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Año 10 • No. 398 • Mayo 17 de 2010 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

X aniversario del Centro de Ciencias de la Tierra

Dos terceras partes de la población veracruzana viven en zonas de riesgo

Atendemos las consultas y demandas de la sociedad bajo la premisa de darle a la gente información verídica y útil:
Sergio Rodríguez

Sólo un adecuado conocimiento del territorio permite aprovechar los recursos naturales y tener una mejor planeación:
Ignacio Mora

Susana Castillo Lagos

En enero de 1990 pobladores del municipio de Tlaltetela, Veracruz, alertaron sobre la aparición –y posible erupción– de un volcán. Este hecho movilizó a investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) encabezados por Ignacio Mora González, quien fue comisionado por Rafael Valencia Carmona, otrora rector de esta casa de estudios, para analizar el fenómeno.

“Nos fuimos a hacer la investigación a Tlaltetela, a la comunidad de Los limones, arriba de los baños de Carrizal. Nos llevaron hasta el lugar donde habían observado humo”, recordó José Luis Murrieta Hernández, quien también formó parte de esa expedición.

Tras una serie de análisis y evaluaciones concluyeron que se trataba de una confusión, pues lo que la gente vio era simple vapor de agua generado por las aguas termales características de esta zona.

La noticia del supuesto volcán provocó que la Secretaría de Gobernación del gobierno federal enviara a Servando de la Cruz, especialista del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a investigar el suceso.

Él contactó a los universitarios y tras escuchar la opinión de éstos coincidió con el diagnóstico. Además, aprovechó la oportunidad para sugerirles que dada la actividad volcánica de la entidad, era necesario realizar más investigación al respecto.

“Nos advirtió sobre el peligro que existe en el estado al tener dos volcanes activos en su territorio y nos dijo: ‘Hay que hacer algo’. Y aquí estamos”, comentó José Luis Murrieta.

Fue así como empezaron a desarrollar estudios sobre vulcanología y poco a poco se fueron integrando otras líneas de investigación.

Con este respaldo académico, en septiembre de 1999, Sergio Rodríguez Elizarrarás, Adalberto Tejeda Martínez, Domitilo Pereyra e Ignacio Mora plantearon la pertinencia de conocer sistemáticamente los fenómenos que tienen lugar en la superficie del planeta, en su interior, en la atmósfera, el océano y en el espacio que lo rodea.

Es así que en ese mismo año se decreta la creación del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT) de la UV y, en el 2000, ese acuerdo rectoral fue aprobado por el Consejo General Universitario (CGU)

Primeros pasos
Ignacio Mora, actual director del CCT, dijo que éste se formó con el objetivo de preparar personal en las áreas de geología, sismología, geofísica, geoquímica y geohidrología.

“La importancia económica y social de las Ciencias de la Tierra se debe a que sólo un adecuado conocimiento del territorio permite aprovechar los recursos naturales y tener una mejor planeación.”

Ésta comprende áreas de crecimiento urbano, el diseño de políticas de explotación de mantos acuíferos, el mejoramiento de la calidad del agua y la mitigación de riesgos geológicos.

Desde antes de pertenecer al CCT, los investigadores eran consultados por sus propios colegas sobre diversos fenómenos naturales.

José Luis Murrieta, miembro fundador del Centro, informó que también el sistema estatal de Protección Civil buscaba su asesoría y lo continúa haciendo hasta el día de hoy.

Sergio Rodríguez puntualizó: “Siempre hay fenómenos que requieren una explicación geológica. Salíamos –y lo seguimos haciendo– a diversas partes de Veracruz para atender las consultas y demandas de la sociedad. Son las mismas comunidades las que piden que se les explique lo que está pasando”.

Lo anterior, dijo, bajo la premisa de darle a la gente información verídica y útil.

Compromiso social
Sergio Rodríguez Elizarrarás encabeza el grupo de investigación de Geología, enfocado en la cartografía, mapeo y conocimiento básico de las estructuras geológicas que existen tanto en el estado como en sus partes adyacentes.

También pone especial énfasis en el estudio de las rocas volcánicas y su evolución en el ámbito regional del país y en las aplicaciones que esto tenga hacia aspectos de protección civil o prevención de peligros geológicos.

Comentó que si bien en Veracruz las erupciones volcánicas no son frecuentes, predominan los deslizamientos de cerros y las inundaciones. “Estamos delimitando zonas prioritarias que deben ser estudiadas más a fondo y tomadas en cuenta para una prevención más efectiva”.

Esto implica saber qué tan expuestos están a estos fenómenos los asentamientos humanos o las carreteras en estos sitios. “Tal vez haya algunos fenómenos que seguramente no se podrán prevenir, pero este tipo de investigaciones sirven para saber cuál puede ser su extensión y, con base en ello, establecer medidas”.

Reveló que próximamente estará disponible el Atlas de Riesgos, en el que se especifica cuáles sitios son más susceptibles, y que dos terceras partes de la población veracruzana viven en zonas de riesgo.

Cambio global
Los proyectos desarrollados en los últimos cuatro años por la línea de investigación Cambio Global tienen un componente social y económico muy importante, aseguró Carlos Welsh Rodríguez, integrante de la misma.

Junto con las investigadoras Carolina Ochoa Martínez y Berenice Tapia Santos, tiene a su cargo las mediciones de los niveles de dioxinas y furanos en la peña del Cofre de Perote.

Explicó que tales componentes químicos son potencialmente cancerígenos: “México firmó el Protocolo de Estocolmo, donde dice que hay que reducirlos y evaluar la calidad del aire respecto de estos componentes”.

Destacó que la UV es uno de los pocos sitios que cuentan con una estación de monitoreo: “En el país sólo había 10. Y entre Canadá, México y Estados Unidos hay 30 sitios. La UV tiene uno de éstos”.

En el segundo año de este proyecto, de esos 10 sólo quedaron nueve y próximamente se reducirán a cinco; uno de éstos asignado a la máxima casa de estudios de Veracruz.

“Tenemos dos años de datos, con monitoreo constante y estamos evaluando qué pasa. Aunado a ello vamos a analizar los aspectos meteorológicos en el Cofre, pues los datos que la Comisión Nacional del Agua toma en cuenta son los del Observatorio de Puebla.”

Por lo anterior, y a través del CCT, la UV mantiene y opera la Red Meteorológica en la zona oriente del valle de Perote, integrada por cinco estaciones y coordinada por el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

Una de las tantas aportaciones que se derivarán de esta investigación repercutirá en el campo, ya que ayudará a entender por qué han cambiado en esa zona los patrones y ciclos de cultivo.

Zonas urbanas
Gilbert Torres Morales, del grupo de investigación de Sismología, habló de la determinación de los peligros, la vulnerabilidad y los riesgos en estructuras ubicadas en áreas urbanas.

“Observamos que no había estudios sobre las características dinámicas de los suelos en las ciudades y éstos son muy importantes para definir cómo una estructura va a reaccionar durante un sismo.”

La primera parte del estudio de microzonificación sísmica tuvo lugar en el centro histórico de la ciudad de Veracruz; posteriormente se realizó en Xalapa y Orizaba: “Se mapean las características más importantes del área urbana y se delimitan los peligros, es decir, cualquier amenaza natural a la que esté expuesta la ciudad”.

Otro punto relevante de la investigación es que permitirá conocer a qué profundidad está el estrato resistente, capa de suelo que soporta el peso de una estructura.

Reveló que ya cuentan con mapas de frecuencia, periodo y amplificación para las tres ciudades: “Los coeficientes sísmicos para cada lugar donde se construirá una nueva obra ya están basándose en el periodo fundamental de vibración del suelo”.

Éstos permitirán tomar mejores decisiones al momento de construir, y estarán incluidos en el Atlas de Riesgos estatal, para que puedan ser consultados libremente.

Más vertientes
El CCT de la UV tiene otros grupos de investigación que al igual que los antes mencionados son de gran trascendencia.
Uno de ellos es el de Ciencias de la Tierra y Desarrollo Sustentable, encabezado por Socorro Menchaca Dávila, desde donde se impulsa el Observatorio del Agua para el Estado de Veracruz, ABCC (Agua, Bosques, Cuencas y Costas).

El otro es el Contaminación Atmosférica Bioclimatología y Relación Planta-Atmósfera, coordinado por el investigador Juan Cervantes Pérez.

Monitoreo constante
En el CCT se realiza el monitoreo sísmico del volcán Pico de Orizaba, con base en la información transmitida desde tres estaciones ubicadas en dicha montaña.

La primera de ellas, Halcón I, se creó en 1997 y se encuentra en la cara norte; la de la cara sur, nombrada Chipe, comenzó a funcionar en 2002, y un año después, Halcón II, que está en la cara oriente.

Los equipos fueron instalados en coordinación con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), y pertenecen tanto a éste como a la UV. El seguimiento de la actividad del volcán se realiza durante todo el año.

“Todo volcán activo debe contar con una red básica de monitoreo sísmico, porque a través de ésta podemos detectar algunas anomalías.”

Entre los planes inmediatos está colocar el mismo número de estaciones en el volcán de San Martín.

Actividades relevantes
Antes y después de integrar al CCT, los investigadores han trabajado en coordinación con los institutos de Geofísica, Geología e Ingeniería de la UNAM.

En 1995 presentaron un número monotemático en el número 21 de la revista La Ciencia y el Hombre, en la que presentaron algunos de los proyectos relacionados con las Ciencias de la Tierra.

En 1997 organizaron un coloquio sobre los volcanes mexicanos, durante el cual tuvieron invitados de talla internacional, como el encargado del Observatorio Vulcanológico de las Cascadas del Monte Santa Elena, ubicado en Estados Unidos.

Así mismo, y junto con académicos de la UNAM, participaron en la elaboración del Mapa de Peligros del volcán Citlaltépetl (Pico de Orizaba), publicado en 2001 a iniciativa de Michael F. Sheridan, investigador de la Universidad Estatal de Nueva York.

Próximamente, el jueves 20 y viernes 21 de mayo, el CCT realizará una jornada académica para celebrar sus primeros 10 años de vida, en la que reunirán a sus miembros fundadores e investigadores reconocidos en la materia.


Gilbert Torres Morales

Sergio Rodríguez

Ignacio Mora

Carlos Wesh

José Murrieta