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Año 10 • No. 423 • Diciembre 6 de 2010 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Respaldado por la UV

Proyecto de coronas navideñas
ha unido a familias de El Conejo

Mujeres de esa comunidad elaboraron 480 adornos con productos forestales no maderables

Susana Castillo Lagos

Además de impulsar el desarrollo económico de El Conejo, municipio de Perote, el proyecto de elaboración de coronas navideñas impulsado por la Universidad Veracruzana (UV) lleva cuatro años propiciando la convivencia familiar y comunitaria, coincidieron Rosa Martínez Hernández, Esperanza Rodríguez Huerta y Marcela Hernández, tres de las 60 integrantes del Comité de Mujeres para la Conservación de los Bosques de la comunidad El Conejo.



Rosa Martínez Hernández, Esperanza Rodríguez Huerta y Marcela Hernández, tres de las 60 mujeres que elaboraron
480 coronas navideñas

La iniciativa surgió en noviembre de 2006, promovida por el Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) y por el Voluntariado de la UV. Actualmente este trabajo también está respaldado por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustentaUV).

Este año, utilizando elementos forestales no maderables, las mujeres de El Conejo elaboraron 480 coronas navideñas, mismas que estuvieron a la venta el jueves 2 de diciembre.

En Xalapa pudieron adquirirse frente al gimnasio universitario “Miguel Ángel Ríos Torres”, la Dirección General de Desarrollo Académico de la UV y la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno estatal. En el campus Veracruz-Boca del Río, la venta se realizó en la Vicerrectoría de la UV.

Rosario Pineda López, investigadora del Inbioteca y coordinadora del proyecto, explicó que desde hace cuatro años las artesanas son capacitadas, asesoradas y supervisadas continuamente para la elaboración del producto, así como para obtener la materia prima que utilizan en el proceso.

Apoyadas por sus hijos, hijas y esposos, las señoras elaboran las coronas a partir de follaje natural: ramas de oyamel, flores de invierno, hojas de nochebuena silvestre y piñas (conos). A veces a algunas les ponen hojas de ciprés u otras hierbas que encuentran “para que huelan más”.

Las ramas de oyamel (abies religiosa), especie de pino propia de la región, no provienen de cualquier parte del bosque, sino de zonas específicas donde se realizan podas para disminuir el riesgo de incendios. Previo a realizar esa tarea consultan al comisariado ejidal, quien con base en un mapa les indica en qué lugares es necesario hacerlo.

Anualmente se recortan 12 hectáreas, una parte en junio y otra los últimos días de noviembre y los primeros de diciembre; de este último corte es que se realizan las coronas.

Las ramas –vivas o muertas– que se eliminan se encuentran en la parte inferior del tronco del árbol, cerca del suelo: “Son las que en época de secas (estiaje) pueden ser combustible para incendios”, señaló Pineda.

Además de representar un ingreso para sus familias, esta actividad propicia la convivencia comunitaria, pues las señoras se ponen de acuerdo para ir a buscar los elementos que necesitan.

“Me siento bien, contenta, porque con esto nos ayudamos; además, sirve como distracción, pues nos vamos al monte y por allá convivimos, nos sentimos un rato distraídas del hogar”, expresó Rosa Martínez.

Esperanza Rodríguez Huerta platicó que sus maridos e hijos las apoyan yendo a zonas lejanas o de difícil acceso: “Nuestros esposos y nuestros muchachos van a traernos el material al monte. Nosotras vamos a podar y juntamos las ramas; ellos se encargan de juntarnos las piñas, la hoja de nochebuena y la flor de invierno porque están más lejos de donde vivimos”.

Explicaron que –en promedio– tardan una hora en elaborar las coronas chicas, y las grandes dos horas. Marcela Hernández compartió que quieren seguir con esta actividad el próximo año: “Los invitamos a comprar las coronas… son puro aroma natural”.