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Año 12 • No. 527 • Junio 24 de 2013 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

En el Festival de la Lectura 2013

La ciencia es más que hechos y teorías: Ruy Pérez Tamayo

Cecilia Escribano

La ciencia no sólo es un catálogo de hechos y teorías, también incluye las bases filosóficas, la historia de su desarrollo, las estructuras sociales, las leyes que la regulan y las políticas que la favorecen, afirmó el distinguido médico, investigador y conferencista Ruy Pérez Tamayo, durante su participación en el Festival de la Lectura 2013 realizado del 10 al 14 de junio en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Coatzacoalcos.

El Doctor Honoris Causa por las universidades autónomas de Yucatán, Colima, Puebla, Tamaulipas y de México, aseveró que “la ciencia es una forma de vivir la vida, este concepto es muy amplio pero verdadero”. Agregó que la divulgación científica en México persigue dos metas: incorporar el espíritu de la ciencia en la cultura nacional y difundir el conocimiento científico en toda la sociedad.

“Se tienen obstáculos milenarios profundamente arraigados en la cultura, pues prevalece lo mágico-religioso en el esquema y la vida, donde se observan en la cotidianidad”.

Dada la prevalencia y nivel de injusticia social que se presenta en México y que afecta a la mayor parte de la sociedad, “la ciencia trata de alejarnos de los mitos y tradiciones relacionadas con la realidad, dejar de ver al mundo como un valle de lágrimas y a la naturaleza como un misterio impenetrable, tenemos que dedicarnos con firmeza a combatir de manera progresiva esta ignorancia sobre todo lo que somos y lo que nos rodea”.

Coatzacoalcos, Ver.- Pérez Tamayo añadió que la ciencia, como la conocemos en la actualidad, inició en el siglo XVII y marcó una de las grandes diferencias de los países desarrollados (que ofrecen calidad de vida) con los subdesarrollados.

Ruy Pérez describió el espíritu de la ciencia como una actividad humana y creativa que tiene como objetivo la compresión de la naturaleza, cuyo producto es el conocimiento obtenido por un método científico organizado de forma deductiva y que aspira al consenso de los individuos técnicamente capacitados.

Recalcó que hacer ciencia consiste en la integración de dos acciones: tener ideas sobre la realidad y ponerlas a prueba, el campo de acción es la naturaleza, el objetivo es la comprensión de la misma: ¿qué?, ¿cómo?, ¿por qué? y ¿para qué?, hay que seguir el método científico. Ruy Pérez Tamayo enumeró las que para él son las reglas de la ciencia. La primera es no mentir, pues existe una diferencia entre las mentiras y el error.

Éste es inevitable porque la perfección no es parte de la condición humana, pero el científico está obligado a reducirlo al mínimo posible; en cambio, la mentira es evitable y está proscrita en la ciencia, pero no en la publicidad, la política o el amor.

Agregó que el científico debe presentar todos los datos que lo llevaron al resultado relevante y no ocultar verdades. Cuando se oculta la información no se dice una mentira, aclaró, pero sí se impide que la ciencia haga sus críticas en los procesos, esto se da en las empresas comerciales y constituye la base de las patentes.

Otra regla es no apartarse de la realidad, pues la ciencia es el estudio de la naturaleza y de lo que existe. En ella no se deben incluir explicaciones sobrenaturales o fantásticas, porque es ir en contra de su espíritu; hay que mantenerse dentro de la realidad y descartar los milagros como explicaciones válidas.

Señaló que se debe respetar la consistencia interna y que la ciencia es violada por los novelistas y poetas que hacen de ella historias románticas.

El conocimiento, continuó, no debe rebasarse. La inducción como operación mental es válida siempre que se haga como hipótesis, especulación y predicción, con el compromiso de verificarse y cambiar o rechazar lo que no se compruebe.

Hay teorías que pretenden explicar todo y no explican nada, comentó. Dijo que los hechos también se equivocan, pues es difícil estar completamente seguros de que las cosas son como parecen ser, aunque estén dadas las pruebas.

Se debe observar muchas veces, con distintas técnicas, comparaciones y analogías, así como aceptar las críticas y observaciones de otros científicos.

Pérez Tamayo recalcó que la ciencia es parcial y transitoria, que es preferible verla como la mejor explicación que se tiene sobre los fenómenos estudiados hasta ese momento y que es suficientemente sólida para permitirnos construir puentes que no se caigan, aviones que vuelen, colocar a un hombre en la luna y que millones de personas lo vean en la televisión.

Para finalizar, señaló que hay preguntas que no pueden contestarse porque simplemente no tienen respuesta: ¿a qué huele la esperanza?, ¿de qué color es la abstracción?, ¿de qué color es el sabor de la fresa?, ¿en dónde está el castillo de Blanca Nieves? o ¿cuánto pesa un metro cúbico de vacío? “La madurez intelectual se alcanza cuando se aprende a vivir reconociendo que hay muchas cosas que todavía no sabemos, y aceptando, disfrutando y comprendiendo lo que sí sabemos, así se formará una sociedad del conocimiento”, concluyó.