Poza Rica • Tuxpan
Es el primer registro formal de esta especie en la zona
Citro detectó pez león en arrecifes de Tuxpan
Este fenómeno podría tener graves implicaciones en la salud de los ecosistemas arrecifales
Un equipo de buzos del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) y estudiantes de la Licenciatura en Biología Marina de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, campus Tuxpan, de la Universidad Veracruzana (UV), a cargo del académico Francisco Javier Martos Fernández, realizó el primer hallazgo del pez león Petrosis sp en el arrecife Tanhuijo del Sistema Lobos Tuxpan.
Los buzos observaron la presencia de un ejemplar del pez león de 15 a 20 centímetros de longitud, en una zona con ocho metros de profundidad. Cabe resaltar que se trata del primer registro formal de esta especie en los arrecifes del norte de Veracruz.
El hallazgo realizado por el Citro y los alumnos de Biología Marina confirma que el pez león, de origen asiático, se ha adaptado en el Golfo de México. Su capacidad reproductiva, voracidad y la falta de depredadores le dan grandes ventajas sobre los peces locales, por lo que se ha convertido en un importante depredador para las especies nativas. El origen de la invasión es desconocido, pero se estima que pueda estar relacionado con la liberación o escape de peces en manos de coleccionistas o propietarios de acuarios.
La identificación de este ejemplar en las costas de Tuxpan se suma a los avistamientos, registros y capturas de diversos ejemplares de pez león en el Sistema Arrecifal Veracruzano. En este sentido, es imprescindible que la UV sume esfuerzos interinstitucionales puesto que el control de esta especie es un asunto de alta prioridad para la conservación biológica de la región. |
Pez león, especie no nativa y que resulta invasivo en la región |
Como lo señala la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), una de las mayores amenazas para la biodiversidad es la introducción, intencional o accidental, de especies exóticas (no nativas) que desarrollan un comportamiento invasivo, desplazando a especies nativas y causando graves daños a los ecosistemas: cambios en la estructura y composición de las comunidades y en su funcionamiento, pérdida de poblaciones silvestres, degradación de la integridad ecológica de ecosistemas, reducción de la diversidad genética y transmisión de enfermedades que afectan la salud humana y la flora y fauna silvestres.
Las invasiones ocurren aprovechando medios naturales como los causados por el viento (huracanes o tormentas), corrientes marinas o cambios en las barreras naturales que mantienen a las especies confinadas a ciertas áreas, o introducirse por diferentes vías relacionadas con las actividades humanas como el incremento del comercio, las actividades turísticas y el uso frecuente de los medios de transporte. Estos factores han sido fundamentales para que las especies foráneas se dispersen y se establezcan en sitios que no les corresponden en forma natural.
De igual forma, la Conanp señala que los impactos socioeconómicos de las invasiones biológicas son enormes, tanto en términos ecológicos como económicos. El costo ecológico lo constituye la pérdida irrecuperable de poblaciones y especies silvestres, y la degradación de los ecosistemas. Entre los costos socioeconómicos se encuentran: el impacto directo a la agricultura, silvicultura, pesca y turismo, los problemas de salud pública y la pérdida de los usos culturales tradicionales de los ecosistemas.
En arrecifes del Caribe mexicano se han identificado importantes poblaciones del pez león y, en respuesta, se han establecido programas de vigilancia y control que incluyen actividades como torneos de pesca dirigidos exclusivamente a este pez puesto que, como lo señala Ernesto Arias del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados IPN-Unidad Mérida, los posibles efectos de esta especie son significativos en las comunidades de peces arrecifales, pero también de manera indirecta en las de otros organismos como corales, crustáceos y moluscos.
En conjunto, los investigadores académicos y las autoridades correspondientes deben establecer programas de monitoreo que permitan la detección temprana y la reubicación de los ejemplares para poder controlarla, manteniendo a la población con baja densidad.
Para lo anterior, se proponen acciones como: la generación de información que contribuya a la prevención, control y erradicación de la especie en nuestras costas; implementación de cursos de capacitación dirigidos a la población costera; el fortalecimiento de la colaboración interinstitucional, entre otras alternativas que ya han sugerido la Conanp y otros organismos nacionales e internacionales.
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