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Año 11 • No. 500 • Octubre 22 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

La lectura es un mundo interior y ese mundo es el del libro

Irán es un país árabe donde las mujeres son educadas: Lila Azam

La escritora, que nació en Francia, aseguró que “Irán tiene el número más alto de estudiantes femeninas en las universidades de su capital, Terán”

“La lectura es lo único que internalizamos y ese mundo es el del libro, pero es el nuestro también y nos volvemos más ricos con universos que son nuestros”

“La lectura es como una varita mágica con la que puedes transformarte y tener poderes mágicos; porque hablamos de 3-D pero es muy aburrido, el único 3-D que puedes crear es el tuyo, en tu corazón, en tu mente”

Tenemos un país que está muy cercano a alcanzar la democracia”: Lila Azam

David Sandoval

A Lila Azam Zanganeh, escritora que habla cinco idiomas y se define a sí misma como orgullosamente iraní e inmigrante nacida en Francia, le encanta comunicar placer y felicidad, por ello no desestima ninguna invitación a cualquier parte del mundo donde pueda compartir el paraíso que ella encuentra en la lectura.

Hasta hace poco desconocía dónde estaba Xalapa, pero el interés por descubrir otros lugares y el escuchar la palabra México asociada, hicieron que decidiera casi inmediatamente asistir al Hay Festival.

Fue en dicha estancia que Azam Zanganeh conversó con el periódico Universo sobre la felicidad, el placer de la lectura, la condición del migrante y la situación actual de Irán.

Para la escritora, quien creció en París y egresó de la Sorbona, “cómo encontrar la felicidad en la lectura es algo que se puede compartir con todos, por ejemplo, observar el mundo mejor, los colores, la naturaleza, las mariposas, hay posibilidades de felicidad que pueden ser muy reales”.

Así lo expresa en su primera novela El encantador: Nabokov y la felicidad (2011), que ha sido reconocida mundialmente como una obra singular de una de las voces femeninas más prometedoras de la literatura que atestiguan las reseñas en The New York Times, The Guardian, The New Yorker y Los Angeles Times, entre otros.

“¿Por qué observar una pequeña criatura es fuente de felicidad? En realidad son varias cosas que se relacionan con (Vladimir) Nabokov, por ejemplo, la conciencia de ser consciente, el amor de las palabras pequeñas; el mensaje del libro es que hay posibilidades de felicidad que pueden ser muy reales y las podemos aprender a través del libro y eso es abierto a todos.

”Para mí era muy importante escribir un libro que no sea demasiado difícil, por eso es para todos. Tenía una amiga surafricana en Nueva York con muchas ganas de leer el manuscrito, a ella le encantó y lo entendió perfectamente, fue hasta después de 10 capítulos que se dio cuenta que ese Nabokov era un personaje real. Para mí fue una experiencia fantástica porque alguien podía entender el mensaje del libro sin conocer al autor ni sus libros.”

El placer que le provoca recordar y hablar de uno de sus autores favoritos se hace evidente durante la entrevista y explica que desde niña su madre le leía una autobiografía del novelista ruso, quien huyó de la persecución del régimen estalinista y se estableció en Estados Unidos.

“Era un placer enorme cuando estaba leyendo a Nabokov por primera vez y sabía que tenía la fama de ser un escritor inalcanzable, pero cuando leí Ada o el ardor, que es una novela maravillosa, Lolita también, y él decía que las novelas más grandes son como cuentos de hadas, para mí era ese sentimiento de cuento de hadas, que la literatura no tiene que ser esa cosa difícil y terrible, dolorosa.

”Quizás el acto de leer sí necesita un esfuerzo, y lo dice Umberto Eco en su libro Lector in fabula, que ha escrito después de El nombre de la rosa, como una apostilla; dice que para entrar en el universo de un libro necesitamos 100 páginas, eso es cierto para Nabokov, después de 100 páginas entramos en el paraíso y ese paraíso lo quería compartir, por eso he construido un libro con 15 capítulos que son invenciones a mitad entre la ficción y el ensayo; quería que cada capítulo sea una idea de la felicidad según Nabokov y se puede leer el libro de manera discursiva pero también en varios órdenes, un capítulo sin leer el otro; hay fotografías, dibujos, juegos con la tipografía.”

La escritora comentó que a partir de su interés en Nabokov estableció una amistad con su hijo Dimitri, lo que le hizo tener una imagen más amplia del novelista, su exilio y su escritura, en la que se manifiesta un juego con las palabras; todo ello se fue sumando a sus “ganas de comunicar” porque –recalcó– “me encanta comunicar placer, felicidad y también explicar esa felicidad leyendo el texto nabokoviano, explicar pero sin explicar de manera muy académica o seria por qué tiene esa magia única en la literatura del siglo XX”.

Azam Zanganeh se definió como una “exiliada perpetua” a la que le interesa visitar lugares desconocidos, pero también considera como “muy importante trasponer esos mensajes, esas palabras por todo el mundo” y por ello su participación en el Hay Festival, “porque me encanta ir; yo vivo en Nueva York y nací en París, pero mis padres son exiliados iraníes, soy una exiliada perpetua y no quiero hablar de las mismas cosas en los mismos lugares, también me interesa mucho exiliarme cada vez más e ir a lugares que no conozco porque también Nabokov es un inmigrante, somos inmigrantes.

”Solamente he visitado una vez la Ciudad de México pero me encantó totalmente, fue un golpe de amor, me encantó inmediatamente, como una especie de éxtasis durante tres días; entonces, para el Hay Festival dijeron México y Xalapa, yo no sabía dónde estaba, miré en un mapa y dije sí, ¡qué bien, qué bien! Voy a descubrir otros lugares.

¿Por qué observar una pequeña criatura es fuente de felicidad?
En realidad son varias cosas que se relacionan
con (Vladimir) Nabokov, por ejemplo, la conciencia
de ser consciente, el amor de las palabras pequeñas;
el mensaje del libro es que hay posibilidades
de felicidad que pueden ser muy reales.

”Esas son dos pasiones mías: ir a descubrir nuevos lugares y nuevas partes del mundo, continuando como una migrante perpetua, y platicar, comunicar ese mensaje nabokoviano, que no es un mensaje elitista o de escritor ruso aristocrático porque él también ha conocido el dolor de esa emigración perpetua y su mensaje de felicidad habla también de cuando hemos perdido la casa, el país, nos mantenemos con algo que es la posibilidad de observar el mundo y ser felices en momentos.”

Reconoció que la capacidad de asombro “es la raíz de todo” y relató la anécdota de Nabokov que le escribió a su madre cuando tenía 25 años: “Incluyo la anécdota en el libro donde le dice ‘mi alma siempre andará con pantalones cortos’; a lo que se refería era a esa capacidad de asombrarse y de espíritu infantil que es fundamental para el arte pero también para la vida”.

Por otro lado, expresó con convencimiento que “cuando leemos pasa algo totalmente único y mágico”; sin embargo, “nuestra generación pasa mucho tiempo en Internet y todo lo que hacemos con una pantalla establece una distancia; la lectura es lo único que internalizamos y ese mundo es el del libro, pero es el nuestro también y nos volvemos más ricos con universos que son nuestros, no de Scorsese o de Coppola, son nuestros, son de Lila y la vida cambia para siempre porque una parte de Lila vive a través de ese mundo”.

La escritora conversó con un público de jóvenes estudiantes y destacó que para ellos “tenemos que explicar que la lectura es como una varita mágica con la que puedes transformarte y tener poderes mágicos, lo creo en
verdad; poder transformarte y tener otros universos. Porque hablamos de 3-D pero es muy aburrido, el único 3-D que puedes crear es el tuyo, en tu corazón, en tu mente, y eso es muy excitante: la lectura como la posibilidad de desarrollar armas mágicas y superpoderes, para mí es exactamente eso”.

Lila Azam habló también acerca de la situación que vive actualmente Irán y su papel como editora de la antología My Sister, Guard Your Veil, My Brother, Guard Your Eyes: Uncensored Iranian Voices (2006): “La publiqué en Estados Unidos pero no quería hablar de Irán, del que tengo recuerdos imaginarios de mis padres, quería dar a otros la posibilidad de hablar de la realidad iraní que nadie conoce muy bien, porque Irán es un país árabe donde las mujeres son educadas, es decir, que tiene el número más alto de estudiantes femeninas en las universidades de su capital, Terán.

”Ellas pueden manejar coches, pueden hacer de todo, son abogados y hay una prensa muy fuerte que viene censurada cada vez más, pero debajo de esa prensa tenemos un país que está muy cercano a alcanzar la democracia, tiene esos fermentos democráticos.”

Su intención, detalló, fue “pedirle a 15 artistas, escritores, cineastas, construir un mito de la República Islámica Iraní y lo hicieron todos, inmigrantes y no, también poetas que viven en Irán. Eso para mí era como una botella al mar para que los lectores se dieran cuenta que hay iraníes hablando de otra realidad iraní”.

Advirtió que incluso los estadounidenses que viajan a Irán se sorprenden, “porque los adoran, a los iraníes les encanta la lucha libre por televisión, el problema es que tenemos una retórica del gobierno muy divergente a esta realidad; hay paradojas increíbles en Irán, es un país riquísimo, con una cultura de más de dos mil 500 años y ojalá un día esa cultura sea nuestra salvación”.

Finalmente, Azam Zanganeh explicó por qué se define a sí misma como iraní: “Puedo decir que tengo pasaporte francés, crecí en París, vivo en Nueva York y podría decir que soy francesa; prefiero decir que soy iraní porque es como un gesto de diplomacia cultural, que las personas puedan decir: esa mujer que parece normal, es iraní, eso es muy importante”, comentó, “te puedes topar con alguien en un ascensor o por la calle o con un intelectual y en todo momento puedes explicar que la realidad iraní es otra cosa y tengo mucha esperanza de que en los próximos años cambie mucho”.