Dirección de Comunicación
Universitaria
Departamento de Prensa
Año 10 • No. 458 • Octubre 17 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Para escribir y publicar

El peor obstáculo es uno mismo: Poniatowska

Dijo que la mataría la tristeza si las elecciones del año próximo las gana Peña Nieto

Karina de la Paz

Como escritor o escritora, el mayor obstáculo que se enfrenta al pretender crear una obra y publicarla es uno mismo, expresó Elena Poniatowska. “No hay peor obstáculo que todo lo que uno trae adentro, todo el daño que uno se hace a sí mismo, toda la poca fe que uno puede tener en uno mismo”.

Elegante, con vestimenta negra, medias también oscuras y caladas, que contrastaban con un collar de conchas marinas nacaradas, un cabello corto, cano, con matices de plata, peinado de lado, y una sonrisa, la autora de Hasta no verte Jesús mío, congregó a cientos de admiradores en la Casa del Lago de la Universidad Veracruzana (UV), la noche del viernes 7 de octubre.

“Llegué a México en 1942 y me encontré con una ciudad chaparrita, de tezontle, era muy fácil ir al centro, había muchos vendedores ambulantes. Hoy hay muy poquitos cilindreros, lavanderas, todo eso ya se acabó y es una enorme pérdida, ahora encuentro puros segundos pisos, pura agresión”, dijo a Jordi Soler, su entrevistador, también escritor.

En todo momento, la notable escritora expresó frases, anécdotas y opiniones que provocaron las risas de los presentes.

Detalles como el hecho de que sus novelas las escribe a mano y posteriormente las transcribe en computadora o que sus lecturas iniciales eran de autores franceses e ingleses y que “muy tarde” empezó a leer en español, afloraron en la velada.

Leonora
La charla abrió con Leonora, su más reciente libro, que en febrero de este año, en Barcelona, mereció el premio Biblioteca Breve de Novela.

“A Leonora la conocí, la entreviste y platiqué con ella justamente para el suplemento de Vicente Rojo”.

Poniatowska relató que inicialmente trabajó en una novela donde Leonora Carrington era un personaje al que llamó Fiona. Con el paso del tiempo decidió hacer una novela sobre la pintora surrealista.

“No era posible entrevistarla porque ella odia las entrevistas, pero a base de preguntas como ¿Y tú montabas a caballo de niña?... me decía: ‘sí, yo montaba, yo amaba, yo soy una yegua’, y así empecé. Además, hay muchísimo escrito sobre Leonora”.

Indicó que Lourdes Andrade fue una gran especialista del surrealismo, y “quien mejor escribió de Leonora, a mi juicio”.

Con Leonara, continuó el homenaje que Lourdes Andrade había empezado a rendirle a todos los surrealistas que llegaron a México y que a pesar de su importancia fueron “rechazados” por los tres grandes: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, afirmó Elena Poniatowska.

La periodista
La autora de Tinisíma admitió que toda su obra literaria está ligada a su quehacer periodístico, que inició en 1953: “Yo oigo a la gente y eso es lo que meto en mis libros. Me inicié en el Excélsior haciendo entrevistas porque quería hacer algo en la vida, pero no sabía. Me eduqué con las monjas, rezaba todo el día, pedía perdón, toda la vida he pedido muchos perdones, y entonces entré a este diario, y sigo siendo periodista, no de diario, pero cuando era muy joven recuerdo que el primer año hice 365 entrevistas, ya no sabía ni a quién entrevistar, a todo el mundo entrevistaba”, relató.

También rememoró sus anécdotas como periodista en activo, su relación con los grandes personajes de la vida política y cultural del país, como el propio Octavio Paz.

“Él nos invitaba a comer porque era el único que tenía dinero”, expresó en referencia al Premio Nobel de Literatura 1990.

La autora de Querido Diego te abraza Quiela enfatizó por qué continuó en el periodismo: “Porque hay un dicho que una vez me dijo Guillermo Haro, ‘cuando esta víbora pica, no hay remedio en la botica’, y así es el periodismo”.
No obstante, aclaró que no es lo mismo el ejercicio periodístico y el literario, sobre todo por los tiempos para concebir el trabajo.

En ese tenor, lamentó la rapidez periodística que priva en la actualidad, “por eso hay muchísimo ‘ahí se va’, por eso muchas veces hacemos mal periodismo, por la prisa”.

Elena Poniatowska relató aventuras y anécdotas vividas con personajes a los que entrevistó o mantuvo -o mantiene- un trato amistoso, como el propio Juan Rulfo, Octavio Paz, Juan Vicente Melo, Inés Arredondo, Juan García Ponce, Carlos Fuentes, por citar algunos.

“Al que más amo es a Luis Buñuel, porque era de una bondad enorme y porque fuimos varias veces a la cárcel juntos, comíamos en la cárcel el caldo con los presos, fuimos a la crujía de los homosexuales que curiosamente se llamaba la J”, relató.

“Yo quise mucho a Buñuel, pero también quise a Juan Rulfo, aunque él siempre desconfiaba de todo. Pero nunca quise a un solo político. De las actrices, María Félix siempre me decía lo mismo: ‘¡yo bajé a los infiernos y hablé con el diablo!”, dijo.

Elena Poniatowska resaltó su recuerdo permanente por Carlos Monsivaís: “Lo tengo aquí (en la cabeza) y aquí (en el corazón)”, indicó. Como muestra están sus fieles amigos, una pareja de gatos, el macho se llama Monsi y la hembra Váis.

La noche de Tlatelolco
Poniatowska también compartió parte de su experiencia en la escritura de La noche de Tlatelolco.
La noticia de lo que aconteció el 2 de octubre de 1968 se la dieron esa misma noche tres mujeres: Margarita Nolasco, Mercedes Olivera y María Alicia Martínez Medrano.

El 3 de octubre, “muy tempranito, a las seis de la mañana, porque Felipe mi hijo segundo, lo estaba amamantando, calculé y fui rápidamente, entonces me impresionó mucho ver la Plaza de las Tres Culturas, había zapatos de tacones de mujeres, zapatos de niños en las fosas; también, estaban perforadas de bala de ametralladora las puertas de los elevadores.

Elena Poniatowska compartió sus
anécdotas los asistentes a la Casa del Lago

Fue una visita donde todavía estaban los tanques de guerra, no había luz y había gente haciendo colas con cubetas para tomar agua. Había una caseta telefónica con un soldado que decía ‘pásame al niño, yo quiero oír al niño, quién sabe cuántos días vamos a estar aquí, pero pásame tu al niño.

Todo ese “horror”, a Elena Poniatowska la impactó e impulsó a reunir material, entrevistas, testimonios que posteriormente plasmó en un libro intitulado La noche de Tlatelolco.

La escritora, destacó que las madres de las víctimas fueron las más valientes, porque decían: “Si yo ya perdí a mi hijo, qué más me pueden quitar”.

La mujer política
En la conversación también se tocó el tema de la participación política en el país, y la autora de Las siete cabritas, aprovechó para resaltar la personalidad de Carlos Monsiváis: “Él representa la parte política y hay que recordarlo siempre”.

Además, mencionó a Sergio Pitol, presente en ese momento. “Sergio Pitol habló en el zócalo, una mañana soleada, a las 11 de la mañana, al lado de Andrés Manuel López Obrador”. Aclaró que le molestaría volcar la plática hacia el tema político, “lo que sí les puedo decir es que a mí me mataría de la tristeza que ganara Peña Nieto”.

Así también, reiteró su simpatía por Andrés López Obrador, para la carrera presidencial del venidero año. “Voy a ayudarlo en todo lo que pueda”, dijo.