Aseguró experto en la Cátedra
Gonzalo Aguirre Beltrán
La frontera ya no divide, es eje central del
comercio
En la frontera se encuentran
las grandes contradicciones de ciudadanía y de identidad
cultural
Alma Espinosa
Ya no puede verse a la región transfronteriza
México-Estados Unidos como un lugar para cruzar un
límite nacional, pues se ha convertido en el eje para
el comercio, la mezcla de poblaciones, la experimentación
lingüística y foco de interés académico,
aseguró el académico Carlos G. Vélez-Ibáñez,
durante su conferencia en la Cátedra Gonzalo Aguirre
Beltrán.
La Cátedra instaurada por la Universidad Veracruzana
y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social (CIESAS) del Golfo en honor del antropólogo
Gonzalo Aguirre Beltrán, invitó al profesor
emérito en Antropología por la Universidad de
California para hablar sobre “Un nuevo centro regional
de refugio: el suroeste de los Estados Unidos y el mexicano
norte”.
Al ofrecer su conferencia magistral luego de concluir un curso
dirigido a estudiantes de antropología del CIESAS-Golfo
y la UV como parte de la Cátedra, Carlos Vélez
dijo que es en la frontera donde se encuentran las grandes
contradicciones de ciudadanía, de identidad cultural
y de premisa de un país. En un sentido ejemplar, la
frontera se ha convertido en el centro desde donde poblaciones
viajan a través de ambas naciones.
En la sala de la USBI-Xalapa y a través del sistema
de videoconferencias a los demás campus universitarios,
el académico de la Universidad Estatal de Arizona informó
que en la región de la frontera se han creado regiones
de refugio de tres mil colonias en las que viven miles de
personas que han amexicanado muchos pueblos.
Dichas colonias se establecen en campos baldíos, sin
servicios, escuelas ni infraestructura. Son colonias segregadas
y políticamente débiles; al mismo tiempo sirven
como fuente de trabajo para el suroeste aunque con ingresos
bajos y condiciones malas de salud.
Estos lugares también tienen continua presencia de
las autoridades policiacas en actitudes agresivas. Las colonias
no cuentan con protección del Estado y la cuestión
de salud es tal que se incrementan los altos niveles de enfermedades
crónico degenerativas, como la diabetes.
Durante la conferencia mostró imágenes de los
asentamientos, uno de los cuales se llama Duroville, que hace
alusión exacta a la dureza del ambiente y ville proviene
del idioma inglés que significa población. En
ésta se encuentran cerca de seis mil personas de las
cuales la mayoría son de procedencia mexicana.
Aseguró que si Aguirre Beltrán conociera estos
lugares no dudaría en demandar la intervención
con diversos programas y servicios que ayudaran a la población.
Asimismo, hizo referencia a las marchas multitudinarias que
han realizado los habitantes de EU de origen hispano. Las
concentraciones son organizadas, principalmente, por integrantes
del viejo liderazgo del movimiento chicano, pastores de iglesias
protestantes y católicas, y por personas indocumentadas.
Después de presentar una larga historia de los fenómenos
transfronterizos, expresó que debemos estar agradecidos
con Aguirre Beltrán porque su meta principal era insistir
en que los trabajos académicos deben tener un beneficio
importante para las poblaciones con quienes interactúan
los humanistas, es lo más significativo y trascendente
de sus muchas contribuciones, enfatizó.
Aseguró que se continúan conformando instituciones
con interés en los estudios de migración, salud,
desarrollo comunitario y estudios de medios y cultura transfronteriza.
Finalmente, anunció que con el apoyo de la administración
de la Universidad Estatal de Arizona se abrirá en 2011
una escuela innovadora transfronteriza de investigaciones.
Carlos G. Vélez-Ibáñez,
profesor emérito en Antropología
por la Universidad de California, participó en
la Cátedra Gonzalo Aguirre Beltrán
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