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Año 10 • No. 424 • Enero 3 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Danza UV estrenó Las sangres a corazón acrecentado

Se escuchan aplausos…

Con coreografía de David Barrón, la obra cerró las actividades
de la compañía en 2010

Marcelo Sánchez Cruz

Se escuchan aplausos… es el ensayo final, la sala “Dagoberto Guillaumin” del Teatro del Estado cuenta con dos espectadores, son integrantes de la compañía Danza UV. En el escenario los actores se alinean al frente y hacen una profunda reverencia para agradecer. Cierra el telón. Una vez que los aplausos cesan, David Barrón, uno de los dos integrantes de ese público y director artístico de la compañía, sube al escenario. Ultima detalles. Falta una hora para el estreno de Las sangres a corazón acrecentado.



Danza UV previo al estreno de Las sangres a
corazón acrecentado
La sala “Dagoberto Guillaumin” es un escenario que les resulta bastante familiar pues desde hace mucho tiempo es el recinto más importante para la danza en Xalapa; no obstante, ya con vestuario y maquillaje, con luces y escenografía, los miembros de Danza UV recorren y reconocen el espacio al que es necesario volverse a ambientar para hacerlo parte de la coreografía, un elemento más del montaje.

Mireya López, Juan Meza, Janice Platt, Abraham Ponce, Daniel Reséndiz, Guadalupe Ruiz, Martha Rosiles y Sara Tolosa se agrupan al centro del escenario, ahí Barrón revisa un movimiento en el que toda la compañía queda aglutinada como un solo cuerpo, lo repiten hasta estar de acuerdo en las acciones y tiempos del mismo, en cómo serán iluminados y cómo se escuchará el sonido en el momento. Terminan y se dirigen a prepararse para el momento de abrir el telón.

Han sido prácticamente seis meses de trabajo para llegar a este día. La presentación de un nuevo espectáculo implica trabajo arduo por parte de un gran equipo de producción: el vestuario a cargo de Emilio Rebollar, la iluminación diseñada por David Barrón, la música creada especialmente para la puesta por Krzysztof Tadel y Joaquín López “Chas”, quien ha resultado un colaborador importante en puestas previas de la compañía.

“Realizar música para danza es muy interesante pues nunca se trabaja igual, algunos coreógrafos primero especifican lo que quieren musicalmente y de ahí construyen el movimiento; otros, desarrollan la acción en silencio y después se crea una música para el trabajo coreográfico.

”Una propuesta como Las sangres…, que es más de búsqueda, es una labor conjunta, se planean trazos y se genera el sonido que les sea adecuado, respetando siempre la obra del coreógrafo pues la música es un instrumento para comunicar mejor la intención de la pieza”, refirió el “Chas”, quien completaba el público asistente al ensayo.

Sin embargo, la música es sólo uno de los criterios a cubrir, un montaje conlleva investigaciones de campo, exploración de temáticas; muchas horas de diseño de movimientos, acciones y expresiones se traducen en trabajo en el salón de ensayo para verse reflejadas en la primera presentación al público.

“Un estreno es un paso más en el proceso de maduración de una obra, hemos detallado lo más posible el trabajo que queremos presentar, pero es importante dejar fluir el ritmo propio de la pieza y estar conscientes del momento para sacar provecho de nuestras fortalezas escénicas y llegar al mejor resultado posible, dejando que la pieza se siga construyendo, después del estreno, en cada presentación”, sostuvo David Barrón.

En el escenario, ahora vacío de intérpretes, hay dos estructuras metálicas que constituyen a la vez la escenografía y elementos de iluminación que apoyarán los movimientos de los bailarines en Las sangres… Los técnicos revisan por última vez el sistema de luces y el telón aguarda el momento de abrirse para la función.


Joaquín López “Chas”


David Barrón

Los intérpretes repasan sus movimientos una vez más: Sara Tolosa, quien retorna a los escenarios después de algún tiempo de apoyar a la compañía en otras labores, revisa todas sus escenas y vocaliza preparándose para interpretar su personaje. Los demás realizan mentalmente el ejercicio escénico mientras calientan los músculos para hacer frente al público.

El grupo se une para una respiración en conjunto, buscando una conexión íntima que por los aproximadamente 50 minutos del montaje les permita unirse como un solo cuerpo para comunicar las emociones que Las sangres a corazón acrecentado quiere dejar en el escenario.

A las 20:30 horas del jueves 9 de diciembre de 2010, la sala ya está llena, el público espera con ansia la más reciente coreografía de David Barrón para la compañía titular de la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana (UV), los ocho integrantes de la compañía concluyen el ensayo general junto al director y coreógrafo.

Los intérpretes ocupan su lugar en el escenario. La tercera llamada da inicio a un diálogo más allá de las palabras entre bailarines y espectadores. Poco a poco, en cada movimiento, en cada pausa, en cada gesto, los cuerpos transmiten su energía al escenario y al público, las metáforas del movimiento se desarrollan en el foro y se complementan con las experiencias que cada espectador ha vivido.

Los intérpretes dan forma a Las sangres a corazón acrecentado, hablando sin palabras de una identidad propia y colectiva, de lo que nos hace únicos y que puede definirnos como un pueblo.

Se escuchan aplausos, esta vez nutridos y seguidos de exclamaciones de admiración por la conversación que se acaba de dar en escena: Danza UV ha hecho un gran estreno para concluir con propuestas sólidas
y vanguardistas sus actividades de 2010.