
La OSX con Limantour al frente, en
la residencia oficial de Los Pinos
OSX: ochenta años de historia/ II
Jorge Vázquez Pacheco
El 5 de septiembre de 1944, mediante un oficio con el sello
del Poder Ejecutivo del Estado y del Departamento Universitario,
se otorgó el nombramiento de “Director huésped”
a José Ives Limantour, lo cual habría de ser
una decisión inesperada, pero que marcó la apertura
de la segunda etapa en la existencia de la Orquesta Sinfónica
de Xalapa (OSX).
Juan Lomán aún era el director titular, pero
la designación de Limantour abrió las puertas
a quien sería el generador de muchas significativas
jornadas.
La insuficiencia del presupuesto era notoria, el dinero para
viáticos en giras no permitía siquiera el suficiente
consumo de alimentos para cada uno de los instrumentistas,
de modo que se procedió a la creación de una
asociación
civil que se encargaría se conjuntar patrocinadores
y aportar fondos para el mejor funcionamiento.
Así, el 1 de diciembre de 1944 se constituyó
legalmente la Asociación Civil Orquesta Sinfónica
de Xalapa, que inició sus funciones formalmente el
2 de enero de 1945. El primer Consejo Directivo se estructuró
de la siguiente forma: presidente, el entonces gobernador
Jorge Cerdán; vicepresidente, Miguel Aguillón
Guzmán; tesorero, Eugenio Tena Ramírez; vocal
primero, Adolfo Domínguez, y vocal segundo, Eulalio
Aguirre.
Adolfo Ruiz Cortines, gobernador de 1944 a 1948, apoyó
decididamente el buen desempeño de la OSX. El grupo
de funcionarios de la Asociación redobló esfuerzos
con la intención de obtener más recursos monetarios
y se decidió buscar aportadores en la Ciudad de México,
ante la imperiosa necesidad de dotar a los músicos
de salarios decorosos.
Ésta había sido una de las exigencias de Limantour:
el músico debe vivir para la música misma; por
lo tanto, merece las consideraciones que todo artista debe
recibir. Por añadidura, la personalidad y el singular
estilo de este director –expresivo, flexible y dinámico–
atraían sobremanera la atención del público.
Si antes los conciertos se veían concurridos por la
gente que asistía siguiendo al gobernador Cerdán,
más que por escuchar música sinfónica,
ahora asistía para seguir de cerca el desempeño
de aquel fogoso joven que, por otra parte, contaba con excelentes
relaciones en el medio artístico de México y
Europa.
El repertorio, además, se nutrió con partituras
de mayor exigencia y se planeó la primera gira que
abarcaría cinco estados de la República. Paulatinamente,
Limantour se hacía de un sitio por derecho propio al
frente de la OSX y para 1945 ya era observado como el sucesor
natural de Juan Lomán.
Limantour, con el compositor
Carlos Chávez y el gobernador Jorge Cerdán
|
Los artistas-leyenda
Hábil en el podio, en la administración
y en las relaciones públicas, Limantour se propuso
lograr prodigios desde el primer momento y traer a Xalapa
figuras artísticas que al paso del tiempo serían
legendarias. De esta forma, el primero en su lista era
el violinista de origen polaco Henryk Szeryng, quien se
hizo presente para participar en el Primer Festival Beethoven
Xalapeño, en el mes de julio, y terminó
por aparecer como solista en un total de ocho ocasiones,
tan sólo en 1945.
En octubre de ese mismo año, el formidable pianista
chileno Claudio Arrau visitó Xalapa para interpretar
los conciertos Primero y Quinto para piano y orquesta,
de Beethoven. Para ese entonces, el Consejo Directivo
de la Asociación Civil OSX había logrado
la conjunción de un buen número de firmas
comerciales e instituciones dispuestas a hacer llegar
a la Orquesta una cantidad monetaria periódica. |
Se formó entonces el Comité Patrocinador en
la Ciudad de México, integrado por una prolongada lista
de personalidades encabezada por Miguel Alemán Valdés,
con empresas como Petróleos Mexicanos y la Sociedad
Nacional de Productores de Alcohol, entre muchas otras. En
diciembre de 1945 se suma a la promoción de la OSX
la histórica Asociación Musical Daniel, al organizar
una serie de tres conciertos en el Palacio de Bellas Artes,
con los solistas Esperanza Cruz al piano, la soprano Irma
González y el violinista Henryk Szeryng.
Las críticas fueron del todo positivas para el conjunto,
los solistas y, muy especialmente, para un director que muchos
habían identificado apenas unos años antes como
“un prometedor talento” y que ahora estaba al
frente de un conjunto que, procedente de la provincia, se
erigía ante los capitalinos como un increíble
milagro artístico.
A su regreso a Xalapa, siguió rindiendo frutos la labor
de Ives Limantour. Era increíble que a sus convocatorias
respondiesen afirmativamente muchos artistas de gran renombre
y, por consiguiente, de altas pretensiones monetarias. En
1946 vinieron a tocar con la OSX el pianista Carlos Okhuysen
y el violinista Higinio Ruvalcaba, pero el “campanazo”
de la época resultó la presencia de Hans Kindler,
director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington
y cuya relevancia le había hecho merecedor de la dedicatoria
de una obra del compositor judío-suizo Ernst Bloch.
Para sorpresa de todos, y con apenas unas semanas de diferencia,
se hizo presente también el célebre pianista
ruso Alexander Uninsky, todos en el modesto Teatro Lerdo.
Para 1947, la continuidad en el trabajo creador se sostiene
de excelente forma y uno de los nombres extraordinarios que
aparecen en los programas de la OSX es el de la soprano Mercedes
Caraza, depositaria de elogios significativos por parte de
Ernesto Lecuona. Ampliado considerablemente el alcance del
repertorio, la OSX aborda muchísimas obras que resultan
ser estrenos nacionales: Richard Strauss, Benjamin Britten,
Serguei Prokofiev, entre otros. Las obras de estos genios
de la música del siglo XX se hacen escuchar por vez
primera en el recinto de aquella esquina en
las calles de Clavijero y Altamirano, en el centro de la ciudad
de Xalapa.
Homenaje a Carlos Chávez,
en el Teatro Lerdo,
antes Teatro Cauz |
Cómo descubrir talentos
Limantour tenía aquello que muchos denominan “olfato”.
Varios de los músicos que nutrieron las filas de
la OSX fueron descubiertos por él casi al azar,
sin proponérselo siquiera. Uno de estos casos fue
el de Francisco Sánchez.
Adelfo, hijo del maestro Francisco Sánchez y actualmente
violinista de fina en la OSX, corrobora los detalles relacionados
con el ingreso de su padre al organismo. Venían
de la Ciudad de México y se detuvieron en el poblado
de San Salvador el Seco, en el estado de Puebla, para
comer algo en los puestos instalados a orilla de carretera
y, de paso, en busca de un baño. Entonces oyeron
una banda pueblerina y algunos se acercaron para observar
el desempeño de aquellos músicos. Ya desde
lo lejos, Limantour había captado el sonido de
la tuba, de buena afinación y amplia sonoridad.
Dijo que le esperaran, que iba a hablar con el de la tuba.
Era evidente que el tubista de El Seco tenía más
que una simple idea de lo que hacía. El director
de Orquesta esperó hasta el final de la audición,
charló unos minutos con el instrumentista y, al
final, éste se integró a la OSX, con la
que permaneció hasta que se retiró de la
actividad musical. Don Francisco Sánchez aún
vive y radica en Xalapa. |
Otros casos semejantes fueron el flautista Antonio N. Guzmán,
ex integrante de la compañía de títeres
de la familia Rosete Aranda, y el clarinetista tlaxcalteca
Máximo Romero. Su natural intuición les permitió
un desempeño de gran importancia en la vida musical
de Xalapa y, por lo mismo, se han convertido en personajes
legendarios.
La poderosa convocatoria de Limantour y la OSX era respondida
favorablemente por personalidades como Carlos Pellicer, quien
fue el narrador del texto en el cuento sinfónico Pedro
y el lobo de Prokofiev, en un concierto de homenaje a las
madres veracruzanas realizado en el Estadio Xalapeño.
A su vez, el maestro hispano-mexicano Rodolfo Halffter dedicó
a Limantour la partitura de la suite de su música para
el ballet La madrugada del panadero, obra que, desde luego,
fue estrenada por la OSX.
¿Una orquesta de esquiroles?
Miguel Alemán Valdés asumió la presidencia
de la República el primer día de diciembre de
1946. Casi dos años después, en septiembre de
1948, se dio una circunstancia inesperada y propiciatoria
para el abordaje de otro de los desafíos que habría
de enfrentar la OSX: el Teatro de Bellas Artes cumplía
14 años de su fundación y no había orquesta
participante para la temporada de ópera planeada.
Un conflicto laboral, desencadenado hacia el interior de la
Orquesta Sinfónica Nacional, obligaba a la cancelación
si no se contaba con el auxilio de otra orquesta. Esto motivó
la invitación para la Sinfónica de Xalapa, y
la petición procedía de la mismísima
Presidencia de la República.
Con ello, se depositaba sobre la OSX no sólo el duro
compromiso artístico de asumir las funciones que eran
responsabilidad de un conjunto respetable como la Sinfónica
Nacional de México, también se intentaba “reventar”
las pretensiones de quienes se había atrevido a exigir
mejoras en sus salarios y prestaciones.
Los resultados artísticos de aquella incursión
fueron importantes. Limantour y la OSX registraron excelentes
participaciones en las óperas programadas: Mefistófeles
de Arrigo Boito, La Traviata de Giuseppe Verdi, Carmen de
Georges Bizet, Orfeo de Gluck y Haensel y Gretel de Humperdinck,
a las que se sumaron las creaciones líricas de tres
compositores nacionales: Elena del xalapeño Eduardo
Hernández Moncada, Carlota de Luis Sandi y La mulata
de Córdoba de José Pablo Moncayo.
Al finalizar aquel año se dio la
oportunidad de una nueva gira nacional, ahora hacia los
estados de Guanajuato, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Chihuahua
y Nuevo León, todo aquello en sólo nueve
días. Los viajes no serían por carretera,
se había destinado el servicio de dos aviones DC
3, con lo que la OSX se convertía en el primer
organismo sinfónico de México en ser movilizado
por vía aérea. El reporte en torno de las
actividades arroja un total de 62 conciertos, 35 de ellos
en el estado de Veracruz, 16 en el Distrito Federal y
11 en otras entidades de la República.
Llegó el año de 1949 y el país entero
observaba como esta orquesta provinciana, surgida de un
impulso casi imperceptible para los capitalinos, consumaba
la proeza de alcanzar la edad de 20 años. Limantour
viajó a Europa para presentarse en París,
Bruselas y Viena mientras la Orquesta enfrentaba las eternas
limitaciones económicas; no obstante, continuaba
con su actividad hacia el interior del estado de Veracruz
y asumió la responsabilidad de otra gira nacional,
de nueva cuenta por aire y hacia el norte del país:
Baja California, Chihuahua y Nuevo León. |
Detalle de la asistencia a
un concierto de la OSX
en el Teatro Lerdo |
Sin embargo, la flamante, sorprendente y elogiada OSX, en
el año de su vigésimo aniversario volvía
a enfrentar severos y amenazantes problemas económicos.
Ello obligó a una reducción de su base laboral,
y ésta se redujo drásticamente de 55 a 44 músicos.
Para continuar funcionando adecuadamente, la OSX requería
de un incremento monetario imposible de conseguir, con lo
que se dio la irregularidad en los pagos a los integrantes
y, como consecuencia, el recorte citado. Pero no existía
ni la intención de bajar la guardia; quienes se quedaron
estaban dispuestos a la multiplicación de esfuerzos;
una tenacidad sorprendente surgía de forma espontánea
y sin importar las escasas e impuntuales remuneraciones.
En 1950, la OSX abrió el año con un concierto
en el Teatro Macedonio Alcalá de Oaxaca y lo concluyó
en diciembre con la presencia de la contralto Josefina Aguilar,
conocida como “La Chacha”. A Aguilar correspondió
la primera audición en Xalapa de un ciclo de lieder
que aún ahora es escasamente interpretado: Des Knaben
Wunderhorn (El cuerno mágico del doncel) de Gustav
Mahler, entonces un auténtico desconocido.
En su temporada de primavera, en la que se incluyó
un par de conciertos en el Teatro de Bellas Artes, inició
como solista al piano la inolvidable Alicia Urreta, quien
repitió con la OSX el 24 de marzo en Bellas Artes interpretando
la Obertura concertante para piano y orquesta, opus 5, de
Rodolfo Halffter.
El domingo 25 se estrenaba en México la Cuarta sinfonía,
denominada Delicias de Basilea, de Honegger. Esto, combinado
con los cuatro episodios de Rodeo de Aarón Copland,
la Cuarta sinfonía de Johannes Brahms, Janitzio de
Silvestre Revueltas y la primera suite de Carmen de Bizet,
representa un repertorio exigente y variado, lo cual colocaba
a la OSX a la vanguardia de las orquestas nacionales.
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