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Año 10 • No. 463 • Noviembre 22 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Revolución Mexicana: entre lo popular y lo militar

El investigador Manuel Reyna Muñoz realiza un análisis respecto a los gobiernos militares, a 101 años de la Revolución Mexicana

A partir de 1915 se abrió la puerta al constitucionalismo pero los militares no perdieron poder

En 1929 nació el Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecedente del PRI

María Leticia Cruz

La milicia ha tenido un papel fundamental en la toma de decisiones del país. Más que terminar con ellos, la Revolución Mexicana fortaleció los gobiernos militares en la nación debido a que desde su origen tuvo dos vertientes fundamentales: lo popular y lo militar, expresó el académico e investigador de la Universidad Veracruzana (UV), Manuel Reyna Muñoz.

El académico del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) refirió que en la Revolución Mexicana
–acontecida hace 101 años y considerada uno de los grandes movimientos del país y la primera revolución del siglo XX– los militares eran también políticos, tenían una incursión directa en la toma de decisiones respecto a la población; en otras palabras, gobernaban o eran parte del gobierno.

Al ahondar en el tema de los militares en la política antes y después de la Revolución, Reyna Muñoz recordó que el “menos militar” en ese momento histórico fue Venustiano Carranza. Y entre los gobiernos más militarizados se pueden mencionar los de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, pues eran militares asumidos como comandantes.

Al término de la Revolución y a partir de 1915, hubo grandes esfuerzos por reconstruir al país y el constitucionalismo era visto como el ala triunfante sobre Victoriano Huerta, pero que también logró hacer a un lado a Francisco Villa y Emiliano Zapata. Este constitucionalismo estaba representado por Obregón y Carranza.

Cuando concluye el mandato de Carranza (jefe del ejército constitucionalista) vino la disputa respecto a quién lo sucedería; fue entonces cuando Adolfo de la Huerta dijo que habían sido los militares quienes hicieron triunfar a la Revolución y quienes debían tener el poder.

En 1924 hubo otra disputa cuando surgió la pregunta ¿quién sucederá a Obregón?; en este momento es cuando llega Plutarco Elías Calles, con quien triunfa de nuevo el mando militar en el país.

Fue precisamente durante el gobierno del general Elías Calles (1924-1928) cuando se crearon muchas instituciones que sentaron las bases del México moderno: la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, el Instituto de Pensiones Civiles, entre otras.

Poco antes de que terminara el mandato de Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón sugirió la reelección argumentando que le había faltado tiempo para trabajar por el país, lo cual significaba hacer a un lado una de las consignas más importantes de la Revolución; sin embargo, Obregón logró nuevamente la presidencia del país.

La reelección de Obregón culminó con un acontecimiento violento: fue asesinado. México vivió una crisis política en la que los levantamientos militares eran la principal especulación, lo cual significa que el ejército sigue siendo pieza fundamental en las decisiones del país, y que la población cree que los militares son quienes tienen la capacidad de retomar el orden.

Luego de esta crisis política, México tuvo su primer presidente civil no electo sino designado por el Congreso de la Unión: Emilio Portes Gil. Después de este mandato vino la primera elección constitucional en la que por primera vez un civil, por decisión del pueblo, llega a la silla presidencial: Pascual Ortiz Rubio.

No obstante, quien estuvo atrás del poder presidencial de Ortiz Rubio fue el general Plutarco Elías Calles, lo cual se conoce como periodo del Maximato, denominado así porque el jefe máximo era en los hechos un general.

Elías Calles llevó a cabo una reforma militar para que los caudillos militares ya no tuvieran el seguimiento de la tropa, ya que hasta antes de 1926 el General se movía junto con la tropa al asumir un cargo en la política, de tal modo que el mando militar al frente de la nación era más subrayado: tomaban las decisiones junto con el presidente de la República.

El PNR y la industria petrolera en México
En medio de estos acontecimientos históricos en los que es evidente que los militares están al mando del país, enfatizó Manuel Reyna, en 1929 nació el Partido Nacional Revolucionario (PNR), el cual agrupó a personajes de diversa índole –incluyendo a militares– con una característica: ser simpatizantes de la Revolución Mexicana.

El PNR sentó las bases de los partidos políticos en México y es el antecesor del Partido Revolucionario Institucional (PRI); al término del Maximato, México volvió a tener un presidente militar: Lázaro Cárdenas.

En 1940 vino una nueva etapa para México: la industrialización, lo cual se llamó primero “sustitución de importaciones”, ya que en el país se empezó a fabricar línea blanca y acero; esto además, por supuesto, de la nacionalización del petróleo, lo cual marcó el destino de las finanzas de la nación, además de que se planteó qué hacer con los militares.
Fue Lázaro Cárdenas quien reformó el PNR en 1938, con lo que pretendió fijar las reglas en cuanto a la participación civil y de los militares dentro de la política mexicana, esto para evitar los levantamientos y atemperar los ánimos de la milicia. Sin embargo, los militares seguían formando parte del partido.

De este modo, Cárdenas determinó que el PNR se compondría de cuatro sectores: el obrero con la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el campesino mediante la Confederación Nacional Campesina (CNC), la cual también se formó en aquel 1938, el popular y el militar.

Fue hasta 1946 cuando se conformó el PRI, agrupando únicamente a civiles que lucharán por obtener el poder público, y ya no los militares.

Sin embargo, recuerda el académico e investigador, este partido sometido a los designios del presidente en turno tenía también sus cuotas de poder. Uno de los grandes líderes era Fidel Velázquez, quien controlaba la fuerza obrera desde la CTM; otro gran sector eran los militares, siempre representados por uno de ellos en la Cámara de Diputados.

“En la actualidad los militares ya no tienen representación directa en la Cámara de Diputados, poco a poco han sido desplazados de la política evidente, mas no desligados de las decisiones del país”, apuntó Reyna Muñoz.

Los militares han estado presentes siempre en las decisiones políticas del país, primero como presidentes, luego representados en la Cámara de Diputados; incluso, después de 1970, algunos de ellos se encontraban como gobernadores o estrechamente ligados a la toma decisiones de los gobiernos locales.

Aunque en los años más recientes de la historia de México los militares no han hecho la gala que tenían en las décadas de los veinte y los treinta en la política mexicana, y aunque la industrialización de 1940 cambió el contexto económico-político del país, están estrechamente ligados a las decisiones políticas, subrayó Reyna Muñoz en su análisis respecto a los gobiernos militares a 101 años de la Revolución Mexicana.

Detalles del mural pintado por Mario Orozco Rivera
en la ex Biblioteca Central de la Universidad Veracruzana,
actualmente Dirección General de Desarrollo Académico