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Año 10 • No. 409 • Agosto 23 de 2010 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

3er. Encuentro de Artes en Comunidad: diálogo de saberes y experiencias

Dos días de arte en Atlahuilco

La Casa UV recibió a más de 200 personas, quienes intercambiaron saberes y experiencias mediante expresiones artísticas

Susana Castillo Lagos

La mayoría de los 120 niños que tomaron alguno de los talleres del 3er. Encuentro de Artes en Comunidad no sabían que con su cuerpo eran capaces de hablar. Tampoco que podían realizar coreografías y seguir el ritmo de música que jamás habían escuchado.

Es por ello que el intercambio de saberes y experiencias, utilizando diversas expresiones artísticas como puente, quizá sea uno de los logros más significativos de este evento, que reunió a más de 200 personas en la Casa de la Universidad Veracruzana (UV) de las Grandes Montañas, ubicada en la sierra de Zongolica.

Talleres, obras de teatro, presentaciones de danza y música dieron forma a esta experiencia, organizada por la Dirección de Vinculación General de la UV, que tuvo lugar los días 26 y 27 de julio en las cabeceras municipales de Atlahuilco y Tehuipango.

Un poco de historia
Betania Benítez Rodríguez y Eloísa Diez, coordinadoras del Área de Artes y Actividades Culturales de la Dirección de Vinculación, comentaron que el 3er. Encuentro de Artes en Comunidad tiene sus orígenes en dos encuentros anteriores que sólo se limitaban al teatro.

El primero de ellos se realizó en la comunidad El Conejo, municipio de Perote, con niños de las Casas de la Universidad ubicadas en Coyopolan y Molino de San Roque.

“Los de Coyopolan presentaron la obra de teatro El tesoro maldito y el grupo del Molino, que ya no existe, montaron Los payasos salvan al mundo”, dijo Betania.

Al llegar a las comunidades con la intención de dar talleres de teatro y percibir que no tenían conocimientos al respecto, surge la idea de llevarles “espectáculos modelo” que servían para que ellos se empezaran a familiarizar con la actuación y el montaje.

“Inmediatamente se percataron de que podían estar en un escenario, y fue como decidimos hacer el primer encuentro de teatro comunitario, propiciar que los niños de diferentes comunidades se conocieran y vieran qué es lo que estaban haciendo”, continuó.

En esa época (2005), el grupo de teatro que a la fecha está conformado en El Conejo apenas estaba en formación y ellos fungieron como anfitriones y espectadores de las obras.

El segundo encuentro se realizó en 2009, en la localidad de Matlalapa, cercana al municipio de Xico. Ahí participaron los niños de Coyopolan, con una nueva obra, y los de El Conejo, quienes debutaban como agrupación.

Fue así como surgió la idea de realizar un evento más grande, que involucrara a más disciplinas artísticas y grupos, tanto de la UV como independientes.

Betania y Eloísa explicaron que con este 3er. Encuentro, en el que se contó con la participación decidida de la Dirección General del Área Académica de Artes, a cargo de Guadalupe Barrientos, se busca sistematizar el trabajo realizado desde hace varios años, para que no se trate de esfuerzos aislados.

El objetivo, aseguraron, es trabajar con todas las Casas de la UV y brigadas, llevar este tipo de experiencias a todas las regiones donde la institución tiene presencia.

Intercambio de saberes
Los 10 integrantes del grupo de teatro de la comunidad de El Conejo viajaron a la sierra de Zongolica con la idea de participar en los talleres exclusivos para agrupaciones artísticas ya conformadas.

Al término de las jornadas, confesaron, la experiencia también enriqueció su visión sobre la convivencia y el intercambio de saberes.

José Juan Hernández Salazar, integrante del colectivo, dijo que se sintieron muy contentos de conocer una cultura diferente a la suya, donde hablan otro idioma y tienen otras costumbres: “Pudimos aprender algo más de lo que sabíamos”.

A Luis Manuel Ortega lo que más le gustó fue “como se habla en Atlahuilco, porque allá en El Conejo no hay esa tradición”. Sandra, Brenda y Claudia Rodríguez expresaron que formar parte de un grupo de teatro les sirve para conocer cosas que nunca imaginaron.

Junto con Gerardo Hernández, Leonardo Domínguez y Abraham Rodríguez, coincidieron en que se divirtieron mucho en los talleres, en que les gustaría regresar a Atlahuilco y, principalmente, que los niños de esta sierra también los visitaran.

Participación ejemplar
Ninguno de ellos había bailado este tipo de danza ni sabía que la música que la acompaña provenía de un continente muy lejano, de una cultura ancestral. Pero en cuanto sonaron los tambores, todos quedaron atrapados por el ritmo y dejaron que sus cuerpos respondieran al estímulo que éste les provocaba.

Sus pies, piernas, caderas y brazos se acoplaron sin reparo alguno. Al frente de la veintena de niños estaba Sara Tolosa, integrante de Danza UV “Compañía en movimiento”, quien sin más preámbulo ni mayores explicaciones les platicó que les daría un taller de danza afro.

Conforme ella les mostraba los movimientos que realizarían, los niños y las niñas descubrían emocionados que podían seguirle los pasos a su maestra en turno.

Felices y entregados, observaron y repitieron atentos todos los movimientos que, al final de la clase, resultaron en una coreografía que bailaron con total soltura, como si su cuerpo conociera desde siempre ese tipo de danza.

“Nos gustó el taller, sí lo volveríamos a tomar y les diríamos a nuestros amigos que vinieran”, expresó un grupo de niñas al término del taller.

La tallerista sintetizó esta experiencia como un intercambio de aprendizajes y destacó la espontaneidad, el esfuerzo y la entrega que todos los niños demostraron.

Experiencias compartidas
El punto de vista de Sara Tolososa fue compartido por los demás integrantes de Danza UV, quienes también encabezaron talleres vinculados con la expresión mediante el cuerpo y el baile.

Para Juan Meza, enseñarles acondicionamiento físico y juegos fue “una experiencia muy grata, siempre estuvieron dispuestos a aprender”. A Mireya López y Janice Platt les sorprendió cómo los niños transformaron su timidez inicial en una participación absoluta.

En opinión de Luis Abraham Ponce Díaz, se trató de compartir saberes: “Éstas son las experiencias que te sirven para la interpretación, de aquí salen muchas herramientas para ello”.

Daniel Reséndiz señaló la necesidad de ser más constantes con el trabajo artístico en las comunidades, para lograr un proceso sistemático que a la gente le permita continuar aprendiendo.

En tanto, Martha Karina Rosiles Vélez comentó que ser tallerista le sirvió para apreciar el lenguaje de su movimiento: “Aunque son niños que dicen no estar familiarizados con la danza, tienen mucho qué decir con su cuerpo, una gran sensibilidad, no hay resistencia, tienen mucha disposición”.

David Barrón, director artístico de la compañía, consideró que es esencial llevar otro tipo de manifestaciones artísticas a las comunidades, “porque pocas veces tienen la oportunidad, en el caso de la danza, de poder apreciar la manera de expresarse con el cuerpo, de tener un acercamiento a estas manifestaciones que son ancestrales y se han ido transformando”. Tal vez, dijo, es una forma de contagiarlos un poco y provocar que rescaten sus propias manifestaciones.

Los niños también demostraron su sensibilidad e interés en otro tipo de expresiones artísticas, por ejemplo la fotografía y el dibujo.

Luis Graillet, encargado del taller de Foto, manifestó: “Me sentí a gusto, fue bastante interesante ver sus reacciones”. La intención, prosiguió, era despertarles la curiosidad por crear imágenes, aunque el proceso implicara mucha exactitud, pues se trató de obtener de fotografías a partir de goma bicromatada.

“Me sorprendió su inteligencia y dedicación. Cuando terminan el trabajo quieren más y más, hubo quienes después de ver en qué consistía el proceso tomaron la iniciativa y realizaron fotografías por su cuenta, sin esperar a que les diera alguna indicación.”

Marie Sol Payro Friocourt realiza su servicio social en la Casa UV desde hace 12 meses, mediante un taller de artes plásticas, y explicó: “Con el Encuentro llegaron niños que nunca habían venido, que nunca habían pintado. Fue romper otra vez la barrera cultural, explicarles lo básico, fue muy bonito”.

La egresada de la Facultad de Artes Plásticas afirmó que “tienen mucha sensibilidad, perciben muy bien los cambios de la luz y de los colores, son muy observadores y esto ayuda mucho su trabajo”.

La comunidad opina
En la cabecera municipal de Tehuipango era día de mercado. Los puestos estaban instalados entre la iglesia y el palacio municipal y había más personas que de costumbre. Entre la multitud se encontraba la señora Reyna, quien fue una de las espectadoras de la presentación de Danza UV: “Nos gustaría que también bailaran en Tequila, por allá no hemos visto este tipo de presentación”, dijo. En su opinión, todo “estuvo muy bonito” y, además, les “enseña a los niños que deben hacer ejercicio, porque luego engordamos por no hacerlo”.

Roberto es un niño que observó muy atento las coreografías e interpretaciones del colectivo: “Lo que más me gustó es cómo bailan, deberían venir más seguido”.

Un sentir similar generaron todas las actividades del Encuentro, principalmente los talleres. Carmen, una niña que acudió a la Casa UV de Atlahuilco, aseguró que se divirtió mucho dibujando y que no es lo mismo hacerlo sola que en compañía de tanta gente, “con personas que te van diciendo cómo hacerlo mejor”.

Silvia, María y Rosenda dijeron sentirse muy emocionadas por convivir con personas a las que no ven a diario, con quienes pueden platicar y aprender.

Las actividades
En total, más de 40 personas entre intérpretes, músicos, talleristas, organizadores y brigadistas participaron como facilitadores del 3er. Encuentro.

Las presentaciones artísticas estuvieron a cargo de Danza UV “Compañía en movimiento” y de alumnos y egresados de las facultades de Teatro y Música de la misma institución.

Abraham Ponce, Martha Rosiles, Sara Tolosa, Janice Platt, Juan Meza, Mireya López y Daniel Reséndiz, integrantes de la compañía universitaria, interpretaron el programa didáctico Una mirada a la danza contemporánea, bajo la dirección artística de David Barrón.

La mentira del rey Mazorca III, obra de teatro que al finalizar da pauta a talleres didácticos, fue presentada por un grupo de egresados de la Facultad de Música.

En tanto, Eduardo Guzmán y Alejandra Sosa interpretaron No para siempre en la tierra, performance con poemas de Nezahualcóyotl –traducidos al otomí– y música de Jorge Flores, una idea original de Tonatiuh Almanza.

El egresado de la Facultad de Música fue el encargado de inaugurar las actividades artísticas del Encuentro, con un concierto de guitarra.

Los talleres impartidos fueron: Música y Movimiento, a cargo de Yekk; Fotografía, con Luis Graillet; Danza Afro, con Sara Tolosa; Juegos y Acondicionamiento, con Juan Meza y Martha Rosiles; Expresión Corporal, con Mireya López y Janice Platt, así como Juegos Escénicos, con Claudia Villar.

El montaje protagonizado por Adriana Duch, con el cual concluyeron las actividades del 3er. Encuentro, fue uno de los más aplaudidos.