¿Qué tareas realizan los
docentes para que aprendan sus alumnos?
Proyecto Aula: la gran reforma académica
Alma Espinosa
A finales de la década de los noventa,
la Universidad Veracruzana (UV) asumió la necesidad
de dejar atrás el
modelo educativo creado por Napoleón Bonaparte (1769-1821),
que buscaba cubrir las necesidades de un Estado dominante,
para atender los requerimientos de una sociedad moderna y
demandante.
Después de varios años de propuestas y adecuaciones
se impulsó el Modelo Educativo Integral y Flexible
(MEIF) que transformó los programas educativos. El
paradigma dejó de cimentarse en los profesores y su
enseñanza para recaer en los estudiantes, su proceso
de aprendizaje y la generación y consecuente distribución
social de los conocimientos.
El compromiso y trabajo de la UV por transformarse forma parte
de una sinergia internacional. Su incorporación al
Proceso de Bolonia y a la Carta Magna, procesos en los que
se encuentran inmersas las universidades europeas que están
igualmente en transformación, así lo acredita.
Para apuntalar el avance que ha mostrado la UV en la transición
hacia un nuevo paradigma basado en el aprendizaje, esta casa
de estudios se convirtió en la única universidad
en América Latina (AL) en recibir de la Unión
Europea un millón de euros para impulsar los proyectos
Aula e Innova-Cesal. Este último, de carácter
internacional, tiene como fin desarrollar, experimentar y
sistematizar estrategias para la transformación de
la educación superior en AL.
Proyecto Aula
Conforme avanzaba el proceso de transformación de la
UV, se evidenció que la academia requería cambiar.
Necesitaba que cada uno de los integrantes de la planta docente
adoptara un compromiso serio y cabal para innovar en su trabajo
y, en consecuencia, motivar la creatividad y constante cuestionamiento
de los alumnos y crear una dinámica cuyo resultado
fuera el aprendizaje de por vida y consciente de las problemáticas
de su entorno.
De la necesidad de transformar el trabajo académico
surgió el Proyecto Aula, propuesto por el grupo ACET
(Aseguramiento de la Calidad en la Educación y el Trabajo,
SC), liderado por Salvador Malo, director de Investigación
del Instituto Mexicano de la Competitividad y con una amplia
experiencia en investigación, docencia y administración
universitaria. El grupo recibió el respaldo de la Dirección
General de Desarrollo Académico y de su responsable,
Leticia Rodríguez Audirac.
El Proyecto Aula tiene como fin promover la cultura institucional
de innovación continua en la práctica docente
como una estrategia para consolidar el MEIF y el diseño
curricular por competencias. El proceso de transformación
y consolidación de esta cultura ocurrirá cuando
exista una dinámica cotidiana de trabajo entre pares
para la reflexión, documentación e innovación
de su docencia.
Esto es, se trata de una estrategia institucional que busca
orientar la atención del académico a reflexionar
continuamente sobre su práctica docente con la intención
de, a partir del conocimiento de la situación y contexto
de sus alumnos, proponer nuevas acciones que respondan mejor
a las condiciones de aprendizaje que requieren los jóvenes,
quienes deberán vincular sus aprendizajes con propuestas
novedosas y de compromiso con las situaciones y problemáticas
de su entorno.
Aula tiene como base y eje de transformación un enfoque
epistemológico sustentado en el pensamiento complejo
–basado en el pensamiento del francés Edgar Morin–,
el desarrollo de competencias profesionales, la incorporación
de los últimos avances de la investigación y
el uso de las tecnologías de la información
y comunicación.
De acuerdo con Leticia Rodríguez, la estrategia del
Proyecto Aula ha consistido en trabajar bajo un sistema de
cascada; esto es, comenzó con un grupo de 110 profesores
líderes en su área académica o campus
para que posteriormente se conviertan en nuevos facilitadores
de 770 académicos, que a su vez compartirán
con otro número de pares la transformación de
su trabajo, a partir de una pregunta que busca la reflexión
simple y personal, y que desencadena un torrente de cuestionamientos:
¿qué tareas realizan para que aprendan sus alumnos?
Innovar, ¿para qué?
A través de talleres y de la asesoría de los
facilitadores del grupo ACET y de la Dirección de Desarrollo
Académico, se busca que los académicos de manera
voluntaria reflexionen sobre su labor en las aulas. Tras este
proceso de reflexión y mejora, se espera que los académicos
formen estudiantes dispuestos a desatar su imaginación,
la cual está ligada intrínsecamente a la creatividad
y ésta a su vez a la innovación, de acuerdo
con lo comentado por José Blanco Mejía.
El coordinador de asesores de la Rectoría y principal
impulsor del Proyecto Aula, reconoció que debe haber
una transformación total en materia de educación
y ése es el reto de la UV. Para enfrentarlo, la Universidad
apuesta por la innovación para que el estudiante sea
capaz de generar conocimientos que mejoren su entorno.
Aula da los elementos a los profesores para crear estudiantes
innovadores, que se cuestionen y que al mismo tiempo estén
conscientes de lo que hacen; eso es lo que requiere la sociedad.
Para ello el profesor deberá identificar cuál
es el perfil de egreso del programa educativo y qué
tan efectivo es el aprendizaje que propicia en una experiencia
educativa para el logro de competencias.
Para el diseño de estrategias, el profesor debe utilizar
tres ejes. El primero es el pensamiento complejo y la formación
por competencias, ya que el MEIF plantea esta necesidad relacionada
con un enfoque basado en la realidad. El siguiente es que
la docencia esté claramente articulada con la investigación
y que se propicie en los estudiantes un pensamiento inquisitivo,
innovador y creativo.
Y el tercer eje implica aprovechar al máximo las tecnologías
de la información, en este caso específico el
Sistema de Educación Distribuida Eminus para apoyar
la flexibilización del aprendizaje, además del
uso de otros recursos como la Biblioteca Virtual.
Respuesta positiva en los campus
José Blanco aseguró que la universidad no tiene
por qué plantearse como futuro inexorable el de producir
asalariados: el universitario es la capa privilegiada de un
país y su inteligencia; de hecho, los universitarios
deberían ser quienes ofrecieran empleo. Por tal razón,
se impulsa el Proyecto Aula, que finalmente provocará
que los egresados sean innovadores, creativos y emprendedores.
El largo plazo empieza hoy con la búsqueda de que el
estudiante se convierta en el protagonista del proceso educativo
y se transforme la figura del profesor que sólo “se
tira un rollo”, por uno que sea autoconsciente de su
labor y se cuestione con el fin de mejorar.
Ante esta perspectiva, hace un año los integrantes
del grupo ACET y de la Dirección de Desarrollo Académico
se reunieron para garantizar la orientación del Proyecto
Aula a los principios y objetivos del MEIF y darlo a los directivos
de todas las áreas académicas, vicerrectorías,
de la UV Intercultural, del Sistema de Educación Abierta,
los centros de idiomas y de autoacceso.
Posteriormente se invitó, a través de directores
de las dependencias, a 110 académicos para que participaran
de forma voluntaria en un taller de una semana para diseñar
estrategias innovadoras, incorporarlas a una experiencia educativa,
llevarlas a la práctica y sistematizarlas y documentarlas.
Esta era la primera parte del compromiso del centenar de académicos.
La segunda parte implica que cada profesor comparta su experiencia
con al menos 10 académicos para trabajar en el mismo
proceso de transformación. Del primer grupo, Leticia
Rodríguez comentó que fue muy crítico
con base en sus experiencias académicas, lo cual contribuyó
a realizar adecuaciones; otro beneficio fue el mejoramiento
del sistema Eminus.
En septiembre de este año comenzó a trabajar
el segundo grupo conformado por alrededor de 770 académicos,
quienes han mostrado una gran disposición y entusiasmo
para transformar su práctica, como se evidenció
en los talleres que se organizaron en cada campus universitario.
Debido a la estrategia que emplea el Proyecto Aula no fue
posible incorporar a los más de cinco mil académicos
de la UV de una sola vez; sin embargo, las experiencias se
están multiplicando y con cada participante se transmiten
nuevas experiencias y se agrega una mejoría al plan
inicial de transformar los procesos educativos de la UV.
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