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Año 10 • No. 480 • Mayo 2 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Jenny Beltrán fue una maestra visionaria: Rodríguez Audirac


Jenny Beltrán Casanova

Jorge Vázquez Pacheco

Leticia Rodríguez Audirac, secretaria de la Rectoría en la Universidad Veracruzana (UV), manifiesta una especial vehemencia al hablar en torno de la persona de Jenny Beltrán Casanova. Es evidente que a la funcionaria le conmueve hondamente la remembranza y, por lo mismo, evidencia una admiración profunda hacia quien fue su maestra en la Facultad de Pedagogía.

“Con ella tomé la cátedra de Pedagogía en Educación, y lo menciono con muchísimo orgullo”, comentó. Recordó también aquella labor docente, en 1990, cuando Beltrán Casanova construyó y participó en un Diplomado en Docencia altamente calificado, que sería el antecedente directo de un fructífero trabajo que le conduciría a integrar el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF) para la UV.

“Fue una maestra comprometida con la innovación en la UV, renglón en que trabajó intensamente en un momento en que la Universidad, al obtener su autonomía, impulsaba su proyecto como institución y definía su rumbo. En esa oportunidad, Jenny tuvo la posibilidad y la capacidad de integrar un equipo de trabajo con el cual encabezó la construcción de una propuesta para esta casa de estudios.

”Se trataba de un planteamiento en que se integraban todos los avances del momento a nivel mundial, para el mejor desarrollo de la educación superior. Con aquel equipo logró la asesoría de expertos nacionales e internacionales en torno a los retos de la educación superior, el rumbo que debía tomar y las fuertes transformaciones a que debía someterse. Eso ameritaba un trabajo valiente, de enorme osadía, porque planteaba la transformación sobre las bases más sólidas con que contaba la UV en asuntos de docencia.”

Rodríguez Audirac es contundente: los planteamientos de Beltrán Casanova significaron para la UV su distinción en el compromiso con los procesos innovadores; establecieron a la institución como la universidad que a nivel nacional dio los primeros pasos y se involucró totalmente en una importante transformación en cuanto a las formas educativas imperantes.

“Ha sido un modelo referente. Después de la UV otras importantes instituciones iniciaron el trabajo en su propio modelo educativo y adquirían algunas características propuestas por la UNESCO en su Declaración Mundial sobre la Educación Superior, de 1998. El Instituto Politécnico Nacional y la Universidad de Guadalajara, entre otras escuelas superiores, han reconocido que la UV integró inicialmente estas reformas en un solo documento, y eso es de la autoría de Jenny Beltrán.

”Allí se integra el mayor número de factores que promueve la UNESCO para la transformación educativa y lo hace después de realizar un intenso estudio con su equipo de alrededor de 20 personas, para dar forma definida al modelo que correspondía a las necesidades y características que en ese momento mostraba la UV. Se orientó en la atención hacia los retos propios; se tomaron en cuenta sus fortalezas en la docencia, en la investigación, en sus programas educativos. Hoy es reconocido como uno de los más completos, en su carácter de propuesta para impulsar la transformación. Ésa ha sido una de las contribuciones de Jenny a la UV; todos coincidimos en que fue una admirable constructora en este sentido.”

Beltrán Casanova –continuó Rodríguez Audirac– mantenía la intención de hacer partícipes a todos los docentes de la UV, de cualquier disciplina y no sólo pedagogos. Ello incluía ingenieros, biólogos, arquitectos y demás.

“La finalidad era promover un trabajo para la formación sólida de nuestros académicos. Identificó a profesores de todas las áreas y les convocó a formar parte de este grupo de trabajo. Hablamos de 1998, posterior a la autonomía, cuando el primer rector autónomo invita a Jenny para la realización de la propuesta definitiva. Ella y sus colaboradores trabajan arduamente durante ese año, al siguiente concluyen el documento, lo hacen circular con la intención de que el resto de académicos y consejeros lo conocieran y enriquecieran, y con esa intención fue presentado como un documento no acabado.”

No hubo muchas aportaciones, reconoce la Secretaria de la Rectoría. “No era un buen momento para que todos asumiéramos semejante compromiso. Finalmente, las aportaciones de funcionarios y del Rector hacen que se concluya y se presente para su aprobación para el Consejo Universitario, en 1999.”

Leticia Rodríguez Audirac

Resultó aprobado y, con ello, la UV inició lo que sería una gran transformación, que mueve no sólo a la docencia sino a todos los ámbitos universitarios, todos los nutrientes de la educación. También condujo al planteamiento de un modelo flexible para la formación integral, a la renovación en la administración escolar y de recursos humanos, a la programación académica, a la necesidad de contar con sistemas de información actualizados y oportunos. Motivó la estructura de un esquema diferente de control escolar, de tutorías.

¿Mentalidad visionaria, la de la maestra Jenny? Eso le era propio, aseguró Leticia Rodríguez Audirac. “Así era ella, no sólo en lo profesional, también en lo personal le caracterizaba una inquietud de dinámica permanente que se reflejaba en su rostro eternamente sonriente, en su chispa durante la convivencia, pero también en su rigor profesional, en la gran capacidad de trabajo. Poseía una admirable inteligencia profesional, personal y humana.

”A pocas persona confiere uno el reconocimiento de aprendizaje para el trabajo y para alguna parte de nuestra vida. Me considero heredera de ese convencimiento. A la maestra Jenny debemos la riqueza que posee la UV en su fortaleza académica y docente; estaba permanentemente conectada con esa visión a futuro, con la dinámica de transformación económica y social en el mundo. Precisamente por su formación como psicóloga, estaba siempre interesada en los movimientos que demandaban que esta casa de estudios adquiriera la dinámica de transformación que le permitiera responder a todo ello.”

Posterior al trabajo de implantación, Beltrán Casanova inició el trabajo sobre la sensibilización entre los académicos para construir hacia el interior de cada Facultad su propia propuesta de plan de estudios.

“Ella dejó estos motores andando, en un proceso de profunda transformación, de activación hacia un estilo de trabajo, en lograr en cada uno de nosotros el convencimiento y compromiso por esa innovación.”

Todo fue en función de una mejor respuesta en los programas educativos de la UV, que se refleja en resultados entre estudiantes. “Cuando me propuso para sucederle en la tarea, recibí de ella otro conjunto de enseñanzas. Nunca me dejó sola, me acompañó siempre con su asesoría y yo le consultaba permanentemente. Tomé de ella su dinámica de trabajo, su dedicación y la intención de aferrarnos a la edificación de mejores perspectivas por nuestra Universidad”.