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Año 11 • No. 488 • Junio 25 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Nancy López-Luna Cano tiene un plan…

La estudiante de la Facultad de Danza llegó a la final de la tercera edición del reality show
Ópera Prima de Canal 22 y Conaculta, pero esto es sólo parte de su desarrollo artístico

Marcelo Sánchez y Juan Carlos Plata

Baila desde los ocho años, formó parte del Jeune Ballet du Quebec con el que realizó una gira por Europa, estudia en la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana (UV), participó y llegó a la final del reality show Ópera Prima –organizado por Canal 22 y Conaculta–, pero todo esto es sólo parte de su camino artístico. Nancy López Luna Cano tiene un plan.

“Yo tengo varios años peleada con el ‘sistema’, con la forma en que se manejan las artes, que se hayan convertido en una forma de estatus en lugar de hacerte más humano, con la manera en que se ha frivolizado la danza, todo eso me genera mucho conflicto.”



Nancy López-Luna
“Después de pensarlo mucho, me di cuenta que lo que me gustaría hacer es tener un centro en el cual la gente desarrolle su creatividad a través de su cuerpo –más allá de ser bailarín o no–, en el que puedan conocerse y transformarse mediante la danza. Para poder tener eso necesito dinero y recordé que la Unión Europea financia proyectos de arte en América Latina, pero para que te den ese financiamiento necesitas tener currículum y pensé que participar en Ópera Prima podría ser una buena referencia.”

“Además, mi cuerpo es muy noble y funciona para el esquema más frío y analítico de la danza, y pensé que podría aprovecharlo pensando en conseguir las herramientas para poder emprender mi proyecto, además de aprovechar la plataforma que el programa podría representar.”

Así, participó en las audiciones, entró al programa…y llegó a la final. Si se decide a hacer algo, no hay poder humano que la distraiga, que la haga cambiar de parecer, aseguran sus padres, maestros y amigos. “Cuando siento que las cosas van por un camino, me esfuerzo mucho, no por llegar y obtener reconocimiento, cuando sé que hay algo que me va a interesar en algún lugar, el camino es lo que me mata de emoción”, sostiene Nancy.

Jorge López Luna Aquino, su padre, recuerda que la decisión de estudiar y dedicarse a la danza no fue fácil en el entorno familiar, “lo hizo siguiendo su convicción, conmigo particularmente hubo muchos enfrentamientos porque yo insistía en que estudiara alguna carrera más convencional, dejó pasar un año para entrar a la universidad –cuando se fue a Canadá–, y regresando inmediatamente entró a la Facultad de Danza. Nos ha demostrado que su interés es auténtico y nos ha convencido de que es una buena carrera. Incluso ya estamos entendiendo el lenguaje de la danza y disfrutándola mucho”.

Lourdes Cano Pratz, su madre, cuenta que de inicio el ballet fue una actividad recreativa, “pero recuerdo que desde siempre ella decía que de grande iba a ser bailarina, nunca pensó en otra cosa, nunca dudó ni titubeó en su formación”.

Emmanuelle Lecomte, que ha sido su maestra desde los ocho años y ahora en la Facultad de Danza de la UV, sostiene que la formación de ballet clásico que Nancy recibió desde pequeña, con una perspectiva abierta, no tradicionalista, es una de las ventajas que ha tenido a lo largo de su desarrollo artístico, y obviamente en su desempeño dentro de Ópera Prima.

“Nancy ha sido muy disciplinada desde siempre, y eso no es más que el reflejo de que le gusta e interesa lo que hace. Actualmente está en un proceso de búsqueda, toda su formación previa le ha dado un amplio panorama de posibilidades; participar en una compañía que se presentó en escenarios internacionales le permitió ver a otros jóvenes en formación que atraviesan otros procesos, le ayudó a tener una visión más amplia de las alternativas que hay en la danza”, explicó.

Pero más allá de la técnica y los procesos de formación, Nancy es bailarina por naturaleza, “tiene un cuerpo privilegiado, una gran presencia y una proyección especial; es cálida, es bailarina, cuando camina se le ve la danza. Además es inteligente, analítica, rigurosa, tiene muchas cosas que la hacen especial”, aseguró otro de sus maestros, David Barrón.

Nancy cuenta una anécdota sobre el caminar: “Estando en Cuba me encantaba ver cómo caminaban las mujeres, me parece impresionante. Un día empecé a caminar atrás de una chava que caminaba con un porte increíble y me pregunté: ‘¿cómo se siente caminar así?, no por la forma sino la sensación. La seguí y traté de caminar como ella y en un punto estaban dos chavos parados y al pasar uno de ellos me dijo un piropo y el otro le dijo que yo era cubana.
Recuerdo que me sentí feliz, que lo había logrado, que el experimento había funcionado”.

Si alguien ha sido testigo de todo el proceso de formación de Nancy, es Mara Elena García Santamaría, su mejor amiga desde los ocho años. “Es muy disciplinada a su manera, aunque ella misma dice que está ‘en contra de la disciplina’, me parece que es algo natural, ya que está en la búsqueda de algo propio”.

Nancy reconoce que “hay muchas técnicas que me encantan, me sirven mucho para entrenarme, para preparar el cuerpo y evitar lesiones, pero lo mío es el movimiento libre, lo que quiero experimentar, que mi cuerpo sea un conducto y que se forme un lenguaje a través de él. A lo que aspiro es a encontrarme con un estilo propio, con eso que mi cuerpo y mi ser tienen que decir, como expresión, más allá de una técnica y un estilo”.

En todo este proceso de formación y de búsqueda artística, López Luna Cano asegura que es fundamental “cuidar su instrumento”, en ese sentido la alimentación es básica. “Trato de comer cosas naturales, de no tomar vitaminas y cosas de ésas porque no tiene caso cuando en lo natural lo encontramos todo. Me cuido mucho, tomo terapias, voy a acupuntura, masajes”.

Otra parte sumamente importante es forjar el carácter, la determinación, y el estar sola en Canadá durante un buen tiempo fue determinante: “Ahí pude hacerme más consciente, aprendí a saber si mis decisiones eran por caprichos o por convicciones y necesidades”.

La experiencia de participar en Ópera Prima le ha dejado enseñanzas muy importantes: “Tener actitud de guerrero, no tanto por pelear o llegar a algo, sino por el corazón, la disposición, poner toda tu entrega y creer en lo que estás haciendo; usar todas tus herramientas y tus fuerzas, y a confiar en mi propio viaje, en lo que creo. A valorar y enamorarme de lo que hacen los demás; trabajar con diferentes personas y verlos como personas, no como bailarines o como la competencia”.

Mara Elena cuenta que Nancy disfruta mucho descansar “sobre todo para reencontrarse con algo dentro de ella”, tal vez el ejercicio le sirve para revisar y reajustar su plan. Ante la pregunta de qué le gustaría expresar si tuviera que pararse a bailar en ese preciso momento, Nancy López Luna Cano responde: “Quiero decir que me siento en paz”.