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En El Paisano, municipio de Las Vigas
de Ramírez
Octava Casa de la Universidad
Entre otros servicios, ofrecerá
atención odontológica, nutricional y pedagógica
Esta Casa es un excelente ejemplo
de las buenas prácticas de trabajo en comunidad: Alejandro
Moreno
Deben elegir entre un cepillo
dental de 10 pesos y un kilo de frijoles: Aldo Amador
Alma Espinosa
Los niños con sus caritas sucias y chapeadas por el
frío, los hombres que van cambiando el sombrero por
una gorra cuyo anuncio poco interesa a quien la porta, mujeres
de manos recias y cansadas. Todos reunidos con un sólo
propósito: la Casa de la Universidad Veracruzana (UV)
“Camino de pensamientos”.
La comunidad de El Paisano, del municipio de Las Vigas de
Ramírez, vio por fin cumplido un sueño que comenzó
hace tres años: la construcción de un espacio
propio donde tienen la oportunidad de trabajar con la única
finalidad de mejorar su calidad de vida.
Este sueño inició cuando el Voluntariado de
la UV, presidido por Patricia Faisal León, emprendió
la tarea de llevar el nombre de nuestra Universidad a las
zonas donde requieren apoyo. No hizo falta alejarse mucho
de la capital para encontrar poblaciones en condiciones de
alarmante pobreza, pero con muchas ganas de salir adelante,
como ellos mismos lo dicen.
La ruta que emprendió fue hacia la montaña,
las comunidades cercanas a las Lajas y al Cofre de Perote.
Fue así que se llegó a El Paisano, una comunidad
de poco más de mil habitantes que se encuentra a casi
20 kilómetros de la carretera Xalapa-Perote.
El clima frío en la mayor parte del año se compensa
por momentos cuando “pega” el sol. Las casas multicolores
son modestas, muchas con techos de lámina y de arquitectura
sencilla. Todas se sitúan alrededor de una presa que
también denota una disminución de litros por
metro cuadrado. Este cuerpo de agua sirve tanto a las personas
como a los animales de granja.
Enclavada en la montaña está la comunidad de
El Paisano, la cual a partir de ahora estará más
cobijada por la UV. Esto gracias al impulso de una treintena
de mujeres decididas a cambiar la resignación por el
trabajo y el aprendizaje. El liderazgo de Patricia Faisal
fue decisivo para alcanzar una meta que se veía lejana
e incluso irrealizable.
UV, sinónimo de apoyo incondicional
En su búsqueda por distribuir socialmente el conocimiento,
la UV impulsa desde hace muchos años un programa permanente
de apoyo a las comunidades más necesitadas, mediante
la presencia de universitarios que impulsen programas de atención
y desarrollo.
De esta forma se crearon, con la de El Paisano, ocho Casas
de la UV en diferentes puntos del estado, cuya operación
está a cargo de estudiantes que pertenecen a las Brigadas
Universitarias de Servicio Social (BUSS).
La Casa de El Paisano –inaugurada por el rector Raúl
Arias Lovillo, Patricia Faisal y funcionarios de la UV y del
municipio de Las Vigas– representa la síntesis
de los trabajos que se han venido desarrollando a raíz
de las necesidades planteadas por las mujeres de la comunidad,
comentó el antropólogo Alejandro Moreno Hernández,
director de Vinculación General.
Esta Casa es un excelente ejemplo de las buenas prácticas
de trabajo en comunidad, donde ya comenzaron a desarrollarse
proyectos y generar iniciativas que apoyen la adecuación
del inmueble para proporcionar servicios.
Además, se ha trabajado de cerca con la administración
del presidente municipal de Las Vigas, José Hernández
Mendoza, quien compró el terreno y lo donó para
la construcción de la Casa y de lo que será
próximamente un centro de salud.
José Hernández se mostró agradecido y
muy comprometido con la UV, quien proporciona un apoyo invaluable
para todo Veracruz y en particular para la región.
Adelantó que en su segundo informe de gobierno expresará
que la UV ha sido fundamental para su gestión y que
continuará trabajando de manera coordinada.
Pero, las protagonistas de la construcción de la octava
Casa de la UV son las integrantes del Taller de Costura y
Bordado. Su presidenta María del Rocío Hernández
Martínez, coincidió con el alcalde al reconocer
la intervención de la UV para que además de
permitirles generar ingresos para el sustento familiar y gastos
personales, las apoya para sentirse mejor emocionalmente y
así siempre tienen ganas de seguir trabajando.
Para Leticia Torres Guzmán hay mayor presión
porque debe incrementar su producción y obtener más
ingresos. Éstos no son regulares, aclaró, pues
depende de la época del año y de la situación
económica; como consecuencia, en la Feria Internacional
del Libro Universitario (FILU) 2009 no tuvieron los mismos
ingresos que en la edición pasada.
El apoyo incondicional del Voluntariado de la UV con la comunidad
de El Paisano también ha motivado a involucrar más
universitarios, por ejemplo en la atención y contención
de un brote de Hepatitis, organización de talleres
de lecto-escritura, instalación de letrinas secas,
y la organización anual de la carrera pedestre “La
tierra tiene vida corre por ella”, un evento de gran
calidez humana donde se combinan el ejercicio y la conciencia
sobre la protección del medio ambiente.
De acuerdo con Patricia Faisal, siempre es gratificante trabajar
con las personas que muestran mucho entusiasmo y ganas de
salir adelante. Esto los motiva para emprender acciones como
el festival UVFest, cuya ganancia por la realización
de actividades artísticas se destinó para la
construcción de la Casa en el terreno donado por el
Ayuntamiento.
El Programa de Diversificación Productiva de la UV
(Diprouv) también colabora con la comunidad al trabajar
hombro a hombro en la construcción de invernaderos.
Asimismo, se apoya en la cría de ganado y en la construcción
de un taller de carpintería.
Dos integrantes de la Camerata Coral de la Facultad de Música
ya trabajan con los niños para enseñarles a
cantar, lo cual será más fácil ahora
que cuentan con un espacio cerrado. Además, adelantó
que en las siguientes semanas llegarán estudiantes
de Nutrición con un proyecto de trabajo adecuado para
la población.
Faisal León destacó que los retos que tienen
enfrente es acabar la construcción y acondicionar la
Casa, la cual fue cimentada con la idea de requerir pocos
recursos para su mantenimiento. Aunado a ello, seguirán
impulsando proyectos de los que se puedan apropiar los habitantes.
Los servicios
Todo comenzó cuando en un pequeño espacio empezaron
a reunirse mujeres de todas las edades para tomar clases de
costura y bordado y platicar sus cuitas, porque qué
reconforta más el alma que compartir alegrías,
sufrimientos y esperanzas.
Semana a semana el taller “Camino de pensamientos”
fue mejorando los productos, lo cual hizo imperativo salir
a venderlos. Nuevamente el Voluntariado de la UV realizó
la tarea de buscar un lugar donde comercializarlo y encontró
un nicho en Popularte, World Trade Center y la FILU.
Con una visión empresarial realizan manualidades según
la época del año; por ejemplo, para navidad
cambian las figuras coloridas de servilletas y manteles por
las nochebuenas. Además, en esta época elaboran
hermosas coronas con follaje de pino, lo cual desprende un
aroma que da la bienvenida a las casas donde
se coloca.
Para ingresar al mundo empresarial de manera formal, fue necesario
que las mujeres tuvieran conocimientos básicos de matemáticas
y, desde luego, aprendieran a leer y escribir. Ante tales
prioridades, la UV las apoya para que concluyan sus estudios
de primaria y secundaria, con el respaldo del Instituto Veracruzano
de Educación para los Adultos (IVEA).
El IVEA provee el material pedagógico y entrega los
reconocimientos con validez oficial, mientras que los capacitadores
son de las aulas de la UV. Algunas integrantes del grupo de
bordadoras ya concluyeron la secundaria, por lo que están
interesadas en continuar sus estudios de bachillerato y para
apoyarlas la Casa de la UV contará con un centro de
cómputo.
De acuerdo con el coordinador de la Casa, José Fierros
Reyes, lo primero que está pendiente es la instalación
de un consultorio odontológico, para después
buscar más equipo y mobiliario que es fundamental para
su funcionamiento integral.
Para Antonio Martínez Arriaga, coordinador de las BUSS
en El Paisano la necesidad principal de los habitantes es
la de subsistir, y son los universitarios los encargados de
procurar que esto se realice de la mejor manera.
Con base en ello, se buscará la asistencia de brigadistas
que no sólo acudan por tratarse de una experiencia
académica, sino con la intención de proporcionar
herramientas que sirvan a la comunidad y desarrollar proyectos
al tiempo que nutren su formación profesional.
Son los integrantes de las BUSS quienes proporcionan a los
habitantes servicios de salud que incluyen odontología,
bioanálisis, nutrición y enfermería.
En general, de todas las áreas académicas hay
presencia, pues lo mismo importan las humanidades, las artes
y la cuestión biológico-agropecuaria.
Tales servicios se proporcionarán en “Camino
de pensamientos”, y para comenzar, Aldo Ahinn Amador
Llamas es el primer prestador de servicio de Odontología,
cuyo primer programa será proporcionar pláticas
informativas para prevenir enfermedades bucales, principalmente
entre la población infantil. Para los adultos se enfocará
en la colocación de piezas faltantes y atenderá
con especial interés a las personas con diabetes.
En entrevista, Aldo Amador aseguró que en una zona
tan alejada de la ciudad tiene mayores posibilidades de generar
más experiencia, al tiempo que se adapta a las condiciones
que se le presentan en el entorno. Como ejemplo, citó
la dificultad de las personas para elegir entre un cepillo
dental cuyo costo es de 10 pesos y un kilo de frijoles.
De esta forma, la comunidad de la UV ve el avance de un proyecto
que inició hace tres años con un grupo de mujeres.
Es el momento de propiciar un trabajo conjunto en el que se
tenga una meta en común: el mejoramiento de la calidad
de vida de los veracruzanos.
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