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Año 10 • No. 428 • Enero 31 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Que le dio nombre a esta comunidad

Piedra Labrada recibió réplica
de la Estela 1

El escultor Ignacio Pérez Solano usó piedra de características similares y logró una escultura de talla, simbología y características materiales equivalentes

La semana antepasada, la comunidad de Piedra Labrada recibió una reproducción de la pieza denominada Estela 1 que dio nombre a dicha comunidad.

Piedra Labrada es una comunidad de la planicie costera de la región del volcán de Santa Marta en el municipio de Tatahuicapan, en la biosfera de los Tuxtlas, al sur de Veracruz.

La piedra más célebre del lugar fue registrada por el explorador Franz Blom en 1925; sin embargo, la población le rendía homenaje desde tiempos ancestrales. En 1960, el arqueólogo Alfonso Medellín Zenil, entonces director del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), organizó el traslado de la pieza al recién inaugurado Museo Veracruzano de Antropología. En este tránsito participaron los estudiantes Eraclio Zepeda y Alfonso Hernández Olamendi, guiados por Roberto Bencomo.

Recientemente la UV publicó Piedra Labrada, que reúne el testimonio del célebre escritor que entonces fuera testigo y partícipe del traslado, así como los estudios de Lourdes Budar, actual directora del proyecto de investigación que se lleva a cabo sobre el sitio, y de Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología de Xalapa (MAX).

Durante mucho tiempo la población de Piedra Labrada manifestó su descontento por carecer de la pieza que le daba identidad. Muchas fueron las peticiones de devolución de la estela original o de la reposición de la misma por una reproducción. Ante estos llamados, la directora del MAX gestionó en la Rectoría la realización de una réplica fidedigna.

La labor fue encomendada al escultor Ignacio Pérez Solano, con una sólida experiencia en este tipo de manufacturas, quien encontró una piedra de características similares a la utilizada en tiempos prehispánicos, logrando así una escultura de talla, simbología y características materiales equivalentes.

La pieza fue concluida el año pasado; no obstante, el lugar inicialmente elegido para su ubicación, el museo local, no ha sido concluido. Se planeó entonces colocar la piedra en un parque público, lo cual de acuerdo con los arqueólogos resulta pertinente, pues es vocación de las estelas ser marcadores al aire libre. La construcción del parque destinado a recibir la piedra se concluyó recientemente, por lo que se decidió llevar a cabo el traslado y colocación de la réplica el pasado viernes 21 de enero.

La comunidad recibió la pieza lanzando cohetes al aire para mostrar su regocijo. Al igual que hace 50 años, la población se reunió para cargarla y depositarla en su sitio.

El hecho desató momentos emotivos. Dos ancianos del pueblo participaron ahora como entonces. Uno de ellos, don Fidencio, acarició la superficie de basalto y dijo “Sí, ésta es”, a lo que un joven repuso, “Pero no es la original, es una copia”, entonces él se volteó para decirle serenamente “Yo no soy original, soy copia de mi padre”.

El sábado 22, para inaugurar la pieza en el parque, se llevó una banda, se lanzaron más cohetes y se compartieron tamales. También llegó la lluvia, como antaño, cuando se le pedía a la piedra que presagiara buenas cosechas.

La ceremonia fue engalanada con la presencia de Fidel Ruiz Hernández, presidente municipal de Tatahuicapan; Gonzalo Albino Gutiérrez, agente municipal de Piedra Labrada; Juan Rodríguez Santiago, comisario ejidal; Mateo Xolotl Canela, síndico municipal de Tatahuicapan; Sara Ladrón de Guevara; directora del MAX; Lourdes Budar, directora del proyecto de investigación, una veintena de estudiantes de la carrera de Arqueología, así como los habitantes de la región.