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Año 10 • No. 411 • Septiembre 6 de 2010 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

El Plan Maestro para la Sustentabilidad de la UV incluye, a corto plazo, reducir el uso de botellas de plástico y crear una Firma Electrónica Avanzada para documentos oficiales

Alma Espinosa

La comunidad de la Universidad Veracruzana (UV) ha cobrado conciencia de la importancia de cuidar nuestro entorno a través de diversas acciones. De forma paralela estudiantes, académicos e investigadores han trabajado en proyectos relacionados con la sustentabilidad, pero a partir de la instauración del Plan Maestro para la Sustentabilidad de la UV todos los esfuerzos se unirán para obtener mejores resultados y trabajar con objetivos comunes.

Tal es la trascendencia de la tarea que se ha impuesto la UV, que universidades brasileñas han elogiado nuestro Plan Maestro para la Sustentabilidad y pretenden que sea una iniciativa adoptada por las instituciones de educación superior (IES) de Latinoamérica y que esta casa de estudios sea un ejemplo a seguir.

Desde agosto, la UV cuenta con un plan que a través de tres ejes torales busca guiar el quehacer de los universitarios por el camino de la sustentabilidad. Pero, ¿qué significa la sustentabilidad? Es un cambio radical de actitudes, de formas de organización y de interacción entre personas y con el medio que nos rodea.

Cuando se habla de sustentabilidad a veces suena como un concepto “lejano o elevado”, pero en realidad ésta comienza con el cambio de pequeñas cosas que contribuirán a disminuir el impacto negativo que las personas y nuestras prácticas ocasionamos al ambiente.

De acuerdo con Lázaro Rafael Sánchez Velásquez, coordinador Universitario para la Sustentabilidad, ésta va más allá de la separación de desechos y sembrar árboles. La sustentabilidad se traduce, por ejemplo, en la creación de productos socialmente justos como los que se producen mediante la intervención del Programa de Diversificación Productiva de la UV (Diprouv), pues busca que los productores se beneficien de forma equitativa y realicen prácticas acordes con la sustentabilidad.

Como parte del plan se trazan metas a corto, mediano y largo plazo. De entre las primeras medidas que ya se implementan es disminuir el uso de plástico, por lo que en las reuniones de Rectoría se omitirán las botellas de plástico y se servirá agua en vasos. Quizá lo anterior se lea como una acción pequeña, pero hay que precisar que éste es apenas el principio de una práctica que se diseminará en todas las reuniones (conferencias, mesas redondas, debates, congresos) que se celebran en las sedes universitarias.

Una propuesta que ya se trabaja con la Dirección General de Tecnología de la Información es la implantación de la Firma Electrónica Avanzada (que busca asegurar las comunicaciones por Internet), que generaría ahorros considerables en papel y en contaminantes, pues ya no habría necesidad de utilizar vehículos para transportarse hasta el lugar donde esté el destinatario del oficio o documento. Con ello se reduce el número de vehículos en circulación y se contribuye a no generar más tráfico.

Otra propuesta que se realizará es la de fomentar la compra de productos regionales, al tiempo que investigadores evalúan su viabilidad y conveniencia. Se pensó en esta situación porque a pesar de que los productos fabricados en países como China son más baratos, tan sólo el costo ambiental y energético del envío es mayor y no se puede equiparar con los pesos ahorrados.

Lázaro Rafael Sánchez Velásquez

Universitarios unen esfuerzos
El tránsito hacia la sustentabilidad no ha sido fluido para las IES públicas del país. Éstas requieren cambios profundos, ya que en su organización y funcionamiento han heredado y fomentado los paradigmas de la razón y el hombre como centros del universo, una concepción lineal de historia como progreso, una noción de verdad objetiva y la naturaleza como recurso.

De esta forma, la universidad es más parte del problema que de la solución, si no se inserta en el movimiento de la sustentabilidad del desarrollo. Para ello, necesita transformarse para construir “formas distintas de concebir el mundo y la humanidad, de generar conocimiento y de formar universitarios desde una perspectiva científica y una política social que siente las bases para una vida digna para todos, con respeto a las diferencias y que preserve la integridad de los ecosistemas en el largo plazo”, de acuerdo con el Plan Maestro para la Sustentabilidad.

Los avances en la materia se han visto intermitentes. Lo más contundente en años recientes fue la creación del Consorcio Mexicano de Programas Ambientales Universitarios para el Desarrollo Sustentable (Complexus). Surgió en el año 2000 y estuvo integrado por 15 IES, entre ellas, la UV.

Si bien nuestra casa de estudios se inscribió en tales acciones, se podría decir que desde la década de los setenta del siglo pasado la comunidad universitaria emprendió diferentes acciones enfocadas a la protección del medio ambiente y la conservación de la integridad de los ecosistemas.

Según el documento antes citado, el Sistema de Información para la Vinculación Universitaria (SIVU) reportó en 2009 la realización de dos mil 498 proyectos y actividades de vinculación en todos los campus, de los que 407 trataron de ecología y ambiente. En estas tareas estuvieron involucrados 76 entidades académicas, dos mil 479 estudiantes y 667 académicos.

Al interior de algunas instancias universitarias se han impulsado acciones conscientes y sostenidas en materia de manejo de residuos sólidos, ahorro de energía y en otras áreas ligadas a la conservación. Además, la UV cuenta con varios programas académicos, centros especializados, institutos de investigación, organismos ligados a estos temas, incluso se puso en marcha el Programa de Estudios de Cambio Climático.

No obstante, dicta el Plan Maestro, “es preciso reconocer, para no incurrir en la autocomplacencia, que una gran parte de esas acciones son eventuales, aisladas y dispersas, resultado del meritorio esfuerzo de sus promotores individuales, quienes incluso sin contar muchas veces con respaldos institucionales han dedicado su energía y su tiempo a ser congruentes con sus ideas.

”Por lo mismo, los esfuerzos de vinculación no han sido suficientemente orgánicos y sistemáticos para modificar el curso principal de la acción institucional, ni han involucrado a la mayoría de la comunidad; tampoco los programas de docencia e investigación se encuentran bien articulados a la problemática regional. En consecuencia, las acciones emprendidas no han producido los efectos que debieran, tanto dentro como fuera de la Universidad.”

Debido a lo anterior, la administración universitaria presentó iniciativas para coordinar los trabajos, tal es el caso del Plan General de Desarrollo 2025, y específicamente el Plan Institucional para el Desarrollo Sustentable de la UV 2005-2014 y el Plan Institucional Hacia una Universidad Sustentable. Estos dos últimos no lograron concitar el consenso de la comunidad universitaria.

Plan Maestro para la Sustentabilidad
Con la finalidad de mantener una mejor organización, no desperdiciar esfuerzos y ostentar objetivos comunes, el Plan Maestro para la Sustentabilidad de la UV está conformado por tres ejes rectores.

El primero es el Sistema Universitario de Manejo Ambiental (SUMA), el cual está integrado a su vez por 10 áreas de desempeño: Gestión de materiales y residuos especiales; Gestión de residuos, descargas y emisiones; Uso apropiado y eficiente del agua; De la energía; De insumos de oficina; Gestión de áreas verdes y áreas naturales protegidas; Bioclimática, construcciones y mantenimiento; Gestión del tránsito y transporte universitario; Administración y compras; y Gestión del riesgo y contingencias ambientales.

Las áreas de desempeño propuestas recuperan la experiencia nacional e internacional y la adapta a la situación específica de la UV. Para coordinar cada una se elegirá a expertos que realicen planes de desarrollo que contemplen toda la Universidad.

El segundo eje rector es Comunicación, participación y educación de la comunidad universitaria (Comparte). La educación y la comunicación son dos estrategias fundamentales para impulsar el conjunto de acciones que mantengan e incrementen el interés y el compromiso de cada sector institucional en los programas.

Para apoyar este eje se usarán todos los espacios y medios para potenciar la participación de la comunidad universitaria, que van desde el sistema de avisos empleados en cada dependencia, hasta el uso de medios de comunicación para informar sobre eventos y noticias relevantes. Asimismo, se aprovecharán las ventajas de los servicios informáticos como blogs para que se cumplan las acciones convenidas.

Cabe destacar que Comparte se propone no sólo involucrar a la comunidad universitaria en los lineamientos del Plan Maestro, sino que pretende irradiar sus efectos hacia la sociedad veracruzana y vincularse con los demás sectores educativos, mediante un mecanismo de doble vía; es decir, recuperar experiencias y propuestas valiosas de la sociedad civil.

El tercer eje del Plan Maestro para la Sustentabilidad es Dimensión ambiental y para la sustentabilidad en la investigación y en la formación técnica, profesional y de posgrado (Discurre). Éste es quizás el componente trascendental del plan, ya que intenta incidir directamente en el perfil de todos los egresados de la UV.

Discurre consiste en “una restructuración de fondo de los currícula para orientarlos hacia el análisis de cómo las prácticas profesionales se vinculan con el ambiente en la sustentabilidad. Incluye la adición y actualización de asignaturas (experiencias educativas) sobre estos temas, pero no ha de limitarse a eso”, según el documento.
Por lo anterior, se aprovecharán proyectos de innovación académica como el Proyecto Aula. Es así que, el nuevo diseño curricular deberá complementarse con un programa de actualización docente para que los profesores estén en condiciones de ponerlo en marcha.

La experiencia internacional ha demostrado que el fortalecimiento del ambiente y de la sustentabilidad no es un proceso sencillo ni rápido. Se requiere de un programa progresivo con bases flexibles que se desplieguen paulatinamente para ayudar al proceso de adaptación, consolidación y arraigo.

Para que esto suceda en la vida universitaria, se requiere que la transformación hacia la cultura de la sustentabilidad incluya modelos participativos de base que generen la sinergia necesaria. Y, desde luego, es indispensable la participación activa de todos los que integramos la comunidad de la Universidad Veracruzana.