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Año 12 • No. 512 • Febrero 25 de 2013 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Muestra conformada por 24 fotografías

Estudiante de Artes expone "Desolación"

Ángel Rueda reflexiona sobre cómo la naturaleza se apodera de espacios y objetos abandonados

Se acercó a la fotografía en 2006, tras un accidente que lo dejó sin caminar por seis meses

Jael Sared Gómez Salvador

Ángel Francisco Rueda Hernández, estudiante de octavo semestre de la Licenciatura en Fotografía de la Facultad de Artes Plásticas, expone en el Hotel Trueba de Orizaba su obra Desolación, integrada por 24 fotografías tomadas en el puerto de Veracruz, Perote, Xalapa, Distrito Federal y Pachuca.

La muestra, que cubre las paredes de la planta baja del inmueble, se inauguró el pasado 9 de febrero y será levantada hasta mayo próximo; esto fue posible gracias a la vinculación que existe entre la Facultad y este hotel, ubicado en la calle Real, una de las más concurridas de Orizaba.

Sobre Desolación, Ángel Rueda comentó: “El trabajo es resultado de cuatro series que trabajé de forma individual, pero que al final terminaron conjuntadas. La primera fue una serie de coches abandonados en las calles y patios; la segunda, fue tomada en el antiguo penal de Perote, conocido también como la fortaleza de San Carlos; la tercera, es la escuela normal abandonada de Perote, y la cuarta, son objetos olvidados dentro de estos lugares”.

El universitario comentó que la técnica que ocupó para tomar sus fotografías fue, en su mayoría, digital, aunque algunas fueron tomadas con cámara análoga (formato de 35 milímetros), por lo que hubo que escanear los negativos para poder trabajar la imagen.

Para Rueda Hernández la desolación es una soledad absoluta; los espacios que retrató fueron abandonados por las personas que los habitaban o poseían. “La idea surgió como un ejercicio para reflejar mi atracción hacia este tipo de espacios, los cuales poco a poco son recuperados por la naturaleza; siento gran empatía por ellos”, expresó.

Agregó que cualquier objeto que se queda en estos lugares “empieza a ser retomado y transformado por la naturaleza, y más en las fuertes condiciones de humedad de Xalapa y Perote”.

La desolación, destacó, es un proceso interesante ya que muchas personas dejan sus huellas del proceso de destrucción y abandono que sufrió el espacio, lo que le da cierta personalidad. En el caso de la fortaleza de San Carlos, dijo, “las huellas que encuentras de los antiguos reclusos son muy variadas; había espacios que estaban adornados con dibujos de personajes de caricaturas y cómics, y otros –que contrastaban muchísimo– tapizados con páginas de revistas pornográficas pegadas en la pared, mujeres en traje de baño o con poca ropa, insultos, murales de los pueblos de donde eran originarios… Encuentras de todo”.

La idea de la exposición, mencionó, partió de que todo en la vida son ciclos: nacer, crecer, morir, “y esto se aplica a todo lo que existió, existe y existirá; con esta idea en mente la naturaleza no sólo se apodera de los espacios antes habitados, hace lo mismo con las personas, los objetos y cualquier material que termine su ciclo de vida; en algunos casos esta re-apropiación de la naturaleza puede tardar meses o años, pero es algo que con seguridad pasará”.

Asimismo, destacó que la desolación, la idea del abandono y soledad, son temas constantes en su proceso creativo. “Me ha llevado a explorarlo de múltiples formas con resultados muy variados. Creo que es bueno estar solo, aunque la soledad, como la montaña, es buena por un tiempo, pero no para toda la vida”.

En la actualidad, Ángel Rueda trabaja en tres distintos proyectos. Uno es de fotografías tomadas con cámara estenopeica y los otros dos son ocupando procesos fotográficos del siglo XIX, como las técnicas de impresión de goma bicromatada y cianotipia. También elabora su tesis sobre una serie de juguetes ubicados en contextos urbanos, los cuales retrata con cámara estenopeica.

Sobre lo que para él representa la fotografía, comentó que “lo es todo; ella no llegó a mí, yo llegué a ella justo en el punto indicado de mi vida. En 2006 sufrí un accidente que me dejó sin poder caminar por seis meses y con una recuperación algo dolorosa. En ese momento llegué a la fotografía, me sirvió de distracción y motivación; poco a poco me fui envolviendo más y más, hasta llegar al punto donde me encuentro ahora”.

Gracias a la fotografía, Ángel ha tenido la oportunidad de viajar y conocer nuevas personas. “Además es mi trabajo, ya
que doy clases de foto y hago trabajos de campo, lo que me da para vivir; conocí a mis amigos, se convirtió en el eje
de mi vida. Aunque pueda sonar un poco exagerado, mi vida en este momento gira alrededor de la fotografía”.

Cabe decir que en 2012 esta exposición participó en el Fotofestín, Festival Universitario de Fotografía organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, realizado en el Centro Cultural de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.