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Año 10 • No. 440 • Mayo 2 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

No invertir en ciencia cancela
el futuro del país: René Drucker

“Es absurdo considerar que la actividad científica
es un peligro”

"En nuestros gobiernos hay una absoluta miopía;
no les interesa desarrollar tecnología propia”

"Los científicos son poco conocidos, pero qué es más importante, ¿meter un gol o hacer la vacuna contra la polio?”

Susana Castillo Lagos

René Drucker Colin, investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estuvo en la Universidad Veracruzana (UV) para hablar sobre las investigaciones realizadas y los avances conseguidos hasta la fecha sobre la enfermedad de Parkinson.

Amén de sus logros científicos, Drucker se ha caracterizado por la mirada crítica con la que observa diferentes problemáticas sociales. En entrevista para Universo, el investigador comparte lo que piensa sobre la ciencia en México, la clase política y la desinformación que impera en la sociedad respecto a la actividad científica.

El encuentro sucedió una semana antes de que se intensificara la fuga de radioactividad en la planta nuclear de Fukushima. También fue previo a que Mikel Arriola, titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), anunciara que, oficialmente, inició el retiro del mercado de los “productos milagro”.

La alerta nuclear en Japón, derivada del sismo y el tsunami registrados el 11 de marzo, reavivó el debate sobre los riesgos que implica la actividad científica y la innovación tecnológica en el rubro de la producción de energía. ¿Qué opina al respecto?
No pienso que la ciencia sea peligrosa ni catastrófica. Es exactamente al revés. La ciencia nos permite mejorar nuestro entendimiento de la naturaleza, comprender mejor nuestro entorno. La ciencia desarrolla tecnologías que son útiles. El uso que se le dé a éstas no es un asunto que dependa completamente de los científicos, ellos generan el conocimiento. El uso que se les den a los conocimientos depende de personas y factores externos a su actividad.

¿También de intereses?
Sí, de intereses comerciales, principalmente. La energía nuclear es una tecnología que implica riesgos. Mas no en todos lados hay tsunamis o temblores de la magnitud que se tuvo ahí (Japón); fue un evento inesperado, un accidente de una enorme intensidad. Claro, si se afectan las plantas nucleares hay riesgos de radioactividad y ésta es peligrosa para la salud. Es como si dijera “no voy a manejar un coche porque puedo tener un accidente, matarme o matar a alguien”. ¿Los coches son buenos o no? Son buenos, pero lo que tengo que hacer es manejarlo de la manera más responsable posible.

Tenemos que considerar otros aspectos. Por ejemplo, la medicina nuclear es muy importante; sirve para detectar y eliminar de manera oportuna tumores, y seguramente ha salvado la vida de miles de personas. La percepción de que la ciencia es peligrosa es un absurdo.

¿En qué proporción se encuentra la respuesta que la ciencia tiene para emergencias derivadas del desarrollo tecnológico?
Estamos hablando de un evento inesperado. En las plantas nucleares tienen todas las medidas de seguridad para que la radioactividad no se esparza por el medio ambiente; (en Fukushima) por el accidente, la radioactividad que estaba contenida se salió al exterior.

De que la energía nuclear tiene peligros, sí, pero en situaciones normales está contenida y es útil para generar energía. Pero si a mí me preguntaran qué prefiero, optaría, mil veces, por la energía solar. Es segura y nunca se va a acabar. En este momento es más costosa pero a la larga va a ser mucho más barata, porque es una energía renovable. Hay que desarrollar las tecnologías e invertir. La eólica es otra estrategia de energía renovable segura e inagotable; además, ambas implican muy poco riesgo a la población.

Si en México ya existen los avances científicos y tecnológicos para utilizar este tipo de energías, ¿por qué no se han implementado?
Porque en este país al gobierno no le interesa nada, sobre todo cuestiones científicas, le viene totalmente sin cuidado. Siguen usando el petróleo y los hidrocarburos. En muchos otros países la energía solar es parte de la vida cotidiana, por ejemplo en Alemania, donde casi no hay sol. Y México es un país que está en medio de la franja solar, tenemos 320 días de sol al año, deberíamos aprovecharlo.

Pero bueno, en nuestros gobiernos hay una absoluta miopía respecto al desarrollo científico; nadie quiere, a nadie le interesa invertir. Ahora, si esto cambiara, utilizar la energía solar tendría que ser con nuestro propio desarrollo nacional, hecho por mexicanos.

¿Hay esa capacidad?
Sí. Requiere de inversión, nada es gratis, pero es una inversión que el Estado mexicano sí podría hacer si realmente cuidaran bien el presupuesto y no utilizarán miles de millones de pesos en elecciones constantes para elegir a los mismos diputados de siempre, que son inservibles. Si hubiera voluntad política para hacer desarrollos de esa naturaleza estaríamos en la posibilidad de tener estas energías alternas y podríamos eliminar la nuclear, que efectivamente tiene riesgos pero no porque la ciencia sea peligrosa, sino por los usos que se le dan o accidentes que pueden ocurrir.

Científicos… ¿peligrosos?
La Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México (2009), elaborada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revela que el 57.5 por ciento de los mexicanos –encuestados– considera que los científicos son peligrosos por sus conocimientos y por la información a la que tienen acceso por sus investigaciones.

Para René Drucker, esta información contrasta con otros datos revelados por el mismo estudio y que tienen que ver con la opinión de la gente sobre el impulso que deberían tener ambos rubros, ya que el 77.6 por ciento dijo que debería haber más personas trabajando en áreas de investigación.

¿Qué posibilidades tiene el desarrollo científico para fortalecerse en un país que sólo le invierte el 0.33 por ciento del Producto Interno Bruto y en donde más del 50 por ciento de la población piensa que los científicos son peligrosos?
Creo que hubo una encuesta mal hecha porque cuando le preguntaron a la gente si pensaba que la ciencia era útil, el 73 por ciento dijo que sí. Hay una percepción equivocada. Los científicos son gente útil para la sociedad porque procuran explicar nuestro entorno de una manera más adecuada y le permiten a la sociedad tener información calificada para que puedan tomar mejores decisiones. Muchas de éstas implican conocimientos científicos, y estoy hablando de la ciencia en los términos más amplios, inclusive las ciencias sociales, etcétera.

Si no se invierte en la ciencia se está cancelando el futuro del país y, a la par, el de los jóvenes porque la ciencia es una palanca muy importante para el desarrollo de las naciones. A este siglo se le conoce como el del conocimiento y se ha dicho que aquellos países que inviertan más en generar nuevos conocimientos –y luego aprovecharlos– serán los que dominen las economías del mundo. Si nosotros no invertimos en la generación de nuevos conocimientos y no nos interesa y pensamos que comprarlos será mejor, estamos totalmente equivocados, porque uno no puede comprar a la ciencia ni a la tecnología; ésta se va renovando constantemente y se vuelve obsoleta. Si no la produces siempre tienes que esperar que otros hagan lo que tú tendrías que hacer para generar tecnologías útiles para el país. Además sale mucho más caro comprarlo porque además estamos cancelando el desarrollo del país, lo cual hace que haya menos empleos, menos capacidad constructiva de empresas de base tecnológica, menos competitividad, fugas de cerebro, etcétera.

¿En México no hay una cultura científica?
No. Ni una clase política que siquiera le entienda a la importancia de la ciencia.

Los científicos son poco conocidos, también las buenas noticias que su trabajo genera. ¿Qué tanto contribuyen estos aspectos para que exista, o no, esa cultura?
Si estuviéramos sentados en un restaurante comiendo y de repente entrara Leonel Messi, todo mundo se levantaría, le pediría su autógrafo. Si atrás de él viniera el doctor (Albert) Sabin –suponiendo que todavía viviera–, que es quien produjo la vacuna contra la poliomielitis, nadie sabría quién es.

Entonces viene la gran pregunta: ¿Qué es más importante, meter un gol o hacer la vacuna contra la polio? Creo que todos dirían que esta última. ¿Y quién conoce a Sabin? Nadie, porque los medios de comunicación se han encargado de dar una excesiva visibilidad a los deportistas, a los artistas y otros personajes populares, y muy poca visibilidad a los científicos, y eso es un error de la sociedad.

¿Le correspondería sólo a los medios difundir el trabajo científico?
Los medios, hoy, son los instrumentos que le permiten a la gente conocer a otras personas y enterarse de los sucesos. Si no hubiera medios nadie reconocería a nadie, inclusive ni Leonel Messi sería conocido. Lo que debería haber es un equilibrio más justo entre la difusión de actividades de esparcimiento y las culturales. La cultura es importante, no queremos un país de ignorantes, sino de gente informada.

¿Qué opina de que los así llamados “productos milagro” sean presentados como innovaciones científicas?
Todos esos productos que han inundado el mercado son el resultado de ese desconocimiento. Su popularidad es resultado de que en este país encontraron tierra fértil porque hay mucha ignorancia.

Dicen “científicamente comprobado” y ninguno de ellos lo está, son puros fraudes en realidad. Un gran fraude que hace ricos a una serie de empresarios sin escrúpulos, porque venden cosas inservibles. Si la gente fuera más culta, conociera más de ciencia, estuviera más informada, no los comprarían y no serían tierra fértil para estas empresas.

Además hay consorcios que contribuyen a que el público tenga una percepción errónea de la ciencia, como una refresquera que en un comercial asocia la tarea del científico con el desarrollo de armamento utilizado para guerras. Incluso a los medios los coloca como portadores de malas noticias…
Todas estas empresas quieren hacer más y más dinero, impulsan una sociedad basada en el consumo, ése es su objetivo. Se piensa que el dinero da poder y facilidades, lo cual es cierto, pero hay gente que recibe dinero en exceso sin necesitarlo. El dinero debería ser un elemento que te permita vivir adecuadamente, con la calidad necesaria para estar satisfecho. Cualquier cosa en exceso, es avaricia. Todo esto tendríamos que cambiarlo, pero en este sistema lo veo difícil. Y creo que se va a poner peor.

¿Por qué?
Tenemos una clase política que es realmente muy ramplona y bastante ignorante, y que además quiere el poder por el poder. Los mexicanos estamos secuestrados por la clase política; ellos tienen el balón en sus manos, no quieren que nadie juegue, los ciudadanos no podemos participar en la política, a ellos no les interesa escucharnos, nosotros no nos sentimos representados por ningún partido, todos son lo mismo, y están ahí porque quieren el poder de decidir y, de hecho, de trabajar poco. Pienso que habría que tratar de cambiarlo y que la sociedad es la que tiene que participar en esto. Pero es una tarea igual de difícil que hacer comprender a la gente que la ciencia es importante.