Neuroetología, ejemplo de desarrollo científico: UNAM

Se signó un convenio de colaboración entre la Maestría y el Doctorado de Neuroetología UV y
la Maestría y Doctorado en Ciencias Biológicas del Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta

Karina de la Paz Reyes

El Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana es un gran ejemplo del desarrollo científico que se realiza en la provincia del país, aseguró Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a propósito del vigésimo aniversario de esta entidad académica, celebrado del 29 al 31 de agosto.

Porfirio Carrillo Castilla, maestros e investigadores

Las actividades iniciaron el miércoles 29 en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información del campus Xalapa, donde se dieron cita destacadas personalidades del mundo de la ciencia en el país y el extranjero, tal es el caso del propio Arámburo; la secretaria de Investigación Científica y Posgrado de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), Dora Juárez Ortiz, y la presidenta de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas, Gabriela González Mariscal. De esta casa de estudios, fungieron como anfitriones: los secretarios académico y de la Rectoría, Porfirio Carrillo Castilla y Leticia Rodríguez Audirac; el director general del Área Biológico-Agropecuaria, Domingo Canales Espinosa; así como el director del Instituto, Francisco García Orduña, entre otros.

En el marco del aniversario, la UAT y la UV signaron un convenio de colaboración entre la Maestría y el Doctorado de Neuroetología de esta institución y la Maestría y Doctorado en Ciencias Biológicas del Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta.

Carrillo Castilla, quien es parte del Instituto de Neuroetología desde sus inicios, destacó: “Es muy probable que ninguno de nosotros estuviera sentado aquí, ni yo estuviera hablando como secretario académico de la Universidad, si no fuera por la tenacidad, necesidad, fuerza y liderazgo que en su momento Ernesto Rodríguez Luna, junto con Margarita Martínez y Mario Caba imprimieron hace 30 años desde la Facultad de Biología; ése es el esfuerzo primigenio de estar aquí”.

Por su parte, Arámburo de la Hoz expresó que se debe continuar con los esfuerzos para contribuir al fortalecimiento de la descentralización de la actividad científica y la formación de recursos humanos, a través de los programas de educación superior a fin de promover el desarrollo regional.

“México se encuentra en una encrucijada en términos de definir lo que quiere hacia su futuro; en el principio del siglo XXI tenemos todavía una deuda muy importante, que es la de tratar de resarcir el rezago histórico con que contamos en el desarrollo de muchos rubros que marcan a la vida nacional, y uno de ellos es el de la educación superior y la ciencia, tecnología, innovación, la generación de conocimiento y la posibilidad de incidir en el desarrollo y bienestar de la población.”

A decir del investigador, ese desarrollo sólo puede ser vigoroso si el desarrollo regional es muy fuerte, de ahí la importancia de las universidades públicas como la Veracruzana y su Instituto de Neuroetología.

En este evento, también estuvieron presentes el coordinador del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la UV, Ernesto Rodríguez Luna; el director general de la Unidad de Estudios de Posgrado, Mario Miguel Ojeda Ramírez; el abogado general, Enrique Córdoba del Valle; el diputado local y líder del Fesapauv, Enrique Levet Gorozpe, así como toda la plantilla de investigadores y alumnos del Instituto de Neuroetología.

El ejercicio académico Las actividades continuaron el jueves 30 y el viernes 31 con una serie de conferencias en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa. Las dos primeras disertaciones estuvieron a cargo de Robyn E. Hudson, del Departamento de Biología Celular y Fisiología del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, y Martin Heil, del Departamento de Ingeniería Genética Cinvestav-Irapuato. Robyn E. Hudson disertó sobre “La importancia de tener hermanos” y detalló los costos y beneficios de tener hermanos, de acuerdo con un estudio realizado en conejos. Entre las competencias enlistó la búsqueda de la leche materna, el desarrollo motor, lograr sitios térmicamente ventajosos entre las mismas crías; entre las diferencias, mencionó la temperatura corporal y los metabolismos.

El Instituto de Neuroetología celebró su vigésimo aniversario

Los beneficios que subrayó la científica son la termorregulación, el desarrollo motor, la competitividad social y la contribución a la personalidad.

En breve entrevista con los medios de comunicación, Hudson aclaró, en referencia a los seres humanos: “Todavía falta una serie de estudios. En parte es una tendencia moderna de sociedades occidentales, yo creo que es un tema importante de la biología del desarrollo investigar las consecuencias de ser hijo único”.

Aclaró que una posible consecuencia es que no tienen las mismas habilidades sociales, pues no tienen la posibilidad de experimentar competencia y cooperación.

Por su parte, Martin Heil disertó sobre “Trabajar en equipo: cooperación como estrategia biológica”. Destacó el mutualismo que tienen plantas y animales: “Es una defensa directa de las plantas contra insectos y plagas”.

Detalló una serie de investigaciones que ha realizado con su equipo de universitarios sobre el papel de las hormigas como armas biológicas, al ser éstas “extremadamente posesivas” de la planta que habitan.

Es decir, han comprobado que la planta atrae a la hormiga para evitar ataques de plagas. Por el contrario, los daños “dramáticos” de una invasión son las pérdidas totales de cosechas, que a la fecha únicamente se evitan con fungicidas, “lo menos deseable” para el medio ambiente.

“Entender a los mecanismos defensivos de las plantas silvestres ayuda a establecer una protección de nuestros cultivos contra plagas y enfermedades, lo cual será amigable con el medio ambiente”, concluyó.