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Departamento de Prensa
Año 12 • No. 528 • Agosto 5 de 2013 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Conoce a los aspirantes a ocupar la Rectoría

De conformidad con lo expuesto en la Convocatoria emitida el uno de julio por la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana (UV), se informa que los(as) aspirantes a ocupar el cargo de Rector(a) de esta casa de estudios para el periodo 2013-2017 registrados ante dicho órgano colegiado, en orden alfabético, son:

Rafael Arias Hernández

Las enseñanzas vienen de lejos, a todos pertenecen. Imprescindible tenerlas presentes y aplicarlas. Eterno intento el de aprender a aprender, a distinguir principios y valores, medios e instrumentos, objetivos y fines. No confundirlos, tergiversarlos o ignorarlos es, sin duda, parte de la interminable iniciación humana y humanizadora de la universidad de la vida a la que, por cierto, todos sin excepción pertenecemos, incluyendo desde sabios hasta ignorantes.

Múltiples y variadas historias de experiencias y conocimientos forman parte y han originado (e impulsado) lo que hoy somos.

Esfuerzo individual y colectivo que traspasa la barrera del tiempo y el espacio pero que mantiene, entre otras, algunas constantes que bien vale la pena recordar, aunque sea rápida y brevemente.

Mantener el esfuerzo, distinguir realizado de pendiente, acierto de equivocación; consolidar logros y avances, corregir errores, controlar daños y reparar pérdidas; valorar costos y beneficios, ventajas y desventajas, disponibilidades y potencialidades; y, en particular, asegurar principios y valores como justicia, libertad, derechos y sustentabilidad (entendida como teoría y práctica del auténtico respeto a la vida). Todo esto y más es sólo parte de la tarea siempre pendiente.

Así que, con o sin su permiso, continúa el esfuerzo. La vida no se detiene. El cambio es la constante.

Frente al conformismo, la inmovilidad y, sobre todo, la simulación y la autocomplacencia, preciso insistir, intentarlo una y otra vez. Ése es propiamente el mayor desafío, lograr para más, mejor calidad de vida. Caer es permitido, no levantarse ni continuar es lo prohibido. No claudicar ni darse por vencido.

Insistir hasta el último aliento
Por tercera vez en casi ocho años, es necesario participar para hacer presentes puntos de vista no escuchados, propuestas no atendidas e ideas ignoradas, total o parcialmente, en un ámbito en donde, se supone, se respetan y alientan razón y derecho, libertad y creatividad. Y, desde luego, junto con otros puntos de vista, participar para sumarse y favorecer el gran esfuerzo de la comunidad universitaria, que día a día contribuye con su trabajo y entusiasmo; a consolidar los pocos o muchos logros y avances; a corregir cuanto antes desviaciones, pérdidas y errores, grandes o pequeños que, sin duda, persisten; y también, para evitar mayores extravíos y retrocesos, sobre todo por irresponsabilidad o negligencia, ineficiencia o delincuencia.

Para resumirlo y simplificarlo, por ahora permítaseme decir que esta voz, por un lado, no es, no pretende ser más que un recordatorio para la consideración y atención, al reclamo de ignorados y de muchos sacrificados al ser rechazados, excluidos o no considerados y tomados en cuenta en las grandes decisiones que determinan su presente y futuro; y por el otro, es la voz de alerta que señala aspectos y temas determinantes para actualizar y eficientar la estructura y funcionamiento de una institución pública educativa, en la que se depositan muchas expectativas sociales y, en particular, esperanzas de cientos de miles de familias veracruzanas que confían en que sus hijas e hijos puedan recibir, en cantidad y calidad, el servicio que se ofrece, y que las y los veracruzanos sostenemos.

La Universidad Veracruzana es un bien social, una institución pública educativa y cultural que cumple funciones importantes en el desarrollo económico, político y social del estado de Veracruz y del país.

No pertenece a una persona o grupo, ni es exclusiva de una ideología, corriente científica o estilo artístico. No es una empresa privada, ni debe ser fuente de negocios turbios, beneficios ilegales o privilegios indebidos para personas, grupos o familiares.

Para su desempeño, las y los veracruzanos, así como el país mismo, le destinan y confían recursos públicos y le han dotado de atribuciones consignadas en diversas leyes.

Lo que siempre se debe tener presente, en todo caso, es la existencia de una vinculación y un compromiso social y legal, que le obliga a organizarse y a funcionar lo mejor posible, para entregar buenos resultados.

Es más, sin duda el otorgamiento de AUTONOMÍA es una prueba de la gran credibilidad y confianza en ella depositada; y también de la responsabilidad, obligación y exigencia públicas ineludibles.

De ahí que esta piedra angular, real y manifiesta, que garantiza, entre otros importantes aspectos, los principios y valores, así como el cúmulo de derechos y libertades (expresión, asociación, cátedra, investigación, etcétera.)
que garantizan el génesis, transformación y evolución de ideas, conocimientos y desarrollo de habilidades y capacidades. Y también caracterizan el ámbito, sentido y carácter universitario.

Derechos y libertades que tienen que sostenerse, ampliarse y defenderse de enemigos internos y externos, de irresponsabilidades y negligencias, de ineficiencias y delincuencias.

Por eso a la AUTONOMÍA hay que fortalecerla, revisarla, actualizarla y modernizarla. No inmovilizarla, ni mutilarla para la protección de intereses y privilegios de unos cuantos, ni reducirla, concesionarla o simularla.

Para ello es preciso acordar una agenda de trabajo respaldada y basada en una amplia participación interna de los universitarios; y una verdadera vinculación externa con la sociedad, los gobiernos y otras organizaciones civiles, públicas y privadas.

Agenda de trabajo; diagnóstico amplio, actualizado y objetivo; planes y programas, de acuerdo al presupuesto por resultados; implantación del presupuesto participativo, hasta hoy ausente en la institución; y, desde luego, el seguimiento y control puntual y efectivo, que incluya una verdadera contraloría social.

La transparencia, el acceso a información fidedigna, actualizada y confiable; la rendición de cuentas, los procesos de fiscalización y evaluación, son tanto derechos sociales y de los universitarios, como obligaciones que los responsables de la administración deben cumplir y hacer cumplir puntualmente. Tan sólo se requiere que conozcan y trabajen de acuerdo a la naturaleza y objetivos de la institución establecidos en su Ley Orgánica.

Y hay que insistir y dejar claro. Para empezar, es preciso actualizar un diagnóstico institucional, amplio y completo, de la situación interna y externa que permita determinar fortalezas y debilidades, ventajas y desventajas, necesidades actuales y previsibles de la Universidad. Diagnóstico producto de una gran participación interna; y también de una indiscutible vinculación y participación social que permita cumplir con el compromiso social de su existencia, contribuir al desarrollo integral y expandir el conocimiento, las artes, las ciencias y la cultura en general.

En este sentido, es de vital importancia no sólo conocer e interpretar la historia, sino también involucrarse en el conocimiento presente y en la información de coyuntura, para ampliar en tiempo real la capacidad de respuesta y de previsión de la institución.

Urge Universidad para el presente y futuro
Respecto a los grandes temas locales y estatales, nacionales y mundiales que importan a todos, no es posible mantener e incrementar rezagos, notorias ausencias y repetidos pretextos de falta de vinculación y participación universitaria.

Nada fácil se presentan en México los escenarios futuros para la universidad pública. En algunos estados más que en otros, crisis de toda índole están y estarán presentes.

Todo esto se enfrenta con más o menos ventajas, dependiendo de cada situación académica-administrativa y de política interna de cada institución.

De ahí que sobresalgan temas como democratización y participación; vinculación y compromiso social; ampliación de cobertura y mejoramiento de la calidad educativa; diversificación e incremento del financiamiento institucional. Así como actualización legislativa e institucional; cero tolerancia a la ineficiencia, corrupción e impunidad; descentralización efectiva de decisiones y atribuciones, en todas las funciones; impulso verdadero y efectivo de participación en cada nivel de autoridad; más y mejor seguridad social universitaria, en particular la de los estudiantes; el establecimiento de un servicio universitario plurisistémico en docencia, investigación, difusión y extensión ; modernización e incorporación, amplia e inmediata, de cambios y avances tecnológicos, organizacionales y funcionales; y muchos otros más.

Apretado resumen de ideas, propuestas y acciones, hasta hoy en gran parte pospuestas. Faltan otras, tal vez muchas más.

En fin, debemos insistir y participar, porque en palabras del inmortal Martin Luther King: “Lo que más me preocupa no es el éxito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin carácter, de los sin ética, lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.

Datos curriculares
Rafael Arias Hernández nació en la ciudad de México el 29 de junio de 1949. Realizó la Licenciatura en Economía en la Universidad Veracruzana, en la que obtuvo mención honorífica Cum Laude. Obtuvo la Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y subespecialización en Historia del Pensamiento Económico, en Salt Lake City, Utah, Estados Unidos. Cursó el Diplomado en Habilidades del Pensamiento en la UV y el Programa de Alta Dirección AD2 en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE). Fue becario en los programas Lincoln-Juárez y LASPAU.

Se ha desempeñado como asesor académico y maestro de Enseñanza Media en la Escuela de Bachilleres Nocturna “Artículo 3º Constitucional”, en Xalapa, y en la Facultad de Economía y la Maestría en Desarrollo Regional de esta
casa de estudios. Ha impartido clases de Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras, así como de Técnicas de Debate de la Maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Ha sido también Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en la Secretaría de Programación y Presupuesto.

En el Gobierno del Estado de Veracruz, ha sido asesor económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social; Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana y Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo de la Secretaría de Finanzas y Planeación.

Es miembro de diversas asociaciones civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas, la Fundación Cambio XXI y la Fundación Colosio. Asimismo, es colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas, articulista en diversos periódicos y otros medios de comunicación nacionales, estatales y locales.

Actualmente es investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales y maestro de la Facultad de Economía de la UV.