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Año 9 / No. 374 / Octubre 19 de 2009 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Y no deberían desaparecer

Las compañías de danza evidencian la cultura de un país: Lebourges

La coreógrafa recalcó el papel de los universitarios
en construir “otro futuro” para su labor

David Sandoval

Es un hecho que deben existir compañías de danza, ya que pertenecen a la cultura de un país y no pueden desaparecer de una forma tan indigna; por lo tanto, corresponde a los jóvenes estudiantes defender la dignidad de su oficio, aseguró Solange Lebourges, coreógrafa retirada de la desaparecida compañía Ballet Teatro del Espacio.

Como un sencillo homenaje a la memoria de Consuelo Suárez, quien desde hacía 20 años fungía como responsable de todos los trámites burocráticos de la compañía, Lebourges habló a los asistentes al Cuarto Encuentro Nacional de Estudiantes de Danza Contemporánea, cuya sede fue la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana (UV); ahí, se refirió a su propia experiencia en el arte dancístico.

“La desaparición de la compañía Ballet Teatro del Espacio es para mí una tragedia a nivel cultural”, dijo, y calificó tal hecho como testimonio de una carencia de proyecto cultural y la incapacidad de salvaguardar un espacio tan valioso como su propio teatro, además de un repertorio.



Solange Lebourges, coreógrafa retirada del Ballet Teatro del Espacio, habló ante los estudiantes de danza
Señaló que es un gusto hablar con jóvenes bailarines, con la intención de fabricar un destino distinto para la danza: “A los jóvenes les pertenece construir otro futuro para la danza, exigir a las autoridades recursos para la cultura y presencia de la danza en el país, no puede ser solamente un proyecto que inicie un año y termine al siguiente, debe haber una durabilidad”.

Respecto de considerar si las nuevas generaciones tienen la capacidad y preparación para efectuar esta tarea, consideró: “Hay coreógrafos muy buenos y excelentes bailarines, pero las exigencias ante las autoridades culturales deben ser mayores”.

En 40 años de trayectoria, la compañía Ballet Teatro ha forjado un destino para muchos bailarines, aseguró, “y también toca a los jóvenes reivindicar que se preserve este repertorio y en sus propias vidas exigir más continuidad de los proyectos culturales”.

Al referirse a la situación, reconoció que no es un fenómeno único de nuestro país, “atravesamos una crisis mundial, pero también las políticas neoliberales afectan el terreno de lo cultural” en las naciones que adoptan este modelo económico.

El concepto de “empresa cultural” –acuñado por los teóricos del neoliberalismo– como una entidad autosuficiente es un concepto que conviene al modelo, pero “es poco efectivo en un país donde no existe el mecenazgo o el patrocinio ni se descuenta en los impuestos a las empresas para apoyar al arte”, detalló Lebourges.

Debería existir un trabajo de fondo para generar interés por parte de las grandes empresas en subsidiar al arte, sería más efectivo, opinó la coreógrafa, “pero solamente son políticas contables y no se piensa en la necesidad que tiene la población de la cultura y de la danza en particular”.