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Departamento de Prensa
Año 10 • No. 473 • Marzo 5 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Entrevista con Felipe Garrido

“He sido un escritor interesado en temas
diversos, un autor disperso”

" No he buscado dirigirme a ningún lugar en especial.
He ido respondiendo a los estímulos del momento”, aseguró

Redacción Universo

El escritor Felipe Garrido, recién galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2011, forma parte del claustro de la Universidad Veracruzana (UV), hecho del que manifestó sentirse muy orgulloso y agradecido porque es la única institución donde se cuenta con un programa de lectores encabezado por su rector, el doctor Raúl Arias Lovillo y, por si esto fuera poco, la editorial universitaria tiene una colección especial para los estudiantes que es dirigida por el literato Sergio Pitol.

A propósito del merecido reconocimiento y por ser parte de la comunidad UV, se entrevistó al autor de Conjuros.


¿Dónde, cuándo y cómo recibió la noticia del Premio Villaurrutia y cómo se siente al ganarlo?
El miércoles 18 de enero recibí una llamada telefónica de Canal 22: me había sido otorgado el Premio Xavier Villaurrutia y querían entrevistarme. La noticia me alegró muchísimo, pero yo no tenía ninguna notificación oficial. Me comuniqué con los organizadores. Me confirmaron que, en efecto, el jurado había decidido que mi libro Conjuros merecía el premio y me pidieron que aplazara la entrevista. Finalmente la llevamos a cabo el lunes 30.

El Premio Villaurrutia es el más codiciado y el más importante, junto con el Nacional, que puede tener un escritor en México. Lo han recibido, entre otros, Rulfo, Paz, Castellanos, Garro, Arreola, Elizondo, Del Paso, Revueltas, Lizalde, Montemayor, García Ponce, Zaid, Hiriart, Sabines, Pacheco, Segovia, Azar, Azuela (Arturo), Fuentes, Monterroso, Huerta (Efraín), Molina, Dávila, Schneider, Arredondo, Fernández, Curiel, Chumacero, Pitol, Zepeda, Hernández, Cervantes, Zaitzeff, Puga, Glantz, Galindo, Ruy Sánchez, Jacobs, Mutis, De la Peña, Boullosa, Sheridan, Rivas, Quirarte, Deniz, Sada, Campos, Monsiváis, Labastida, Ruiz Dueñas, Solares, Villoro, Leñero, Bellatin, Bañuelos, Gutiérrez Vega, Palou, Domínguez Michael, Huerta (David), Cross, López Colomé, Castañón, López Mills, Mondragón. ¿Cómo no sentirse orgulloso al ingresar a esa lista?

Como escritor, ¿hacia dónde ha buscado dirigirse, como creador pero también como persona, mediante su obra?
Yo he sido un escritor interesado en temas diversos; un autor disperso. He publicado prólogos, ensayos, artículos y libros sobre literatura, historia y artes plásticas; unos cuantos, muy pocos poemas, en un par de revistas; tres libros de texto (uno de Español, para bachillerato, en tres tomos, otro de Historia de México que durante 20 años, hasta 2010, fue el de texto gratuito para cuarto de primaria, y una antología de lecturas en seis tomos para el programa Leamos Mejor Día a Día, que el año pasado se utilizó en las primarias del Distrito Federal y hoy se está extendiendo al resto del país); más de 60 antologías, muchas de ellas dirigidas a lectores jóvenes; media docena de traducciones (una de ellas, Quizás, de Lillian Hellman, recibió el Premio de Traducción Literaria Alfonso X) del inglés, el francés y el portugués; otra media docena de libros sobre los lectores y la lectura; una biografía del padre Salvador Garcidueñas, un jesuita que llegará a ser reconocido como santo... Sobre todo, he escrito cuentos para niños y cuentos para lectores de más edad. Cuentos largos y, en especial, durante los últimos 25 años, cuentos cortos.

Conjuros recoge 303 de esos cuentos cortos. Una tercera parte había aparecido antes en La musa y el garabato y antes aún, a lo largo de casi ocho años, en una columna de ese mismo nombre en “Sábado”, suplemento cultural de Uno Más Uno, gracias a la hospitalidad de Huberto Batis. Otra tercera parte son textos que he venido publicando en la serie Mentiras transparentes, en La Jornada semanal, el suplemento cultural de La Jornada, donde mis cómplices, desde abril de 2005, son Hugo Gutiérrez Vega y Francisco Torres Córdova. El tercio restante son cuentos que no han pasado por estos medios. Todos, sin embargo, han sido revisados y en su mayor parte reescritos para incluirlos en el libro. Así lo hago siempre; cuando vuelvo a publicar un cuento, un artículo, un prólogo, un ensayo, lo reviso, lo corrijo, lo adapto al nuevo lugar al que va destinado.

Yo diría que no he buscado dirigirme a ningún lugar en especial. He ido respondiendo a los estímulos del momento. Tengo un libro de cuentos largos, uno de ensayos, dos novelas, una antología y una biografía comenzados. Tengo en prensa un libro para niños, uno para promotores de lectura y una antología. Quiero reunir mi poesía y publicarla. ¿Hacia dónde me lleva eso? No lo sé.

¿Se contrasta usted con la producción más actual de la literatura nacional, por ejemplo el crack o los autores después de éste? Si es así, ¿en dónde se ubica?
No siento que lo que he escrito forme parte ni se encuentre opuesto a ningún movimiento literario en especial. No me he preocupado por acomodarme en alguna corriente, ni por averiguar cuál es mi lugar.

Forma usted parte de la comunidad de la UV. ¿Qué experiencia le ha significado como formador de lectores, como profesor informal, como colaborador de esta casa de estudios?
Me siento muy orgulloso de formar parte de la comunidad de la UV. Como formador de lectores, participar en el Programa Universitario de Formación de Lectores ha sido un alto privilegio, no hay otro que, como éste, se halle encabezado por la más alta autoridad universitaria: el rector mismo, el doctor Raúl Arias Lovillo; ni haya creado una colección especial dedicada a facilitar el acceso a lecturas de la más alta calidad, como la Biblioteca del Universitario que dirige Sergio Pitol y en la que participan artistas plásticos, maestros y críticos de la propia UV; ni que procure sumar las acciones de todos los medios de que dispone la Universidad (un portal electrónico, una red de bibliotecas, ferias y festivales de libros y de lectura, círculos de lectura, publicaciones periódicas, radio, el trabajo de sus maestros en las aulas); ni que se esfuerce por trabajar en beneficio de la comunidad entera, en todas sus sedes: alumnos, profesores, bibliotecarios, trabajadores, funcionarios y sus familias. Esto me ha permitido poner a prueba teorías y, más allá de las teorías, poner en práctica estrategias y acciones concretas. No tengo, para la UV, sino mi más efusiva y sincera gratitud.