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Año 10 • No. 471 • Febrero 13 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

También lo son Era, FCE y publicaciones de la UNAM

Editorial UV es un dique: Lara Zavala

"…la idea fundamental
es que cada escritor tiene
que buscar su
voz, su mundo y eso que parece fácil no lo es”

Alma Espinosa

Editoriales como la perteneciente a la Universidad Veracruzana (UV), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como Almadía, el Fondo de Cultura Económica (FCE) y Era, realizan actos heroicos para crear libros cuidados y atractivos con el propósito de que haya más gente interesada en leerlos, expresó el escritor Hernán Lara Zavala.

Y es que en la incesante tarea de despertar el interés por la lectura, son muchas las acciones que se impulsan desde diversos frentes, todos los esfuerzos, porque la lectura, específicamente la literaria, nos introduce en un tiempo propio, a salvo de la agitación cotidiana, “en el que la fantasía tiene libre curso y permite imaginar otras posibilidades. Ahora bien, no olvidemos que sin sueño, sin fantasía, no hay pensamiento, no hay creatividad”, como lo asegura Michèle Petit en su libro Lecturas: del espacio íntimo al espacio público.

Esa misma fantasía y creatividad que menciona Petit es también parte de lo que según Lara Zavala conlleva a los editores a emprender ese acto heroico que consiste en hacer libros muy bellos, con el riesgo de que no recuperen la inversión por completo. Por fortuna hay algunos casos, como la editorial Almadía, que cuenta con apoyo económico y que a la vez la convierte en un mecenas.

En entrevista con el cuentista, novelista y ensayista, se habló sobre el trabajo de los editores, así como de la selección y epílogo que hizo en el libro Tajimara y otros cuentos eróticos de Juan García Ponce.

¿Cuál es el papel de los editores para atraer o formar lectores?
Los editores son fundamentales. Yo dije que una editorial como la de la UV es un dique; incluyo también a Era que es una editorial cultural, así como la del FCE. También reconozco lo que hace la Dirección General de Publicaciones de la UNAM.

Todas éstas, son editoriales que están encauzadas a defender la alta cultura contra lo que ha pasado con editoriales como Planeta, que había sido una editorial importante y ahora publica puras bazofias, no sólo de superación personal, sino los temas fashionable pero baladíes.

Editoriales como Era, FCE, UNAM y UV están concentradas, pero cada vez van a ganar menos por los consorcios muy grandes como Grupo Prisa (Promotora de Informaciones Sociedad Anónima). Yo publico en Alfaguara –forma parte de Prisa– pero mantiene una dignidad. Es casi un lujo para Prisa tener algo como Alfaguara, aunque no creo que esta editorial tenga una gran ganancia.

Hay libros como Última función de Marcelo Uribe, cuya edición está pensada para atraer lectores…
Que tiene en la portada una puerta que puedes abrir… es una edición de Almadía, y ellos hacen una maravilla en la edición.

¿Es política editorial atraer a nuevos lectores?
No, yo creo que es un acto heroico de los editores el de hacer libros bonitos, bellos; sin embargo, no creo que recuperen toda la inversión. La ventaja muy grande es que parece que hay recursos económicos de quien apoya a esta editorial en específico y que eso le da la ventaja para hacer. Almadía es un mecenas.

¿Qué opina de los críticos literarios de hoy?
Creo que en México hacen falta críticos buenos e independientes. En la época de García Ponce, la crítica, a pesar de que era una mafia, existía. Ahora yo no la veo, generalmente están ligados a una revista, a un jefe de redacción, y que les dan línea: “A éste pégale y a éste ensálzalo”; no hay independencia crítica y eso es muy feo.

¿Ha pensado en la función que tiene como escritor?
Sí, me influyó mucho Juan García en el sentido de que uno tiene que elegir qué tipo de escritor es. Fíjate qué paradoja, no me parezco nada a Juan, curiosamente, pero él fue quien desde mi lectura de su autobiografía me impulsó para decir: “Si él pudo hacerlo yo también lo puedo hacer”.

"Creo que es un acto heroico de
los editores el hacer libros bonitos, bellos;
sin embargo, no creo que recuperen toda la inversión”

Mi obra no se parece nada a la de él, y en un momento dado hasta pensé que mi obra no le iba a gustar, pero no creas, fue generoso conmigo siempre. Cuando yo publiqué Zitilchén, me dijo: “Encontraste un buen tema y encontraste un buen tratamiento”. También me decía: “No hay buenos o malos temas, hay buen tratamiento o no”.

Por supuesto que me he esforzado para encontrar mi mundo, pero uno no puede ser epígono de un autor, no puedes ser su imitador. Yo tengo que encontrar mi voz, mi mundo y eso es lo que he estado haciendo.

A mis alumnos de los talleres de narrativa les digo que todo mundo tiene una historia que contar y la mejor historia que tienes que contar es la que te pasó a ti, la que tú viviste o la que tú imaginaste. En la medida que quieres contar algo que no está cerca de tu corazón y de tu sensibilidad y visión del mundo, sabes que sale mal.

Muchísimos empiezan a imitar a Borges, Arreola, Rulfo y sabes que esto no es lo tuyo. Les digo a mis alumnos: cuenten cosas que conozcan de primera mano, no para que las transcribas sino para que se sepa que es algo que tú imaginaste y que si no lo cuentas no lo puede contar nadie; ése es el sentido, tu mundo interior, con tu voz.

Lo que nunca hago con mis alumnos es pedirles que escriban como Rulfo, sino que escriban como sientan. Así vas viendo a quién le gusta una novela policiaca, intimista, a quién le gusta una novela de carácter social. Vas descubriendo la sensibilidad y lo que no puedes impostar es la voz.

Te voy a poner otro ejemplo, un amigo me dijo: “¿Cómo le hago para ligarme una muchacha?”. Le dije: “Te digo la fórmula: sé tú; si le gustas ya ganaste y si no, para qué te vas a hacer tonto”.

Los temas que aparecen todos los días en los medios como droga, violencia y narcotráfico, ¿pueden usarse para formar a nuevos lectores?

No creo. Los temas no pueden ser elegidos por las circunstancia. Yo creo que tienes un mundo. Por ejemplo, Elmer Mendoza escribe sobre crimen y lo conoce de cerca, conoce el lenguaje, a personajes y lo puede hacer bien. Pero si tú te impones como tema el narcotráfico o la política y no los conoces de cerca, es muy difícil.

Hubo una época en que decían que la literatura regional, como le llamaban, estaba proscrita y acabada en México, y si te das cuenta ha pasado al revés, han proliferado escritores como Eduardo Antonio Parra que habla del norte, Joaquín Bezar que habla de Yucatán, y que Luis Arturo Ramos que habla de Veracruz y tal cantidad de gente.

La Ciudad de México por atractiva que sea no puede crear todas las historias. José Agustín fue un gran explorador de la Ciudad de México, el propio Juan García Ponce. Así lo veo yo, la idea fundamental es que cada escritor tiene que buscar su voz, su mundo y eso que parece fácil no lo es.

¿Qué piensa del arte que se crea en nuestro país?
García Ponce vivió en una etapa en la que tenían acaparada la cultura; era la mafia encabezada por Octavio Paz, Fernando Benítez, Vicente Rojo con la imprenta Madero, la Revista de la Universidad con Jaime García Terrés, el Fondo de Cultura Económica… era un grupo muy cerrado.

"“…uno no puede ser epígono de un autor, no puedes ser su imitador. Yo tengo que encontrar mi voz, mi mundo y eso es lo que he estado haciendo” Creo que una de las artes más importantes de México son las artes plásticas, es donde somos realmente fuertes los mexicanos a nivel cultural amplio, también en literatura y si me empujas tantito te diría que la narrativa breve y la poesía.
Hay buenos novelistas pero no son nuestra fortaleza. En cambio, piensa en cuentistas y tenemos desde Reyes, Rulfo, Revueltas, Arreola, Pacheco, Fuentes, García Ponce, y ahora los más jóvenes como Guillermo Samperio, tu servidor. Hay muchísimo qué ofrecer y con temas muy diferentes todos.

Los cuentos fantásticos de Samperio; los eróticos y medio ‘narcones’ de Eduardo Antonio Parra; los cuentos humorísticos de Ana García Bergua… hay muchas cosas. En eso somos fuertes, más que en teatro, novela y ensayo. Somos fuertes en narrativa breve y las artes plásticas, incluyendo la escultura.

¿Y la crónica?
La he visto, tuvo un florecimiento con cronistas como Monsiváis, pero la crónica dentro de todo es un género menor frente a la poesía y la narrativa.

¿Ahora los escritores toman su papel como un oficio, ahora viven de escribir?
Ninguno vivimos de escribir, pero ya cuando menos cobras algo. Siento que antes había un vicio, siempre se pensaba que era el hobby. Siempre tienes que hacer otras cosas, unos traducen, algunos impartimos clases, otros se dedican a la edición, otros imparten talleres. Ni siquiera creo que Fuentes viva exclusivamente de su escritura; tiene una obra muy importante, pero de lo que vive es de sus conferencias en Estados Unidos que se las pagan muy bien.

“Hubo una época en que decían que la literatura regional, estaba proscrita y acabada en México, y si te das cuenta ha pasado al revés, han proliferado escritores como Eduardo Antonio Parra que habla del norte, y Luis Arturo Ramos que habla de Veracruz”