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Departamento de Prensa
Año 10 • No. 446 • Junio 13 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

La academia y la UV frente a la violencia

Nuestros estudiantes no están desprotegidos:
Defensoría

La violencia es una enfermedad que se tiene que reconocer:
Cendhiu

La UV hace grandes esfuerzos por dar a sus jóvenes mejores perspectivas de futuro y, así, alejarlos de modos de vida violentos:
Relaciones Estudiantiles

Las universidades deben dar un diagnóstico del problema y ofrecer propuestas a mediano y largo plazo:
Rafael Grasa, presidente del Instituto Catalán para la Paz

María Leticia Cruz

Ante el clima de violencia de México, las universidades, la academia e investigadores juegan un papel fundamental para la elaboración de un diagnóstico y propuestas de solución del problema a corto, mediano y largo plazo, apuntó el presidente del Instituto Catalán para la Paz, Rafael Grasa Hernández, quien en coordinación con el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Golfo y la Universidad Veracruzana (UV) ofreció la conferencia “Los retos para la seguridad de las personas”.

Como se sabe, la Universidad Veracruzana (UV) cuenta ya con un amplio trabajo sobre el fomento de valores y conductas en los jóvenes, a modo de que desde sus relaciones interpersonales más cercanas, la violencia no sea un hecho presente.

Enrique Hernández Guerson, coordinador del Centro para el Desarrollo Humano e Integral de los Universitarios (Cendhiu); Edith Valdez Ponce, defensora adjunta de los Derechos Universitarios, y Raúl Ariel Montalvo Melgarejo, coordinador de Relaciones Estudiantiles, coincidieron en que “la violencia es algo que no se puede controlar pero sí evitar. El punto es no quedarse callado. El eje fundamental es: no hagas a otra persona lo que no quieres que te hagan a ti”.

En la UV, grandes esfuerzos a favor de los jóvenes
“Sabemos que hay jóvenes que, confundidos, se han ido a las filas de la violencia. Aunque, afortunadamente, hasta ahora no se han detectado en la UV casos de este tipo, existe en la Universidad todo el interés por prevenir que ocurra… Se trata de orientarlos, de alejarlos de confusiones que los acerquen a conductas, grupos, o quehaceres ligados a la violencia”, dijo Montalvo Melgarejo.

Al respecto, recordó que revistas de circulación nacional y defensores de derechos humanos documentaron que jóvenes de entre 20 y 30 años son enganchados por la delincuencia. Ricardo Ravelo, Anabel Hernández, Emilio Álvarez Icaza y Javier Sicilia han llamado a los actores sociales a alertar y cuidar de la juventud, refiriendo que los jóvenes son seducidos con la promesa de dinero fácil, dinero que en muchas ocasiones ni siquiera llegan a disfrutar, porque únicamente son usados en el frente de batalla.

En días recientes, recordó, una prestigiada revista de circulación nacional dio a conocer que de acuerdo a informes del Gobierno de Guatemala, al menos cinco de los jóvenes capturados por participar en el asesinato de 27 campesinos de ese país de Centroamérica y un fiscal, son xalapeños.

“La mayoría de esos jóvenes no estudian, vienen de familias disfuncionales y son fácilmente seducidos. Y aunque en la UV no tenemos jóvenes que estén padeciendo esos problemas, sí trabajamos por fomentar su intelecto, su sana recreación para que tengan una vida digna, y que si tienen algún problema tengan la confianza de contar con quienes somos parte de la Universidad.”

Detalló que “la UV cuida a la juventud y está preocupada por alejarla de cualquier tipo de violencia, y en ello realiza grandes esfuerzos”. En marzo de 2011 casa de estudios del estado se coordinó con el Instituto Politécnico Nacional para la impartición de un seminario contra la violencia.

Y agregó que en las universidades en general hay una alerta no tan sólo por la violencia delictiva (violencia de la comunidad), sino de todo tipo (en las escuelas, en la familia, etcétera), por lo que están llevando a cabo proyectos para recuperar valores y hacer hincapié en el respeto a la integridad propia y del prójimo.

Subrayó que es necesario sensibilizar a los jóvenes ante la violencia, ya que ésta es un problema de salud pública con alto costo social y que conforma una barrera para el desarrollo de los países.

Academia tiene un papel clave vs. violencia
El caso de la violencia en México es particularmente especial, expuso Rafael Grasa, pues no se compara con la de otro país; y a pesar de que no es tan grave como en Centroamérica y África, sí es un ejemplo de la violencia que podría ocurrir en otros países, donde la violencia estalla con intensidad por la actuación de los grupos armados, y a partir de ahí un desafío enorme al Estado.

Este empeño de garantizar la seguridad con lo público y lo privado tiene que ver con el desempeño de las universidades y de la academia; explicó que para resolver conflictos hay dos reglas básicas cuasi previas: primero reconocer el problema, y eso es algo que recién está haciendo toda la nación mexicana, porque el problema tenía tendencias pero han tenido que esperar ciertas visibilizaciones como percepción de inseguridad, caravanas, etc., para que la gente acepte que hay un problema, resoluble, pero hay un problema. La segunda cuestión básica es diagnosticar bien por qué hay medidas a corto, mediano y largo plazo.

En este sentido, el investigador cree que la tarea de la UV, de CIESAS, de todo el mundo académico en conjunto, es básicamente entender el porqué de la violencia, ir a la raíz de los problemas.

Además del diagnóstico del problema, dijo, las universidades, el mundo de la academia y de la investigación deben ofrecer propuestas también a mediano y largo plazo:

“En el largo plazo porque hay que entrarle a las auténticas raíces de los problemas e ir cambiando cosas. Aquí los temas de desarrollo, de solución de conflictos, de educación en derechos humanos y, en última instancia, de ciudadanía, son fundamentales.

”En el medio plazo porque hay que intentar ver qué se hace con los grupos violentos y cómo se les recicla. Yo propongo que se utilicen las mismas técnicas que se están utilizando después de poner fin a un conflicto armado: desarme, desmovilización y reinserción de los combatientes. Eso tarde o temprano habrá que hacerlo porque, no nos engañemos, el problema que tienen en común todos los países, y México no es la excepción, es doble, por un lado el Estado ha perdido el monopolio de los medios legítimos de violencia, y por otro, la falta de expectativas de la juventud.”
En todas partes, las crisis económica y social están generando una situación atípica y es que nunca antes la juventud había estado tan preparada pero sin expectativas de vida. Cuando abandonan sus estudios es muy difícil que tengan expectativas de crecimiento de vida. Este fenómeno es profundamente desestructurado de la sociedad.

El principal reto, dijo, es uno: lograr cambiar la percepción, y en ello el papel de la Universidad es clave. Asimismo, añadió, “deben realizarse seminarios interdisciplinarios donde la academia aborde el tema de la inseguridad, debe perderse el miedo a discutir estos temas, y es fundamentalmente importante compartir estas experiencias con jóvenes y mujeres”.

Juventud sin expectativas: presa fácil
Rafael Grasa puntualizó que la falta de expectativas de vida de los jóvenes los convierte en relativamente presas fáciles de círculos de violencia de todo tipo.

“En este contexto, capturar a niños para la vía fácil y reclutar en maras, pandillas, sicarios de diverso tipo, etc., es relativamente sencillo. Yo creo que éste es un papel clave donde también la educación tiene un papel clave. No sólo la educación en la universidad, sino el trabajo de la universidad educando a formadores de primaria y de secundaria para que sepan inculcar otras cosas.”

En síntesis, la tarea es larga e importante, tanto para expertos de seguridad que puedan diseñar programas integrales para la prevención de la violencia, como en el medio plazo y sobre todo en el largo, porque de lo que se trata es que una vez que se salga de la pesadilla sea para siempre.

El gobierno debe apostar a universidades
Rafael Grasa Hernández ahondó en el tema y sostuvo que es fundamental que el gobierno mexicano invierta más en la educación y en ofrecer a los jóvenes mejores expectativas de vida para evitar que se enfilen en la delincuencia.

“Siempre es necesario que los gobiernos inviertan más en la educación superior y en la investigación. El futuro, el desarrollo del país –y eso implica también la seguridad y la falta de violencia– dependen de la inversión en capital social y en capital humano, y para eso las universidades tienen un papel clave; no olvidemos que la investigación, la referencia y el desarrollo del conocimiento en las universidades son siempre más baratos. Por lo tanto, en esta premisa, invertir más en la universidad es de lo más importante.”

Y agregó: “En la Universidad Autónoma de Barcelona los tiempos de crisis hacen que más bien los estados piensen en recuperar y cortar, más que en invertir. Pero estoy convencido que en rubros como éste, la seguridad y el evitar que los muchachos se acaben enrolando en la violencia, en la delincuencia –si no hay un incremento generalizado de los presupuestos–, en este rubro seguro que lo habrá”.

El conocimiento es la herramienta: Rector
Es evidente que en México deben abordarse las problemáticas y realizarse con urgencia la investigación y diagnóstico, pues ya se aceptó un problema, hablando de inseguridad en el país; ahora hay que abordarlo, expresó el rector Raúl Arias Lovillo.

“Con el conocimiento, que es nuestra mejor arma, deben construirse convenios de colaboración de investigación, análisis, para realizar esto, el diagnóstico, que es urgente”, añadió.

“Los estudiantes no están desprotegidos”: Defensoría de la UV
Edith Valdez Ponce exhortó a los jóvenes estudiantes a no callar ante sucesos de violencia: “La Universidad está muy pendiente de brindar asesorías, de escuchar quejas y de atender cualquier situación que se pudiera presentar, ya sean alumnos, académicos, autoridades. Lo que no deben hacer es callar, porque ante la violencia no se debe callar”.

En caso de que algún joven estudiante se sienta intimidado por algún tipo de violencia, éste debería denunciar ante las autoridades inmediatas, de ahí el caso sería asesorado por un abogado de la Universidad y la Defensoría de los Derechos de los Universitarios para hacerse del conocimiento del Rector, el Consejo Universitario y, de ser necesario, de las autoridades de seguridad del estado. “Los estudiantes no están desprotegidos, de ninguna manera”, explicó la Defensora Adjunta de los Derechos Universitarios.

Asimismo, dijo que es muy importante la cercanía con los padres de los jóvenes, por lo cual dijo que la UV realiza eventos con invitación a los padres y analiza la posibilidad de ofrecer talleres a modo de que padres y jóvenes participen y compartan experiencias para prevenir la violencia y tratar el tema de las adicciones.

Formación académica para una vida sin violencia
La UV cuenta con la opción, dentro del Modelo Educativo Integral y Flexible, de cursar la experiencia educativa Vida Saludable sin Violencia.

“Aunque la experiencia tiene un enfoque distinto a la violencia externa, es decir, la que ocurre en el país derivada de la delincuencia, el horizonte es ver un conjunto de aristas que inciden en tener una vida sana, de valores, de respeto y de relaciones de convivencia, y que alejen de conductas y círculos de agresión”, explicó el coordinador del Cenati-Candhiu, Enrique Hernández Guerson.

Dentro de los módulos que se imparten en esta experiencia educativa, se explica a los estudiantes los conceptos y tipos de violencia, conductas y entorno, marcos legales, pero sobre todo se fomentan valores a modo de que la violencia, de cualquier tipo, no esté presente en la vida de los jóvenes.

“Es muy interesante que en las experiencias educativas los jóvenes compartan inquietudes y se dialoga con ellos de manera activa, incluso se convierten en portavoces con sus compañeros para prevenir violencia, para ser un apoyo y, por supuesto, se les aconseja para que estén bien. El problema es que a veces les da pena externar sus inquietudes, otros no tienen la confianza con sus papás para hablar de ciertos temas delicados; por eso estamos trabajando en la UV de manera fuerte en ello, para brindar apoyo”, añadió.

Red contra la violencia
Estudiantes de los cinco campus de la UV, orientados por catedráticos, conforman la Red Promotora de No Violencia, esto a modo de servir como consejeros de los jóvenes ante diversas circunstancias y conflictos que impliquen violencia, riesgo y un atentado hacia la propia seguridad.

“La violencia tiene la característica del poder, de imponerse, de someter a otra persona y provocarle daño. Entonces, de lo que se trata es de hacer ver a los estudiantes que los actos violentos se pueden evitar; de otra manera tarde o temprano, si los motivamos, terminan por afectarnos, por eso es fundamental pensar: no hagas a otros lo que no quieras que te hagan”, enfatizó Hernández Guerson.

“La violencia es una enfermedad que se tiene que reconocer, y uno no debe quedarse callado, debe pedir ayuda, si bien siente tendencias a ser violento, o se siente violentado”, añadió.

Asimismo, ante el peligro que implican las adicciones como alteradores de la conducta, la cual muchas veces se transforma en violencia, lo fundamental es que los jóvenes reconozcan el peligro y las consecuencias que ello puede desencadenar. Una adicción los coloca en conflictos para conseguir el dinero, por una adicción tienen que tratar con gente de todo tipo para conseguir una droga, se meten en líos y se van enganchando en más y más problemas, explicó.

“Por eso siempre desde las aulas, al platicar con ellos, y con las experiencias educativas, se les invita a practicar deporte, a los talleres de arte, a los eventos que realiza la UV, para que encuentren formas sanas de recreación que además les ofrecen mejores expectativas de vida”, dijo al exhortar a los estudiantes a disipar sus dudas e informarse para evitar los varios tipos de violencia de los que podrían ser presa.

Los jóvenes deben conocer lo que pasa en su entorno, estar alerta y escuchar voces que sepan orientarlos para que tengan mejores expectativas de vida y alejarlos de seducciones que podrían resultar a lo sumo peligrosas. La violencia es una enfermedad social que limita el desarrollo de las personas y de naciones ante la que urgen diagnósticos, análisis y propuestas para ofrecer soluciones y brindar mejores percepciones para el mejor desarrollo de vida, de calidad de vida de la juventud, coincidieron académicos y especialistas.