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Año 10 • No. 443 • Mayo 23 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Luz de la materia, autorretrato en tensión permanente: Rodolfo Mata

El libro más reciente de Malva Flores fue presentado en la FILU 2011

Susana Castillo Lagos

Luz de la materia (Era, 2010), de Malva Flores, entrega un autorretrato en tensión permanente, entre la placidez del encuentro con lo elemental, su invocación a través del recuerdo, el desasosiego ante el desgaste del ejercicio de la poesía y las expectativas puestas en él, expresó el escritor Rodolfo Mata durante la presentación del volumen en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) de la Universidad Veracruzana.

Aunque los 21 poemas que contiene el libro carecen de títulos, están divididos en las secciones Dominio, Malparaíso y Mudanza del Árbol, “que ya desde sus nombres anuncian este ir y venir”, agregó.

Relató que conforme avanzó en la lectura de Luz de la materia descubrió que los poemas de Malva aluden a “las cosas que están en la memoria y que tratamos de amarrarlas ahí, pero sabemos que indefectiblemente pasarán a ser de otras personas, por mucho que las amarremos”.

Destacó que Malparaíso, la segunda parte del libro, es un anti-lugar, contrario al Dominio de la primera parte, signado por la duda, la decepción, un ataque de parálisis casi intransponible del decir renovado.

Este “lugar que no se transforma nunca”, desemboca en la esperanza que representa la tercera y última parte de Luz de la materia, nombrada Mudanza del Árbol, donde los recuerdos afloran de nuevo.

En tanto, el poeta José Luis Rivas comentó: “Al introducirnos en el mundo imaginario de la autora conviene citar, de entrada, su ensoñación sobre el dominio mismo en que sus poemas hincan sus raíces”.

El Dominio de Malva, prosiguió, se va definiendo por un verdor a la espera de Malparaíso, la segunda de sus moradas: “En él, lo que en un principio aflora con un afán protagonista se convierte en una intensa evocación que permea, diría yo, esas páginas de su libro”.

En la última parte del libro, señaló Rivas, “se patenta que viene naciendo el día desde hace tanto, el momento de plena comunión con la naturaleza en que la poeta recobra su parentesco físico con el universo al fundirse con la luz de la materia”.

En la parte final de la presentación, Malva Flores leyó algunos de sus poemas, comentando anécdotas en torno a ellos.