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Año 10 • No. 472 • Febrero 27 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

En el mundo sólo hay 300 universidades que lo hacen

UV crea robots que reconocen a personas

La creación de robots inteligentes agudizan controversia entre ciencia, moral, religión, leyes

El DIA trabaja en la creación de mapas –tema en el que está siendo innovador– para que estos sirvan a los robots a identificar “sus casas”

María Leticia Cruz

No es sólo ficción que la inteligencia artificial pueda tener apariencia de carne y hueso, mucho menos es inalcanzable que los robots imiten y sepan reconocer las emociones humanas. La realidad supera la ficción. Aquí mismo, la Universidad Veracruzana (UV), una de las 300 en el mundo que participan activamente en la robótica, dota de inteligencia a las máquinas para que sean capaces de asistir y de reconocer a las personas, así como sus emociones.

Aunque la tecnología aún no es lo suficientemente grande para lograr que los robots tengan sensibilidad, sí se trabaja en que puedan reconocer y emular emociones humanas, reconocer a las personas, su voz, etcétera. Por ejemplo, en la UV se trabaja en que sepan reconocer gestualmente los estados de ánimo.

“Los robots deben ser capaces de entender nuestras expresiones faciales para saber si se acercan más o se alejan”, refirió Luis Felipe Marín Urías, del Departamento de Inteligencia Artificial de esta casa de estudios.

“No me atrevo a decir que los robots no llegarán a tener cierta sensibilidad, pero sería en un futuro muy lejano; por ahora, la ciencia no puede lograr eso; sin embargo, sí pueden emular emociones, ello no quiere decir que sientan. Con emular me refiero a tener ciertas actitudes para generar una empatía con el humano; son algoritmos pre-programados.”
Lo más avanzado que hay hasta el momento, en cuanto a que los robots imiten emociones humanas, es que algunos de ellos ya articulan ciertas expresiones faciales como el temor, señaló Luis Felipe Marín.

“Con estos robots esperamos tener una mayor interacción, pero además hay un grado de aceptabilidad del robot, porque no todas las gentes lo aceptan. El acercarse a un robot –que es varios kilos de metal– hace que la gente se vaya hacia atrás.”

Aquí surge la controversia en cuanto a la moral, la cultura, lo religioso y lo legal: ¿Hasta dónde es conveniente la evolución de un robot capaz de reconocer y emular las emociones humanas? La pregunta es aún más complicada cuando existen ya robots que tienen apariencia de carne y hueso, como el robot clon del científico japonés Hiroshi Hishiguro.

“Lo impresionante de ese robot es que si uno intenta picarle la cara, reacciona evitando la punción, tiene ciertos sensores de alerta, y en efecto su apariencia es la de un ser humano”, dijo Marín Urías, quien se reunió en Japón con expertos de la robótica, entre ellos Hishiguro.

Si bien un robot jamás podrá ser dotado de alma, la robótica no pretende crear la vida sino asistirla, y aunque muchos científicos intentan romper el mito de la moral cuestionada en la película Inteligencia Artificial, en la que se supone que los robots se programan para sentir, en la actualidad ya hay esfuerzos enormes para que en afán de empatía las máquinas distingan expresiones humanas.

Sin duda, el tema legal se ve inmiscuido también en el asunto de los robots, pues será necesario modificar la legislación de los países en ese sentido, adelantó Marín.

Y es que aunque los robots funcionen como máquinas dotadas de inteligencia, los errores nunca están exentos. Entonces, si un robot comete un error, ¿a quién se culpará y sancionará? Además, tienen que respetarse las leyes de la robótica en cuanto a que los robots no deben causar miedo.

Inteligencia en la UV
En el Departamento de Inteligencia Artificial de la UV se trabaja principalmente en cuatro proyectos: un robot que juega futbol, uno de interacción hombre-robot, otro que pueda manipular ciertos objetos, y uno de asistencia a los adultos mayores.

En el caso del primero, su nombre lo dice claramente, se trata de un robot que practica el deporte del futbol; el segundo, se trata de que los robots puedan recibir órdenes tanto vocales como gestuales de los humanos; el tercero, manipulará ciertos objetos que generalmente son juguetes de niños para formar cubos, prismas, es decir, fungen de algún modo como juguetes didácticos que arman pequeñas estructuras, lo cual es un avance, pues hasta ahora no se ha logrado que un robot por sí mismo pueda clasificar; el último, además de ser compañía para las personas mayores, también podrá ser compañero en los supermercados.

“La idea es que el robot comience a interactuar con los niños y que comience a imitar y aprender lo que hacen los niños. Todavía no nos atrevemos a decir que los robots van a cuidar a las personas (como el robot nana “Teddy” de la película Inteligencia Artificial), pero sí los pueden ayudar. Los próximos años serán definitivos para todo este tipo de productos”, apuntó Antonio Marín Hernández, también del Departamento de Inteligencia Artificial de la UV.

Incluso, los robots de asistencia a los adultos mayores podrían comenzar a ser vendidos en 2012. Deben aprender de las conductas humanas para poder brindar la asistencia lo más parecido a un humano; de acuerdo a lo contemplado, los asilos serán los primeros consumidores de estos robots. Los robots de supermercados implican un proyecto muy grande para los próximos tres o cuatro años.

En cuanto a la programación de estos robots de asistencia, el enfoque es multidisciplinario, y para que respondan mejor a las necesidades humanas se toma en cuanta también a la psicología.

“Se espera que los robots puedan entendernos, no que tengan sentimientos. Deben entendernos para atendernos en las casas, las familias les enseñarán cómo les gusta que se hagan las cosas.”

Si bien la UV no fabrica las piezas de robots, debido a lo costoso de ello (aunque sí hay algunos intentos), los dota de inteligencia y la innovación consiste en poder reconocer a las personas y sus emociones, así como su capacidad de clasificación y en la generación de mapas.

“Muchas de las plataformas robóticas se compran en el extranjero. El humanoide que tenemos lo trajimos de Francia, el brazo lo trajimos de Estados Unidos y algunas otras piezas las hemos comprado en Suiza o en otros lugares. Lo que hacemos en el Departamento de Inteligencia Artificial es dotarlos de inteligencia, diseñar los algoritmos para que puedan reconocer personas, reconocer gestos, ademanes, voz, para que puedan interactuar con las personas.”

En la actualidad existen en el mundo unas 30 compañías de robots. La UV trabaja en la creación de mapas, tema en el que está siendo innovadora pues “la idea es que en un futuro tú llegues y compres tu robot en una agencia de robots, llegas y lo prendas en tu casa y él se comience a pasear y se aprenda tu casa y entonces reconozca todo. A partir de ahí tú puedes encargarle que vaya a la sala y traerte algo, y el robot será capaz de hacer todo eso. En eso hemos estado contribuyendo y haciendo mucho trabajo”, refirió Antonio Marín.

Se estima que en 15 años los robots de asistencia personal estén a la venta, su costo inicial podría equivaler al de un vehículo mediano, y con el tiempo y ante la demanda, el costo podría ir disminuyendo.

La Federación Internacional de Robótica estima que para 2025 el mercado de los robots va a ser de 50 mil millones de dólares, superior al de las computadoras portátiles.

¿Qué inspira la creación de robots inteligentes?
Hay dos tipos de inspiración para dotar de inteligencia (mediante la programación de algoritmos) a un robot. La primera es entender las condiciones humanas, el razonamiento humano; la segunda, es tener una herramienta que nos ayude de manera autónoma a realizar nuestras tareas, explicó Marín Urías.

“De alguna manera el robot es una extensión de nosotros mismos, para que nosotros podamos indicar y especificar bien qué es lo que queremos”, concluyeron los investigadores.