Sus egresados realizan tesis que las benefician directamente
La UVI contribuye al progreso de comunidades
marginadas
Sus estudiantes y egresados
reconocen el compromiso que tienen con sus comunidades
Sus trabajos de titulación
abordan tradiciones y problemáticas locales y regionales
David Sandoval
Cuatro años han pasado de que la Universidad
Veracruzana Intercultural (UVI), inició su labor educativa
en Veracruz, y su director Sergio Téllez Galván,
informa que van 216 alumnos que han egresado de sus aulas,
jóvenes que materializan el objetivo que dio a luz
a este importante proyecto: contribuir al progreso de las
comunidades marginadas de nuestro estado.
La iniciativa de la UVI se originó en 1996, desde la
dirección del Instituto de Investigaciones en Educación,
y fue en 2005 cuando inició formalmente actividades.
Fue planeada como una institución distribuida en cuatro
localidades enclavadas en distintas regiones de Veracruz,
a quienes ofrece la Licenciatura en Gestión Intercultural
para el Desarrollo.
Las sedes fueron definidas como Huasteca (ubicada en Ixhuatlán
de Madero), Totonacapan (localizada en Espinal), Grandes Montañas
(en el municipio de Tequila) y Selvas (localizada en Huazuntlán),
con la finalidad de abarcar regiones donde se registran importantes
índices de marginación.
Los universitarios que egresaron en este ciclo escolar forman
parte de la primera generación de la Licenciatura en
Gestión Intercultural para el Desarrollo, mediante
la cual se busca colaborar en el progreso de las comunidades,
desde actividades como la gestión y planeación
de proyectos hasta la recuperación de las lenguas indígenas.
En dichas sedes la licenciatura cuenta con perfiles diferenciados
que corresponden a cinco orientaciones: 1) comunicación,
2) sustentabilidad, 3) lenguas, 4) derechos y 5) salud; éstas,
a su vez, mantienen un eje común que permite desarrollar
competencias interculturales y fomentan un esquema de autoempleo
al participar con las organizaciones ciudadanas.
Trabajos recepcionales con las comunidades
Al egresar de la licenciatura, los estudiantes presentaron
un trabajo recepcional que ha involucrado labor de vinculación
en sus propias comunidades o en localidades aledañas
que incluso algunos de ellos desconocían.
Ellos comienzan a involucrarse con las comunidades desde el
primer año de la licenciatura y es ahí cuando
conocen las necesidades e inquietudes de sus habitantes, también
se dan los primeros contactos con las organizaciones civiles.
Posteriormente comienzan a elaborar un trabajo de investigación
con miras a convertirlo en su trabajo recepcional.
Santiago Bautista Cabrera, estudiante de la UVI Huasteca,
realizó “Una mirada crítica al ‘Costumbre’
en Cruz Blanca, Veracruz”, describiendo una práctica
cultural en la que se rinde tributo a los cuatro elementos
de la vida.
Santiago Bautista, hablante de ñuhu –conocido
anteriormente como otomí– y proveniente de la
misma comunidad, explicó que a pesar de que su línea
de investigación ha sido diversa logró terminar
e incluso los médicos tradicionales le ofrecieron realizar
una ceremonia en agradecimiento a su interés por las
costumbres y tradiciones.
Cyntia Mayorga Bautista, de la misma UVI, manifestó:
“Yo aprendí muchas cosas de las distintas comunidades
en las que trabajé”, investigando las causas
y consecuencias de la migración en Felipe Ángeles,
comunidad de La Huasteca; posteriormente realizó una
investigación sobre plantas medicinales en la comunidad
de Xalame y ahí “me di cuenta de muchas cosas
que podemos valorar de nuestra cultura”.
Fabiola Bañuelos Martínez, Diana Gerónimo
Hernández y Luz Selene Martínez Hernández
presentaron el trabajo recepcional “Revitalización
de la tradición del carnaval en un espacio multiétnico
en Ixhuatlán de Madero”, y detallaron: “Empezamos
a trabajar con el tema del carnaval desde segundo semestre”.
Bañuelos Martínez destacó: “Cuando
entré pensé que iba a ser como en las demás
escuelas, no que era salir a comunidades; conocí cosas
que no pensaba, pero no sabía por qué se hacía
el carnaval y su significado; ahora lo sé”.
Conforme los universitarios avanzaron en sus temas de investigación
se dieron cuenta que las nuevas generaciones conocen muy poco
acerca de las tradiciones locales; las conversaciones con
ancianos y personas mayores les permitieron formarse una conciencia
de la situación y de la importancia de su trabajo de
investigación.
Un reconocimiento de las generaciones
Es patente también el compromiso que asumen los universitarios
al reflexionar sobre la importancia que puede tener su investigación,
tanto para su formación como a nivel comunitario, cuando
incluso en algunos casos son las generaciones previas quienes
reconocen la valía de su trabajo, como lo refieren
ellos mismos.
Pedro Luna Hernández y Cecilia Cortés Ramos
presentaron el trabajo recepcional “Desvalorización
y desplazamiento de la lengua totonaca, adquisición
de nuevos patrones culturales. El caso de la comunidad Adolfo
Ruiz Cortines de Coxquihui, Veracruz”.
Mediante su investigación pudieron darse cuenta que
las generaciones jóvenes ya no hablan el totonaco e
incluso no utilizan ni conocen el significado del traje típico;
además, a las personas entrevistadas “les daba
asombro saber que gente joven se interesaba por conocer la
lengua”. En ese momento el apoyo de las personas adultas
se hizo mayor para los universitarios, añadió.
Con “Transformaciones socioculturales a partir de la
presencia de la UVI en Ixhuatlán de Madero”,
Noé Díaz Martínez narra cómo la
UVI comienza a generar cambios: “Decidí elaborar
un guión para un audiovisual o programa de radio, retomando
los resultados de la investigación”.
Y agregó: “En general, creo que todos comparten
la idea de que es una muy buena oportunidad y se sienten contentos
ya que se conocen muchas cosas, puedo ver las cosas desde
otro enfoque”.
“El trabajo común organizado. Una experiencia
civil de diálogo”, es el trabajo recepcional
de Rosi Sánchez Olmedo donde abordó el modelo
de trabajo común organizado que realiza una asociación
civil en la comunidad de Carrizal, mediante el cual gestionan
soluciones ante problemas locales.
“Soy miembro de la comunidad y me interesa mucho saber
cuáles son las formas de organización en ella,
y es muy importante el vínculo que se hizo”,
comentó Sánchez Olmedo. “Estaban orgullosos
de que una alumna de la Universidad Veracruzana se haya interesado
en trabajar con ellos porque los jóvenes simplemente
no están interesados”.
“Cuando fue el inicio de la Universidad nos preguntaron
qué pensábamos hacer, yo dije que quería
ayudar a mi comunidad, yo venía de ahí y quería
hacer algo y siento que lo estoy haciendo”, concluyó
la universitaria.
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