Alma Espinosa
La familia del escritor Germán Dehesa donó a la Universidad Veracruzana (UV) su biblioteca personal como una muestra de cariño, igual que él lo hacía cuando compartía sus libros, confió su hija Juana Inés, acompañada de sus hermanos, su mamá, su tía y el rector Raúl Arias Lovillo.
Con las cenizas de su padre a un lado, durante su participación en la inauguración de la biblioteca del escritor, que tiene como sede la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) Xalapa, Juana Inés comentó a los asistentes a la sala de videoconferencias cómo era la relación con su padre a través del “hurto” de sus libros.
Recordó la forma en que la literatura fue el eje de su vida familiar. Sobre la donación, dijo que “para mi papá y para nosotros sus hijos: Ángel, Andrés, Mariana y Juana Inés Dehesa, estos libros fueron y son amigos. Son miles y miles de amigos que hoy con enorme gusto venimos a encomendarlos. Quiéranlos, léanlos, cuídenlos y compártanlos porque los bienes si no son compartidos no son bienes”.
Dijo que en esta biblioteca están varios de sus diccionarios que guardaba cerca de su mesa de trabajo y que consultaba sistemáticamente. También están “su Borges y su Calvino, su Prust, su Quevedo, su Tirso, su Woolf, su Cortázar”.
Luego de signar los documentos que testifican la donación y el comodato de una pintura de cuerpo completo de Germán Dehesa creada por Enrique Estrada y que acompañará a los estantes que contienen los nueve mil volúmenes donados a esta casa de estudios y que ya están disponibles para su consulta y préstamo para la comunidad universitaria, el Rector calificó la donación como generosa y significativa porque estos libros fueron los que acompañaron a Germán en su formación como hombre de letras.
“Para la UV es un gran honor y un privilegio ser la depositaria del espléndido acervo bibliográfico atesorado por Germán. Nos sentimos muy honrados de recibirlo y ponerlo a la disposición para que el mayor número de estudiantes y lectores disfruten y se beneficien de su riqueza y para que su semilla germine entre la juventud”, expresó Raúl Arias.
Calificó a Dehesa como luchador desde la trinchera de la palabra, impulsor cotidiano a través de su columna “Gaceta del Ángel”. Fue un “crítico implacable de la vida política, la burocracia inútil y corrupta, la ineptitud, la inmunidad y la violencia”, aseguró Arias Lovillo.
Más que una biografía, el escritor Felipe Garrido leyó un homenaje a su gran amigo Germán Dehesa, con quien compartió su necesidad de formar lectores. Recordó que Dehesa decía que la lectura es la segunda forma de recreo del ser humano, pues la primera es la que involucra un hombre y una mujer. Garrido recordó que Dehesa aseguraba que el buen lector termina leyendo poesía y él con un dejo de ironía hablaba de cómo su mamá lo había acercado a este género literario.
Acompañado de la viuda de Germán, Adriana Landeros Verdugo, su hermana Margarita y sus hijos Mariana, Andrés, Ángel y Juana Inés, Felipe Garrido aseguró que la UV comparte la visión de Germán Dehesa y por ello impulsa el Programa Universitario de Formación de Lectores, la colección Biblioteca del Universitario y la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).
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“¿Qué tal durmió?”
Así como Carlos Monsiváis se convirtió en un defensor y la voz de las causas populares, Germán Dehesa fue la voz y al mismo tiempo un feroz crítico de la clase media. Lo hizo a través de diferentes medios, como su entrañable columna para miles de lectores: “Gaceta del Ángel”; también tomó por asalto la televisión, la radio y el teatro. Este último con su Planta de Luz, resquicio que creó e hizo casi lo imposible por mantenerlo como un espacio de expresión alternativo y abierto a la democracia.
De acuerdo con Germán Martínez Aceves, uno de sus lectores asiduos y coordinador de Actividades Culturales y Artísticas de la FILU, Germán Dehesa fue un vocero de la clase media, como Guadalupe Loaeza lo es de las niñas bien, los grandes comunicadores representan a las clases empresariales y los intelectuales hablan desde la academia.
Quizá la forma más efectiva para dar a conocer su defensa de un sector de la sociedad fue con la “Gaceta del Ángel”, que se publicó diariamente por 17 años en los periódicos del Grupo Reforma –y medio centenar más distribuidos en toda la República–, hasta el 25 de agosto de 2010, fecha en que puso de luto sus palabras a causa del cáncer que lo hacía vivir “sobre las puntitas de los pies”, para que la enfermedad no se percatara de su presencia y lo dejara seguir viviendo.
Además de frases que hizo célebres y que fueron contagiosas para varios escritores y reporteros, como la de “hoy es viernes, hoy toca”, Germán Dehesa cuestionaba directamente a los políticos y con el ex gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, comenzó el cuestionamiento “¿Qué tal durmió anoche”. Apelando a su conciencia se dirigió a políticos involucrados en actos de corrupción y en general a su mala gestión que empobrecía en todos los aspectos al país.
Así como la muerte de Octavio Paz dio fin a una época en que los poetas tenían una participación activa en la vida política e intelectual de nuestro país, con la muerte de Germán Dehesa es probable que terminara la generación de cronistas de la ciudad con una gran representatividad, que al mismo tiempo fuera un contrapeso al poder, comentó Germán Martínez.
Dehesa tenía la facilidad de “incluir a través de sus escritos a todos los que no estamos involucrados en los procesos sociales y políticos”, dijo Germán Martínez, quien también compartía con su tocayo el gusto por la bandera universitaria de los Pumas, misma con la que fue cubierto su féretro con el visto bueno de la afición futbolera. Dehesa además de ser un Puma de corazón por haber estudiado Ingeniería Química y Letras en la UNAM, era un crítico asiduo de la directiva.
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“Somos lo que leemos”
La mezcla de vivencias cotidianas con las de la ciudad, el juego con las palabras y la crítica a políticos en una narración atractiva para miles de personas, era posible sólo gracias a la vena de lector de Germán Dehesa. Además de ser escritor de un buen número de títulos como Las nuevas aventuras del Principito, Los PRIsidentes, La música de los años, Hablan los amorosos y Fallaste corazón, fue un gran lector de todos los géneros literarios.
Germán Martínez coincidió con Juana Inés y con Felipe Garrido al reconocer su gran pasión por la lectura. “Para tener ese talento para escribir son necesarias herramientas como la lectura, porque sin ésta no te formas, no tienes ideas, no tienes la facilidad de escribir”, expresó Martínez Aceves.
Su gusto por la lectura resultó ser contagioso, porque además de evidenciarse en su familia, los lectores de su columna daban constantes acuses de recibo, como lo fue Leslie Aguirre, quien desde Santiago de Chile envió un correo al Reforma para expresar: “Yo tenía mucha curiosidad de conocerlo porque en sus textos logré comprender a muchos escritores que sabía eran de culto, pero no eran tan fáciles de entender”.
Incluso en obras de teatro como Tapadeus, Dehesa contenía citas de autores diversos. Germán Martínez aseguró que una buena lectura encauza un pensamiento liberado. Era igual evidente su pasión por la música de diversos géneros, principalmente la clásica. Cabe destacar que su Planta de Luz era también el espacio para nuevos proyectos musicales de jóvenes.
Regresando al virus de la lectura, Dehesa lo hizo extensivo por años, incluso su chofer, conocido en la “Gaceta del Ángel” como Pancho (recientemente inició en los periódicos de Reforma, a la vieja usanza, las entregas de un libro que escribió sobre su vida junto a Germán Dehesa), comenzó a leer motivado por la promesa del pago que le haría Dehesa por cada libro leído –pago que nunca se realizó, claro–. Ahora, le agradece la invaluable herencia que le dejó.
Y de esta forma también la comunidad de la UV está agradecida con la invaluable herencia que le confió el pensador que con la frase “Somos lo que leemos” resumió sus enseñanzas. Y para conocer sólo un fragmento del hombre con alma veracruzana, va una breve descripción de los libros que están en la USBI y que se pueden consultar físicamente o a través del catálogo digital.
En la Biblioteca Germán Dehesa ubicada en el primer piso de la USBI hay enciclopedias en diversos idiomas con y sin ilustraciones. Se encuentran reunidos los libros de clásicos como Platón, Séneca, Pascal, Schopenhauer, Gramsci, Nietzsche.
La diversidad lo llevó a reunir libros de moneros como Rius, historia del futbol y mundiales, psicología, política, narcotráfico, filosofía, arqueología (descriptivos de sitios prehispánicos), historia de México. En esta biblioteca también hay un gran espacio para la dramaturgia, incluso hay una colección de breves obras llamada “Colección Teatro” de la editorial española Ediciones Alfil.
La poesía y la narrativa, principalmente la novela, están bien representadas por autores de distintas generaciones y cuya participación social ha sido destacada, como el caso del poeta Javier Sicilia, quien ahora puede ser leído por los usuarios de la USBI, gracias a este acervo. En cuanto a novela, hay textos como La guerra y la paz de Tolstoi y los títulos de escritores nacidos en la década de los setenta.
Para concluir estas palabras que se funden en un agradecimiento al enorme legado a los universitarios y homenaje a Germán Dehesa por su capacidad crítica, una invitación de Michèle Petit, de su libro El arte de la lectura en tiempos de crisis:
“Los libros son hospitalarios y nos permiten soportar los exilios que marcan todas las vidas, pensarlos, construir nuestras casas interiores, inventar un hilo conductor en nuestras historias, reescribirlas día a día. Y algunas veces nos empujan a atravesar océanos, al otorgarnos el deseo y la fuerza para descubrir paisajes, rostros nunca vistos, tierras en las que tal vez serán posibles otras cosas, otros encuentros. Abramos pues las ventanas, abramos libros.”
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