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Año 12 • No. 501 • Octubre 29 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Destacaron antropólogos e historiadores

Culto a los muertos: rasgo de identidad mexicana

Resaltan importancia de investigar, rescatar y difundir tradiciones relacionadas con el Día de Muertos

Adriana Vivanco

“Hubo un hombre que no creía en las tradiciones del Día de Muertos y fue en estas fechas que entre el barullo de las festividades de la gente de su comunidad vio a lo lejos acercarse el ánima de sus padres muertos, quienes con profunda tristeza se alejaban al no haber encontrado en su hogar un altar, el hombre apresurado volvió a casa para convidar una ofrenda a sus padres, pero al entrar tropezó y murió.”

La anterior es una leyenda huasteca que, como muchas otras, refuerza la importancia de la tradición de festejar a los difuntos, explicó Crescencio García Ramos, investigador del Instituto de Antropología (IA), donde este lunes 29 de octubre, a partir de las 19:00 horas, se inaugurará la muestra de altares dedicada a la Huasteca.

Sofía Larios León, directora del IA, informó que la exposición estará abierta al público en general y que los altares serán elaborados por investigadores de esta entidad académica y por habitantes de dicha región veracruzana. Estos últimos los asesorarán sobre los elementos característicos de las ofrendas huastecas. La muestra permanecerá hasta el domingo 4 de noviembre.

“El compromiso del Instituto de Antropología respecto de la conservación y difusión de esta tradición, permanece a lo largo de los años y se fortalece hoy día más aún con nuestra tradicional muestra de altares, que consideramos tiene un fuerte impacto en las familias veracruzanas por ser nuestra universidad casa de estudiantes que llegan de todo el estado e incluso de diversas partes de México y del mundo”, expresó.


Aspecto de un altar huasteco

En este sentido, enfatizó, la tradición de las ofrendas es un ejemplo muy concreto de los rasgos culturales de cada región, ya que en ellas se refleja, a través de los ritos, indumentarias, elementos culinarios y formas de representación, la ideología de cada región.

Por su parte, Crescencio García Ramos destacó que las investigaciones antropológicas e históricas son herramientas significativas de rescate y difusión de tradiciones como la del Día de Muertos en México.

“A raíz de los estudios que surgen en el estado de Veracruz a finales de la década de los setenta, los investigadores de la Universidad Veracruzana detectan la paulatina desaparición de la festividad del Día de Muertos en la Huasteca, el Totonacapan y, en general, en todas las regiones del estado.”

De forma específica, dijo, en el sur de Veracruz se encontró que la tradición estaba en vías de extinción y por ello surgió
la iniciativa de realizar actividades desde la Universidad a fin de vincular a los grupos étnicos del estado y a la sociedad en general con los ritos y costumbres de antaño relacionados con la muerte.

Fue así que para la década de los ochenta el IA de la UV emprendió la tarea de redescubrir y mantener estas tradiciones, a través de la investigación y el rescate de las ofrendas o altares.

En primera instancia, se inició con el montaje de ofrendas en las salas del Museo de Antropología de Xalapa –antigua casa del Instituto– y se invitaba a las escuelas de todos los niveles educativos para que tuvieran oportunidad de conocer los altares y tradiciones de todas las regiones del estado.

Posteriormente, se dio paso a fortalecer esta iniciativa con conferencias itinerantes en espacios de educación superior, como es el caso de la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”; asimismo, estas charlas se integraron a las actividades de las escuelas de educación básica y se logró un gran impacto, al punto de generar el interés a nivel estatal de elaborar altares en las escuelas.

“Dimos conferencias y apoyo para la elaboración de altares en todos los niveles educativos, personalmente tuve la oportunidad de trabajar con niños de preescolar, que es un sector con el que poco trabajamos los investigadores del IA y que en ese momento respondió con gran interés, es así que la difusión de nuestra labor creció y fuimos llamados a participar con nuestras conferencias en sindicatos y dependencias de gobierno, es decir, verdaderamente tuvimos un impacto social que acercó a la población a este reencuentro con nuestras tradiciones”, apuntó García Ramos.


Crescencio García Ramos

Producto de esta campaña surgió la necesidad de generar una publicación de divulgación donde las investigaciones realizadas por los integrantes del Instituto se desprendieran en folletos y pequeños artículos que se distribuyeron dentro y fuera de la UV, a través de medios como el boletín del IA. Cabe destacar que de esta iniciativa surgieron también diversas publicaciones científicas en las que se vieron reflejados los resultados del trabajo universitario.

A partir de esta labor de investigación y difusión conjunta se identificaron rasgos definitorios entre los ritos y tradiciones de las ofrendas en las diversas entidades del estado y se encontraron evidencias no sólo de las culturas prehispánicas, sino también muestras de la influencia europea y africana.

“A este tipo de hallazgos lo llamamos sincretismo y es el resultado de la mezcla de estas culturas que en su contacto con el tiempo lograron producir manifestaciones culturales regionales, en las que los elementos de todas ellas se manifiestan en un solo producto cultural, que en este caso son las ofrendas”, señaló Crescencio García.

Otro producto palpable de esta labor ha sido que desde que iniciamos, en la década de los setenta a la fecha, hemos visto pasar generaciones de jóvenes que siguen interesados en mantener esta tradición a pesar de la fuerte influencia de costumbres extranjeras como el halloween y recuperan leyendas donde se refleja este mundo mítico, mágico y religioso de los muertos.

En la cultura occidental, señaló García Ramos, fue el rey Bonifacio IV, en el año 615 de nuestra era, quien instituyó el Día de Muertos como festividad oficial; posteriormente, el Papa Gregorio IV, en el año 837, lo institucionalizó dentro de la Iglesia Católica, y al llegar a América los españoles encuentran que los indígenas también desarrollaban un culto a los muertos.

Para la tradición mexicana, la fiesta de los muertos comienza el 18 de octubre, día de San Lucas, según la religión católica, donde se celebra a los fallecidos que murieron de forma accidental, y desde la tradición indígena es el día de regreso del trueno viejo que viene por las almas de los que se ahogaron; los días 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre continúa el festejo. La tradición está representada por tres niveles: la mesa es la tierra, que es lo que representa en realidad el altar; abajo, el inframundo y, arriba, el supramundo.