Antropólogo con 59 años de ser universitario

Me mantengo activo como símbolo de resistencia: Alfonso Gorbea

“Sé que en algún momento habré de retirarme y cuando llegue ese día será igual
que el actor de carpa o de teatro, que se despide de su público estando en funciones”

Adriana Vivanco

Mientras en la cabeza tenga algo que se pueda proyectar o comunicar, lo haré; dejaré de hacerlo cuando esté vacío o cuando en lugar de tener cerebro tenga bofe –pulmones de res–, afirmó Alfonso Gorbea Soto, decano del Instituto de Antropología y quien desde hace 59 años forma parte de esta casa de estudios.

“En mi trayectoria académica tuve apoyo de muchos compañeros universitarios… desgraciadamente todos han fallecido, me quedé solo, de mis compañeros no quedó nadie, esto ha hecho que quiera terminar mis días todavía activo, porque sigo activo, ya no hago trabajo de campo ni colaboro en la docencia, pero desde el ámbito de la investigación documental sigo vinculado con la Universidad. ”Me mantengo en activo como símbolo de resistencia en representación de mis compañeros ya ausentes, en representación de los orígenes del trabajo antropológico en la UV y como observador de los cambios en las formas de trabajo de las nuevas generaciones de antropólogos”, apuntó el investigador. Gorbea Soto desarrolló interés por los temas humanísticos, y más específicamente por la antropología, desde la infancia, etapa en la que dedicaba la mayor parte de su tiempo a la exploración de su ciudad natal y a la lectura de textos de investigación. “Mi mamá decía que yo era pata de perro porque no paraba en la casa más que a la hora de los alimentos y para dormir, me la pasaba recorriendo y explorando todos los resquicios de la ciudad de Xalapa.

”Soy xalapeño de origen y nunca he salido de forma definitiva de mi terruño, siempre he tenido las raíces metidas en Xalapa y en el barrio de San Francisco, en el que nací, es así que desde temprana edad aproveché cuanto papel de investigación llegara a mis manos y buscaba la relación de estos estudios con mi entorno inmediato. Es claro que en ese entonces no sabía qué era la antropología y no tenía idea del papel que jugaría en mi vida posteriormente como pionero de la Facultad, entonces Escuela de Antropología de la UV.”

Poco después, Alfonso Gorbea tuvo la oportunidad de realizar formalmente sus estudios en antropología en la UV, de la que formó parte de la primera generación de esta licenciatura.

En este sentido, puntualizó que las primeras generaciones de antropólogos eran de extracción docente, es decir, en su mayoría provenían de la Normal Veracruzana y se dedicaban al magisterio en contraste, él era de formación inicial abogado.

“Desde 1953 a la fecha he estado vinculado a la antropología, a la UV y a las autoridades veracruzanas, responsabilidad que tengo como decano y que me liga al trabajo constante dentro de mi alma máter.

”Fui de los primeros alumnos que se registraron en la UV en el Área de Humanidades; éramos si acaso unos 12, de los cuales 10 eran normalistas y los dos restantes éramos egresados de otras carreras de la UV, de esos 12 quedamos cuatro –Anabella Aguirre Beltrán, Bertha Cuevas, Manuel Torres y yo–, quienes en ese entonces iniciamos nuestra labor como antropólogos con el objetivo de conocer a la humanidad sin distinción de sexo, raza, edades o respaldo económico”, añadió Gorbea Soto.

Cabe destacar que el decano del Instituto de Antropología es posgraduado en Ciencias Sociales y Aplicadas y Maestro en Antropología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH); además de ser el primer titulado de la Licenciatura en Antropología por la UV, fue el primer director de esta Facultad –egresado de la misma en 1972– y del Instituto de Antropología.

Desde sus inicios a la fecha ha sido vasta su producción en investigación. Entre sus publicaciones destacan Culto a los antepasados, Arte y cultura, El choque cultural y Cambio y aculturación.

En el campo de la antropología social ha destacado también como pionero en trabajos acerca de la antropología urbana, tema del que ha publicado un sinnúmero de artículos de investigación como es el caso de “Vida y milagros en San José, Xalapa”, texto en el que hace un análisis puntual de la dinámica social de este barrio xalapeño.

En su labor docente sobresale su participación como académico en el Colegio Preparatorio de Xalapa y las facultades de Antropología, Arquitectura, Enfermería, Sociología, Historia y Medicina de la UV.

También ha destacado en el campo de las artes, en donde tras sus estudios formales en piano, violín, canto, dirección de orquesta y pintura, logró ser pionero en la Facultad de Música y el Taller de Artes Plásticas de la UV con su obra plástica en diversas exposiciones colectivas.

Después de 59 años de labor en la UV, Gorbea Soto señaló: “Son más de 50 años de trabajo activo en los que he tenido la fortuna de ser investigador y maestro de maestros, tomando en cuenta el tiempo que ha pasado y el deterioro natural de mi salud, sé que en algún momento habré de retirarme y cuando llegue ese día será igual que el actor de carpa o de teatro que se despide de su público, estando en funciones”.