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Año 10 • No. 441 • Mayo 9 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Publicidad induce a niños a consumirlos

Alimentos con alto contenido de azúcar, tan adictivos como la cocaína

Lo mismo sucede con aquellos que tienen grandes concentraciones de grasa y sal: Xaviera Cabada

David Sandoval

La obesidad es un problema de salud a nivel nacional que está generada por la presencia y publicidad de alimentos chatarra dirigida hacia los niños y jóvenes, subrayó Xaviera Cabada, nutrióloga y coordinadora de salud alimentaria de la organización civil El Poder del Consumidor”.

Invitada por la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV), presentó ante los estudiantes y profesores la ponencia “Publicidad, legislación e impacto del consumo de alimentos chatarra”, en la cual desarrolló esta problemática.

“La obesidad como epidemia ya no es el resultado de la suma de malos hábitos individuales”, explicó, ahora es una consecuencia de la publicidad y la disponibilidad de productos que afectan la salud de los niños principalmente.

Los resultados de estudios realizados en Estados Unidos y Reino Unido contrastan con los argumentos de las empresas productoras de comida chatarra, que centran el tema de la epidemia de sobrepeso y obesidad infantil en la falta de ejercicio y hacen campañas para promover el deporte o patrocinan eventos deportivos mientras inducen a los menores a ingerir bebidas y alimentos con altísimas concentraciones de azúcar, grasas y sal, afirmó Xaviera Cabada.

La publicidad dirigida hacia los niños, como son los cereales y de las cadenas de comida rápida trasnacionales, se basa en una estrategia mercadotécnica inducida, orientada particularmente en generar una insistencia e insatisfacción en los niños, cuyo objetivo es propiciar que sus padres cedan y compren los productos en cuestión.

Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la publicidad en alimentos no debe explotar la experiencia y credibilidad de los niños, quienes son “particularmente vulnerables a la publicidad”, detalló Cabada.

Con 25 comerciales por hora, México es el principal país donde se anuncian alimentos procesados hacia el público infantil porque no existe una regulación, mientras que en los horarios dirigidos a este público, el 45 por ciento corresponden a comida chatarra.

De acuerdo con los resultados de una investigación a gran escala, encabezada por David Kessler, quien fuera titular de la Food and Drug Administration (FDA) en Estados Unidos, se pudo demostrar que los alimentos con altas concentraciones de azúcares, grasas y sal son igual de adictivo que la cocaína.

Estos alimentos, además de generar una adicción, debido a sus componentes, bloquean a las neuronas encargadas de regular la saciedad, lo que provoca en las personas una ingesta que supera las cantidades necesarias, detalló
la ponente.

De acuerdo con una investigación realizada por la Foods Standards Agency de Reino Unido, existen colorantes artificiales que provocan déficit de atención e hiperactividad, están los colorantes artificiales como: Carmoisina (E122), Amarillo Anaranjado (E110), Amarillo de Quinoleína (E104), Tartrazina (E102), Rojo Allura (E129), Rojo Cochinilla (E124).

Para modificar el entorno obesigénico que afecta a los niños y adolescentes, la nutrióloga propuso la realización de cinco puntos básicos en los que debe imperar una normatividad oficial: Alimentos saludables en las escuelas, Prohibición de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia, Etiquetas que realmente informen a los consumidores, Acceso libre a agua potable gratuita y Campañas de orientación alimentaria.