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Año 10 • No. 413 • Septiembre 20 de 2010 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Señaló el biólogo Juan Luis Cifuentes Lemus

Desordenado crecimiento urbano
altera el ciclo del agua

Las catástrofes ocasionadas por las lluvias tienen su origen en las alteraciones que se hacen al terreno para uso humano

David Sandoval

Los seres humanos no hemos aprendido a convivir con el agua, por esta razón las recientes lluvias provocan inundaciones y desastres en nuestras comunidades, afirmó Juan Luis Cifuentes Lemus, fundador y ex presidente del Colegio de Biólogos de México en la Universidad Veracruzana (UV).

Invitado por la Facultad de Biología, el doctor Cifuentes Lemus habló sobre la importancia que tiene conocer los océanos y la vida que albergan, aunque también es necesario conocer cómo es que el agua proviene del mar y regresa a él, lo cual parece que hemos olvidado.

Al sustentar la conferencia “Biodiversidad marina”, el reconocido especialista hizo hincapié en la importancia de cuidar los océanos y las diversas formas de vida que los habitan, ya que son un elemento fundamental para la existencia de la especie humana.

En ese sentido, dijo, “nos hemos olvidado que el agua tiene un ciclo y regresa siempre al mar”, refiriéndose a las lluvias que por escurrimiento en laderas y montañas terminan su trayecto en las costas y, posteriormente, mediante la evaporación, se convertirán en nubes que se desplazarán a tierra.

El ciclo es perturbado con el crecimiento demográfico que obliga a grandes poblaciones a asentarse en cerros y colinas, las cuales son pavimentadas, eliminando árboles y pastos que retrasan el escurrimiento y permiten filtrar hacia el interior de la tierra agua que constituirá mantos freáticos y manantiales.

Los bosques retrasan el escurrimiento hacia los océanos aproximadamente por 10 días, cuando en zonas altas donde se ha urbanizado el agua de lluvia tarda en llegar a la costa aproximadamente dos días, acelerando el ciclo, lo que generará nuevas lluvias en un periodo corto de tiempo o la acumulación de grandes masas de vapor que generarán a su vez precipitaciones intensas.

Esta situación proviene de decisiones humanas, cuando los gobernantes y los empresarios, quienes toman las decisiones finales, optan por un beneficio económico o político, desestimando los resultados de proyectos científicos o los análisis de riesgo preparados por especialistas.

En su presentación, Cifuentes Lemus, quien ha recibido numerosos doctorados Honoris Causa, mencionó a los universitarios algunos ejemplos de cómo tales intereses económicos son el fundamento para alterar ecosistemas completos, tal es el caso de lo que sucede actualmente en la zona turística de Cancún, Quintana Roo.

Los esteros son áreas cruciales en la interacción entre tierra y mar, manifestó; sin embargo, “los empresarios hoteleros de Cancún edificaron delante de ellos sin considerar las advertencias de una crecida en el nivel del mar; ahora tienen que comprar arena para sus playas que es pagada con nuestros impuestos”, subrayó.