Día Nacional del mamífero
marino
UV: 10 años
de salvar al manatí
A partir de la iniciativa mexicana, Brasil,
Colombia y Estados Unidos
quieren que se eleve a rango internacional el Día del
Manatí
Al tiempo que se informa a la población
sobre la extinción del manatí,
se le ofrece soluciones reales con proyectos sustentables
que generan empleos y recursos económicos
Alma Espinosa
Fue 1999 el año clave en que la Universidad Veracruzana
(UV) irrumpió en el ambiente de conservación
del manatí (Trichechus manatus) al formalizar su lucha
para conservar a este bello mamífero marino, que pocas
personas han visto en su hábitat natural a causa de
la desmedida cacería que lo sentenció a engrosar
las filas de animales en peligro de extinción.
Con la creación en Veracruz del subcomité técnico
consultivo para la conservación, recuperación
y manejo del manatí en México, precisamente
hace 10 años, la UV se colocó como la institución
líder en materia de educación ambiental y difusión,
al tener como representante de esta vocalía a la investigadora
Blanca Cortina Julio, quien se ha dedicado de manera permanente
a trabajar en la protección de los mamíferos
marinos, principalmente del manatí.
Junto con la creación del subcomité y la asignación
de la vocalía a la UV, se decretó que el 7 de
septiembre fuera el Día Nacional del Manatí
y ha sido tal el impacto de esta celebración y el trabajo
que han hecho los estados que tienen presencia del mamífero
acuático (Veracruz, Chiapas, Tabasco y Quintana Roo),
que países como Brasil, Colombia y Estados Unidos están
interesados en que sea una celebración internacional.
En nuestro estado la celebración cobra vida en cada
rincón del municipio de Alvarado, sobre todo en las
comunidades donde el equipo de investigadores de la UV ha
interactuado con la gente, no sólo a través
de talleres sino en la convivencia cotidiana que se ha vuelto
fraternal. Esto gracias al empate de objetivos: proteger y
conservar al manatí encontrando al mismo tiempo alternativas
de productividad para generar recursos.
La celebración cada vez más concurrida pone
al descubierto que el trabajo realizado por Blanca Cortina
junto con el maestro Enrique Portilla Ochoa y otros miembros
del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB),
así como estudiantes de licenciatura y posgrado, es
integral y que toma como punto de partida la cuestión
social y la concienciación de los habitantes de las
comunidades con quienes se trabaja.
Después de una década de haber comenzado el
proyecto «Educación ambiental y planeación
participativa para la conservación del manatí
en el sistema lagunar de Alvarado», los resultados son
muchos como la creación de la campaña permanente
de conservación y la impartición de talleres
a niños y pescadores del municipio, que juntos han
dado como resultado la disminución de la caza del mamífero
herbívoro. Si bien la meta idónea sería
que se terminara esta actividad, pero todavía existen
comunidades que por su lejanía no han sido visitadas
por los universitarios.
De acuerdo con Blanca Cortina, los talleres de educación
ambiental han sido fundamentales para informar sobre la importancia
del manatí en el ecosistema y crear conciencia en los
habitantes de la zona manglar de Alvarado; conocer los problemas
de los habitantes y saber por qué había persistido
la caza del manatí.
Al mismo tiempo que se les dice que el manatí está
en grave peligro de extinción, se les dan soluciones
reales con proyectos sustentables que generan empleos y recursos
económicos. De esta forma se logra que los habitantes
muestren un cambio de actitud y disminuyan la cacería.
¿Por qué es atractiva la cacería del
manatí? El principal atrayente de esta actividad es
el consumo de su carne, la transformación de sus huesos
en harinas, la utilización de los huesos del oído
para curar el asma de los niños y de su piel debido
a su resistencia y utilidad en la construcción de carretas,
por ejemplo.
Sin embargo, el manatí es también llamado vaca
marina porque se alimenta de plantas como algas, lirios y
pastos marinos, en cantidades que van de 10 a 40 kilos. Tal
característica lo convierte en el exterminador ideal
de plagas de lirio, el cual dificulta la maniobra de los lancheros
y, peor aún, estas plantas impiden que la luz solar
llegue a las especies acuáticas que la requieren para
vivir.
Estación biológica
Gracias al trabajo de campo se logró conformar
un grupo numeroso de aliados que brindan información
valiosa sobre avistamientos y costumbres del animal. Y
destaca esta labor porque las personas que participan
en las investigaciones son las mismas que anteriormente
se dedicaban a la cacería. Incluso el IIB ha recibido
donaciones de esqueletos de manatí.
El contacto con los niños también ha rendido
frutos invaluables. La investigadora recordó una
anécdota en la que un grupo de pescadores llevó
a su comunidad un manatí y los niños del
lugar, quienes tenían poco de haber platicado con
ella, se opusieron a que sacrificaran al animal al defenderlo
con sus pequeños cuerpos. Fue tal su determinación
que convencieron a los pescadores y los acompañaron
para verificar que lo devolvieran al agua. |
Los hijos de pescadores se
han convertido en los principales defensores del manatí
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Todos los pequeños aliados de la conservación
del manatí integran el club infantil “Herederos
del Humedal”. Conformado desde 2004, en este club no
sólo tienen cabida los niños, también
sus padres pescadores ribereños del Humedal de Alvarado
que viven en las comunidades de Nacaste, Costa de San Juan,
Pajarillos y Santa Catarina.
De acuerdo con la investigadora, a partir de este año
comenzará una nueva etapa en el plan de protección
y conservación del manatí. Con base en ese objetivo,
ya se tiene planeada la construcción de una estación
biológica que albergará varios proyectos como
el Centro de Rehabilitación del Manatí.
La estación se ubicará en un predio de Nacaste
que pertenece a la cooperativa “Mujeres Trabajando”,
la cual además de proteger al manatí desarrolla
proyectos como el cultivo de pargo cerezo, mojarra tilapia
y almeja gallo.
El Centro será el primero en el país y estará
coordinado por la UV. Su principal objetivo será continuar
con la conservación de la especie y proteger a todos
aquellos animales que lleguen heridos y/o albergar las crías
huérfanas. Además, contribuirá a solucionar
el problema de espacio que persiste en el Acuario de Veracruz,
pues las siguientes crías ya no podrán permanecer
ahí y se trasladarán a los estanques del Centro.
Blanca Cortina |
Para asegurar el éxito de este lugar
se tomará como referencia una experiencia brasileña
en la que además de beneficiar a los animales,
también se procura un medio de subsistencia para
la comunidad. En días próximos se recibirá
personal de Brasil para asesorar a pescadores alvaradeños
y universitarios que participan en la iniciativa creada
por Enrique Portilla y que es coordinada por Blanca Cortina
y la doctora Ibiza Martínez Serrano.
Para tal fin también se cuenta con el respaldo
del Área Académica Biológico-Agropecuaria
de la UV, además de otras organizaciones que siempre
han acompañado al IIB, como la Dirección
de Vinculación de la UV, el Ayuntamiento de Alvarado
y el programa del DIF “Tu decides”.
La propuesta ya fue expuesta y respaldada por el gobierno
del estado de Veracruz; asimismo, gracias a la exposición
del proyecto ante pares de otros países reunidos
recientemente en Atlanta, Georgia, se recibirá
apoyo internacional para las tareas de investigación.
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Cabe destacar que en dicha reunión fue bien recibido
el trabajo de la UV en la materia, incluso varios investigadores
decidieron tomar como ejemplo a nuestra institución
para emprender acciones de conservación y protección
en sus comunidades.
Aunque la ayuda de otros países es necesaria para alcanzar
las metas, es urgente que nosotros como locales hagamos algo
por conservar esta especie pacífica que se distribuyen
desde Estados Unidos (Florida) hasta Brasil. Los universitarios
podemos unirnos a las actividades como los talleres y de difusión,
para ello no importa la carrera que se estudie, simplemente
el entusiasmo y determinación para ayudar a una especie
en extinción.
Con el soporte de más universitarios se puede ampliar
la campaña permanente de conservación, aportar
ideas frescas para llegar a una población mayor, comentar
a todas las personas de nuestro entorno el peligro que corre
la especie de desaparecer, no tirar basura en ríos
y playas.
A las personas con embarcaciones pedirles que no naveguen
a altas velocidades porque pueden dañar a los animales,
cuyo ciclo de vida es de hasta 70 años con periodos
de 12 meses de gestación, la cual ocurre una vez cada
dos o tres años y sólo tienen una cría.
Celebremos al manatí no sólo cada 7 de septiembre.
Festejemos que las acciones de caza han disminuido. Unámonos
para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos conozcan
a este extraño y tímido mamífero marino
que llega a medir cuatro metros, pesa entre 500 y mil kilos
y vive en aguas cálidas y poco profundas.
En la FILU
Debido a que la edición 2009 de la Feria Internacional
del Libro Universitario (FILU) –a realizarse del
11 al 20 de septiembre en la Casa del Lago UV– estará
dedicada al científico inglés Charles Darwin,
habrá un escenario marino, en el cual se tendrá
la exposición Aletas de regreso al agua, organizada
por el IIB, el Área Biológico-Agropecuaria,
el Instituto de Neuroetología, la Unidad de Posgrado
y la Editorial UV.
En este espacio se dará información sobre
la evolución de los mamíferos y las tortugas
marinas. Se explicará cómo primero fueron
animales terrestres y al evolucionar se convirtieron en
animales acuáticos y marinos. En la exposición
se montarán osamentas de mamíferos, incluida
la del manatí; para este caso se instalará
también una figura de tamaño real para que
las personas puedan conocerlo. |
El manatí se cazaba
para consumir su carne, transformar sus huesos en harinas
y medicamentos, y por la resistencia
de su piel |
La FILU también será la oportunidad idónea
para participar en talleres y conferencias sobre manatí,
tortugas y delfines. Para consultar el programa ingrese a
la página www.uv.mx/filu
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