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Año 10 • No. 464 • Noviembre 28 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Los días de la Autonomía

Edgar Onofre
Fotos: cortesía del Instituto de Artes Plásticas

El 14 de noviembre de 1996, los diputados que a la sazón conformaban las comisiones permanentes de Justicia y Puntos Constitucionales y de Gobernación de la LVII Legislatura del estado aprobaron por unanimidad una iniciativa de ley enviada por el gobernador Patricio Chirinos para otorgar la autonomía a la Universidad Veracruzana (UV).

Mediante el decreto número 24, se reformaron los artículos 68, 70 y 87 de la Constitución Política del Estado de Veracruz y la nueva ley, la ley número 25 de autonomía de la Universidad Veracruzana, se expidió el 28 de noviembre del mismo año. Al día siguiente, fue publicada en la Gaceta Oficial del Estado, y así entraba en vigor.

En conmemoración de la histórica fecha, los universitarios de la época salieron a las calles a conmemorar el Gran Festival de la Autonomía.

Dos mil quinientos en las calles
El Gran Festival de la Autonomía inició la mañana del 27 de noviembre de 96 con un evento deportivo en el que se efectuaron torneos de futbol, volibol, baloncesto, ping pong, ajedrez, karate do y tae kwon do, amenizados por la actuación de la Orquesta de Música Popular y la Camerata Coral.

Inmediatamente después, unos dos mil quinientos universitarios salieron a las calles del centro de Xalapa para marchar, junto al rector Emilio Gidi, para festinar la consecución de la autonomía universitaria. Ahí estuvieron el Tlen Huicani, la Orquesta de salsa, la tradicional Moscovita y el ensamble de Percusiones.

A pesar del frío de aquella mañana, marcharon estudiantes y marcharon académicos y funcionarios de los cinco campus. En el parque Juárez, al centro de la ciudad de Xalapa, se montaron pabellones que mostraban el quehacer de los universitarios en sus cinco áreas académicas. En una tarima montada ex profeso para la actividad desfilaron las actuaciones de los grupos artísticos de la Universidad, mientras Radio UV transmitía en vivo la jornada y la televisión universitaria proyectaba sus producciones.

Al mismo tiempo, en los bajos del Palacio de Gobierno se inauguró una exposición de carteles que mostró una retrospectiva de la institución. Se proyectó una muestra de cine por la tarde, se montaron exposiciones plásticas, se debatió sobre el quehacer literario en nuestra casa de estudios. Hubo jazz y una función de gala del Ballet Folclórico.

En el marco del Gran Festival de la Autonomía se realizó la primera videoconferencia de la Universidad, un enlace entre los campus de Xalapa y Coatzacoalcos. En el congreso local, como se dijo, se aprobaba la ley de autonomía, mientras en las facultades se debatía sobre el arte universitario y se realizaban conciertos y funciones de teatro.

Hubo, asimismo, un debate sobre las revistas emblemáticas de la UV: La palabra y el hombre y La ciencia y el hombre. Se montó una muestra sobre la arqueología universitaria, mientras que hacia la noche se efectuó una verbena popular con las orquestas de Salsa y de Música Popular. La última jornada del Festival de la Autonomía cerró, por supuesto, con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, bajo la batuta del director huésped Manfred Neuman.

El Consejo de la Autonomía y el financiamiento estatal
Corrían los primeros días de enero de 1997 cuando el edificio de la Facultad de Psicología del campus Xalapa, en el conjunto habitacional Xalapa 2000, fue inaugurado para celebrar la sesión solemne del Consejo Universitario General en el que se entregó a los universitarios la Ley de Autonomía y se firmó el convenio que asegura el financiamiento del Gobierno del Estado para la UV.

El invitado de honor para tal efecto fue el entonces presidente Ernesto Zedillo. El patio central del edificio recibió a unas 400 personas, entre consejeros, invitados y representantes de los medios.

En su mensaje, el rector Gidi destacó que el proceso para llegar a la Autonomía estuvo libre de enfrentamientos o partidismos. Advirtió a los universitarios que “ejercer la autonomía es mucho más que tener un procedimiento distinto para designar al rector. Es permanecer libres de intenciones gremiales o doctrinarias; es actuar como seres preocupados por los problemas de la sociedad, como apasionados defensores de la verdad y como activos militantes de la tolerancia; es conservar el equilibrio de la Universidad: ser científicos y, a la vez, desarrollar una función social con pasión humanista”.

El gobernador Chirinos celebró en su discurso el hecho histórico que significaba la Autonomía tanto para la UV como para Veracruz. Pero, sobre todo, se refirió en su mensaje al convenio celebrado con la Universidad para garantizar el financiamiento de Gobierno del Estado para con esta casa de estudios. En aquella ocasión, se anunció la construcción de lo que hoy se conoce como el Campus para la Cultura, las Artes y el Deporte, que aloja a la USBI, nuevos edificios para los institutos de investigación y otras obras que hoy forman parte del patrimonio y la imagen universitaria.

“La Autonomía surge como la condición para que sean los propios universitarios quienes con plena libertad preparen y forjen a la UV del siglo XXI. Con esa convicción se promovió la Autonomía, conscientes de que son impensables la historia y destino de Veracruz sin la historia y destino de la Universidad Veracruzana”, dijo el otrora mandatario.

El entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo, se refirió a la Autonomía de la UV como un compromiso con el examen riguroso de los problemas del país y la propuesta de opciones útiles para el avance de la nación. Zedillo también se refirió a cifras del financiamiento federal pero, sobre todo, manifestó el compromiso inquebrantable del gobierno para respetar la autonomía.

La primera Junta
La promulgación de la Ley de Autonomía requería de la conformación de una Junta de Gobierno. La primera de ellas se constituyó y legitimó el 14 de febrero de 1997.

Fueron sus miembros: Ragueb Chaín Revuelta, Axel Didriksson Takayanagui, Enrique González Deschamps, Miguel José Yacamán, José Luis Melgarejo Vivanco, Carlos Pallán Figueroa, Luis Arturo Ramos Zamudio, Julio Rubio Oca y Rafael Velasco Fernández.

Un debate perdurable sobre la Autonomía
La Autonomía también es un debate cuyo inicio se registró en julio de 1996, en el marco del X foro regional de la Consulta Pública para la Reforma del Poder Ejecutivo, Nueve Federalismo y Reforma Municipal, celebrado en Xalapa.
Con importantes antecedentes históricos que se remontan, al menos, a la década de los 50, el debate sobre la autonomía naturalmente se avivó en vísperas del proceso que llevó una iniciativa del gobernador a la Legislatura del estado y devino en la Ley de Autonomía.

Hubo posturas académicas pero también políticas y un vivo despliegue de la prensa local. Notas que sucedían a las entrevistas, debates académicos o declaraciones de hálito político marcaron la efervescencia de esos días. De entre el sinnúmero de aportaciones a la reflexión, se recuerda aquella intervención de seis académicos universitarios en la consulta pública referida en líneas anteriores.

“… el papel fundamental que desempeña el conocimiento en el desarrollo de las sociedades modernas, el cual se cimenta en las instituciones educativas, preponderantemente las universidades, plantea la necesidad de construir un proyecto que, a diferencia de la fase expansiva, tenga como eje de la transformación universitaria la producción y difusión de conocimiento”, leyó el investigador Ragueb Chaín a nombre de los también académicos Raúl Arias Lovillo, Héctor Amezcua, Rafael Villar, Alberto Olvera y José González Sierra.

El texto seguía diciendo: “… el Estado ha de mantener e incluso incrementar el gasto en la educación superior, pero no debe hacerlo benevolente y discrecionalmente, sino en torno a metas pactadas, a contratos institucionales de trabajo y la evaluación periódica de resultados”.

De acuerdo con esta postura, se decía, “se trata de incrementar el control público sobre la responsabilidad de producir, enseñar y comunicar conocimientos con eficacia y a un razonable nivel de exigencias académicas.

”… La regulación de la universidad implica necesariamente aceptar que la universidad opere con la suficiente autonomía respecto del Estado y la sociedad. Entendida como libertad de pensamiento, cátedra y de investigación, como condición protectora del trabajo intelectual, es una cuestión central para el desarrollo de un ambiente académico de libre cuestionamiento e indagación intelectual, que al margen de las presiones e intereses grupales o corporativos, permitan cumplir con la tarea primordial de contribuir mediante la educación, la investigación, la innovación a la realización personal y el acceso al empleo, a la satisfacción de las necesidades y demandas sociales, a un posible proyecto nacional del desarrollo, y a la capacitación para el ejercicio de la ciudadanía y la promoción de la democracia”.

Del texto originalmente leído en aquella ocasión, se destacan dos argumentos que aún al día de hoy, y quizá de forma imperecedera, caracterizan con precisión el espíritu de la Autonomía en la UV: “El reto de la universidad es armonizar los valores de la autonomía con el de la responsabilidad” y “…no se trata de vigilar a la universidad sino de rendirnos cuentas entre universitarios y en consecuencia ser capaces de hacerlo hacia el exterior, trátese del gobierno o de sectores de la sociedad que tienen un interés legítimo en saber lo que hacemos”.