lo conocemos, con poderes locales totalmente acotados, sin recursos y con plazos cortos de gobierno. De tal forma que el poder federal central determinaba el resto del funcionamiento del Estado.

Lo anterior no se ha cambiado y lo que ahora se observa es que, por ejemplo, los gobiernos municipales democráticos reproducen las prácticas de gobiernos priístas anteriores porque la estructura sigue siendo la misma. “Los presidentes municipales están pensando qué cargo ocupar después, se roban el dinero en el tercer año a toda velocidad porque se les acaba el tiempo y hacen pactos con quien no deben porque están obligados a ello”, comentó.

Respecto de la Constitución Mexicana, dijo que debe ser rediseñada por los poderes públicos y debe constituir un Poder Legislativo digno de ese nombre y un Poder Judicial verdaderamente autónomo y operativo que garantice el acceso a la justicia, permita transparencia y una renovación del pacto federal donde queden claramente delimitadas las competencias y haya efectiva democratización de la vida pública local.