Ricardo Pérez Montfort, investigador del CIESAS y autor del libro Cotidianidades, imaginarios y contextos: ensayos de historia y cultura en México 1850-1950 |
Entrevista con Ricardo Pérez Monfort
La historia oficial es una sola
versión y niega otras voces
El investigador presentó en el CECC de la UV su libro Cotidianidades, imaginarios y contextos: ensayos de historia y cultura en México 1850-1950
David Sandoval
A propósito de la celebración de los dos siglos de Independencia y uno de la Revolución Mexicana, numerosas instituciones se han dado a la tarea de reflexionar sobre nuestra historia desde diversas perspectivas, algunas de ellas consideradas apenas en tiempos más recientes, como es el caso de las expresiones populares.
En este ámbito se pueden ubicar a investigadores que retoman esta vertiente de la historiografía para analizar sucesos con elementos significativos que enriquecen la versión oficial de la historia nacional. Tal es el caso de Ricardo Pérez Montfort, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), quien forma parte del Sistema Nacional de Investigadores,nivel III. |
El historiador, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autor de estudios sociales, así como colaborador de publicaciones especializadas en historia y cultura mexicana, presentó en el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV) su más reciente publicación donde aborda las expresiones culturales populares.
Bajo el título Cotidianidades, imaginarios y contextos: ensayos de historia y cultura en México 1850-1950, se reúnen 15 trabajos en los que destaca cómo se gestan y cómo son asimiladas las expresiones populares respecto de sucesos que en determinado momento generaron gran interés en la población mexicana.
“En ese sentido –precisa el autor– la investigación busca prestar oído a múltiples voces, algunas que pocas veces son escuchadas; para ello, lo que hice fue ampliar mis fuentes ya que, como historiador, uno está acostumbrado a seguir los lineamientos clásicos de las fuentes escritas. Y me interesó mucho no solamente la fuente escrita, sino la fuente
cantada, la fuente vista: cómo están las fotografías, los grabados. Ésta fue la idea: ver las múltiples voces que se generan a partir de determinados contextos históricos.”
La historia oficial tiende, particularmente en México, a tener una sola versión; entonces, cuando tenemos una sola versión negamos toda la multiplicidad social que absorbe, repite, resiste, reacciona en contra de estas versiones o las asume como tales, responde Pérez Montfort a si debemos considerar como válida la versión de nuestra historia nacional.
“Un poco la idea de la obra es abrir a la polifonía popular lo que es la historia –llamémosle– no tanto oficial sino historia del poder, que establece estos mecanismos de que hay un solo territorio, un solo país, un pueblo y el espacio popular demuestra que no es sólo uno, que son miles, hay miles de versiones de la historia”, agrega.
¿Hay una tradición en México para elaborar una historia popular?
Creo que sí, en los cronistas locales. Habría que ver los contextos pero la historia oficial emerge de una élite estudiosa que plantea cómo debería ser la historia y pasa a los ámbitos educativos y también a los medios de comunicación masiva; en los medios educativos se pueden ver sus postulados centrales: ahí están los héroes, los acontecimientos que justifican al poder en turno, pero en los medios de comunicación de pronto aparecen voces que tergiversan un poco esa versión, la cambian, con un giro cómico, solemne o lo dramatizan.
¿Por qué son importantes los medios de comunicación dentro de su investigación?
Sucede que en el caso de México, los propios medios van surgiendo en este periodo de 1850 a 1950; es la prensa por una parte, pero también el teatro y eventualmente la radio. Esto llega a un sedimento popular y ahí es donde queda; hurgar ahí es un poco difícil porque no existen fuentes tan fidedignas pero, por ejemplo, en cronistas locales, en versos populares, en referencias indirectas se puede uno encontrar con esos planteamientos y cómo se construyen estos imaginarios.
¿Aquí es donde cobran importancia tales expresiones populares?
Más bien la idea es ver cómo se interpreta desde una perspectiva popular el acontecimiento político, el teatro, la poesía o la música del momento; cómo interpretan sus múltiples aconteceres y cómo los apropian. No solamente es qué es lo que dicen sino cómo lo incorporan, cómo los miran, cómo hablan sobre ellos ya que a partir de estas apropiaciones se construyen imaginarios, principalmente a través de las expresiones culturales populares.
En varios ensayos de su libro aborda conocidos personajes y sucesos que se relacionan con ellos…
Sí, es como una especie de historia cultural hecha en múltiples niveles: el nivel del poder, el nivel de los medios, el nivel de los intelectuales, el nivel de las distintas expresiones populares.
Inicia con un texto acerca del México juarista…
El primer ensayo trata sobre cómo a través de la lírica y la música populares se vive la época de Juárez, se vive la ruptura entre la Iglesia y el Estado, cómo se voltea a ver la presencia de los franceses en México que en la pieza Adiós mamá Carlota, atribuida a Vicente Riva Palacio, finalmente se absorbe popularmente y la gente la sigue cantando ya que apela a un imaginario en el que México triunfó sobre los franceses y le puede decir a la emperatriz Carlota que se vaya.
Trata también la vida durante el régimen de Porfirio Díaz…
Así es; los momentos de diversión y ocio en el Porfiriato se analizan partiendo de una noción de progreso en ciertos sectores medios y populares, que comienzan a tener acceso a cuestiones modernas como el cinematógrafo y escuchar grabaciones y cómo los comparan con otras diversiones. Hay como un doble discurso dentro del Porfiriato, que por un lado tiene una desigualdad social impactante pero también un discurso que dice: “Vamos a reivindicar los espacios populares”.
¿Aborda otros temas además de las expresiones de cultura popular?
No, al contrario, también hay un interés por los procesos educativos, cómo llegan estudios históricos y dimensiones reverenciales hacia el poder y cómo el mundo popular toma esto a través de la educación y se burla de ello, esto dentro del contexto al impulso de la educación masiva indígena, pero la gente se resiste también a este nuevo impulso.
¿Su aproximación a estos acontecimientos cuestiona a la historia oficial?
Preferiría decir que la idea es aproximarse a estos fenómenos no como lo ha hecho la historia política o económica, sino más bien como lo ha hecho la historia cultural, entonces me atrevería a decir que mis intereses particulares están mucho más enfocados a un estudio cultural que incorpora los fenómenos históricos, pero sobre todo a través de las expresiones culturales cómo se ven los distintos momentos.
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