Año 1 • No. 42 • octubre 22 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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  Las Cícadas, reliquias vivientes
¿Eran alimento de los dinosaurios?
La existencia de las cícadas equivale a tener en la actualidad a dinosaurios vivos

Elizabeth Vázquez Narváez
 


Testigos silentes de dramáticas transformaciones climáticas y ambientales, las cícadas son, ante todo, sobrevivientes de un mundo que ahora sólo podemos imaginar y, por tanto, un enigmático ser vivo presente en nuestro hábitat cuyo estudio tiene un valor incalculable para la ciencia.

Estas plantas que convivieron con los dinosaurios hace aproximadamente 200 años, durante la era Mesozoica, pueden ser confundidas por su altitud y apariencia con una palmera y en otra de sus especies lucir a semejanza de un pequeño helecho, pero a diferencia de ellos, las cícadas poseen estructuras reproductivas conocidas como estróbilos o conos, muy parecidos a los que producen los abetos o los pinos.

Dedicado al estudio de estas plantas por más de dos décadas, Santiago Mario Vázquez Torres, del Instituto de Investigaciones Biológicas de la UV, responde a la pregunta obligada de cómo y por qué las cícadas han sido capaces de sobrevivir a través de todos estos años, argumentando que se trata de plantas muy resistentes, que se sobreponen a bajas y altas temperaturas y que soportan situaciones extremas de carencia de agua.

"Incluso algunos naturalistas aventuran la hipótesis de que, al menos parcialmente, podrían ser una explicación de la desaparición de los dinosaurios herbívoros, pues actualmente se sabe que estas plantas contienen las sustancias carcinogénicas naturales más potentes que se conocen".

Acertada o no, esta afirmación sugiere estudios muy oportunos en torno a la toxicidad de las cícadas, que tienen en una especie de mariposas y en otra de escarabajos muy primitivos a sus principales depredadores. Cómo procesan estos organismos las sustancias tóxicas de estas plantas podría ser, en opinión de Mario Vázquez, una línea de investigación de gran interés para la farmacología, la bioquímica y otras disciplinas médicas relacionadas con el combate al cáncer.

Actualmente se conocen 200 especies de cícadas en todo el mundo, aunque no se puede asegurar que sean todas las que existan. De ellas, alrededor de 50 se encuentran en México, lo que sitúa a nuestro país en el segundo lugar en diversidad de especies, luego de Australia.

Tan solo en el estado de Veracruz existen 15 especies diferentes, entre las que destaca la Zamia fufuracea, una especie endémica que gracias al trabajo de propagación desarrollado en distintas comunidades rurales, a iniciativa de Mario Vázquez, ya no se encuentra en peligro de extinción.

El investigador explica que al percatarse de que varias especies de cícadas, natural o artificialmente, se encuentran en franco peligro de extinción, decidieron propagarlas en condiciones rústicas, no sólo para su conservación sino también para su posible comercialización. "Primero tratamos de convencer a un grupo de campesinos de la Cuenca Baja del Papaloapan para que fueran nuestros aliados en esta aventura, porque nadie lo había hecho antes. Finalmente conseguimos, con ayuda de ellos, sembrar mil plantas de Zamia furfuracea y luego de ocho largos meses todavía no había resultados; cuando estábamos a punto de darnos por vencidos, al noveno mes, germinaron todas y a los dos años eran plantas totalmente atractivas para su comercialización".

El rápido desarrollo de esta especie, añade el académico, parece ser una excepción entre todas las cícadas conocidas, pues en la mayor parte de los casos hay que esperar muchos años para ver el crecimiento de una de estas plantas. "Hay especies que para que produzcan por primera vez sus estructuras reproductoras pueden pasar quizá cien años. Parecen no tener ninguna prisa, viven despacio y muchísimo tiempo, a algunos individuos se les ha calculado más de tres mil años de edad".

Dado el éxito que obtuvo la siembra por semillas de la Zamia furfuracea se organizaron otros grupos de campesinos -ya sea invitados por el investigador y su equipo de trabajo o a iniciativa de ellos mismos- en Nueva Victoria, Toro Prieto, Playa Hermosa y Roca Partida, entre otras comunidades, de manera que en la actualidad existe alrededor de medio millón de plantas de esta especie.

"También debemos reconocer que desafortunadamente no hemos podido encontrar el mecanismo más adecuado que permita comercializar esa producción, para cerrar el círculo completo de la investigación básica aplicada y el aprovechamiento de este recurso, pero estamos trabajando muy duro en eso".

Por su belleza y singularidad, la comercialización de las cícadas es un asunto sencillo, sin embargo, debido a que durante años ha existido el mercado negro en todo el mundo, la compra-venta se vuelve un proceso difícil.

Mientras en centros comerciales exclusivos en nuestro país una planta de este tipo se vende hasta en tres mil pesos, según nos refiere Mario Vázquez, los campesinos reciben apenas diez pesos por extraerlas de su medio natural y entregarlas a un intermediario. En el extranjero, ni qué decir: tan sólo en la década de los ochenta, las cifras de saqueo de la especie Veracruzana Zamia furfuracea alcanzaba el orden de 40 toneladas al mes para satisfacer la demanda de la jardinería en Estados Unidos.

"Muy a menudo se ven vendedores ambulantes ofreciendo las puntas de los tallos con su penacho de hojas, pero estas puntas raramente enraízan y son un engaño al comprador". La consecuencia de esta actividad de decapitación sobre las poblaciones naturales es la baja o nula producción de semillas, lo cual trae consecuencias graves para su sobrevivencia.

Respaldo invaluable

El trabajo de investigación sobre la biología de las cícadas que Mario Vázquez realiza, siempre ha contado con importantes apoyos externos, como los proporcionados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y por la GZT, una asociación alemana que desde hace más de una década demuestra su confianza en el proyecto de preservación y propagación de este grupo de plantas aportando recursos para su continuación.

Recientemente, la GZT seleccionó este proyecto entre más de 500 trabajos de todo el mundo, para que fuera expuesto, junto con otros 21 trabajos, en un foro mundial celebrado en Bonn, Alemania, cuyo propósito es promover trabajos exitosos de desarrollo sustentable.



Una distinción sin precedentes...

Hace más de dos décadas que Santiago Mario Vázquez Torres mantiene un fuerte vínculo académico, centrado en el estudio de las cícadas, con la Universidad Federico II de Nápoles, institución que después de hacer una minuciosa revisión de la trayectoria curricular del investigador, le otorgó el grado de doctor Honoris Causa en una sesión solemne en la que estuvieron presentes el Senado Académico y el rector Guido Trombetti.

Con esta distinción, la más alta que confiere una universidad, Mario Vázquez se convierte en el primer académico de nuestra casa de estudios que recibe un reconocimiento de este tipo de una institución extranjera. Por añadidura, la napolitana es una de las universidades más antiguas y prestigiadas de Europa; en sus 400 años de vida, sólo ha otorgado tres doctorados Honoris Causa, contando el que recibió nuestro investigador.