Año 2 • No. 53 • febrero 25 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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  Nuestros gigantes marinos
Azucena Ruiz Martínez (Ingeniería Ambiental)
 

El océano es hogar de un gran número de especies las cuales hacen del agua salada su hábitat. De todas las aguas que bañan la tierra de los continentes tenemos al Golfo de California como ejemplo de riqueza y variedad biológica, así como del gran potencial que éste alberga.

El Golfo de California, y en particular la Bahía de La Paz, resultan atractivos para muchas especies, destacando entre otros factores, la disponibilidad de alimento. De esta manera en dicha región encontramos especies residentes que, en otras partes del mundo, se caracterizan por sus movimientos migratorios, como es el caso de algunas ballenas jorobadas y grises.

La riqueza específica de cetáceos de la Bahía de La Paz es, hasta donde sabemos, una de las más altas del mundo. A manera de ejemplo, existen más especies de cetáceos en esta zona, que las que habitan en ambas costas continentales de los Estados Unidos.

En México, el estudio constante y sistemático de estos mamíferos se inició en la década de los setenta. En general, el conocimiento que se tiene de la historia natural, dinámica poblacional y ecología de la mayoría de las especies, es escaso. Sin embargo, en la Bahía de La Paz el conocimiento es mayor, debido a su riqueza, su cercanía a la costa y buen clima, por la ubicación geográfica de las instituciones en las que se realizan investigaciones sobre mamíferos marinos, por el interés de algunos gobiernos, incluido el mexicano, por el estudio de especies relacionadas con problemáticas internacionales.

La Bahía de La Paz se presenta como un escenario ideal para el estudio de los mamíferos marinos, tanto desde el punto de vista ecológico, dadas las interesantes características fisiográficas y biológicas de esta bahía, como desde el punto de vista de manejo de recursos. Las actividades ecoturísticas o de observación de ballenas "whale watching", que son cada vez más intensas, y el complejo problema de la interacción de los marinos con la pesquería ribereña, son ejemplos.

De las especies más asombrosas y espectaculares que habitan esta tierra encontramos a las ballenas que por sus gran dimensión atraen la atención tanto de biólogos y estudiosos del área como del público en general. La ballena azul o rorcual gigante habita todos los océanos del mundo y usualmente se encuentra en aguas de alta productividad. En el Golfo de California existen numerosos avistamientos entre los meses de enero y mayo. Recibe el nombre de "ballena azul" por su coloración jaspeada azul-grisáceo y alcanza una longitud promedio de 24.5 metros. Y así como es de enorme su tamaño también lo es la cantidad de alimento que consume por día, nada más y nada menos que tres y media toneladas diarias; otra especie, y no de menos importancia, es la ballena jorobada o rorcual jorobado, a la cual se le encuentra en las cuatro estaciones del año, lo que indica que algunos ejemplares permanecen dentro del Golfo y no hacen la migración normal hacia aguas frías del Pacífico Norte, con una longitud de 16 metros, viajan desde Alaska a California Central, para reproducirse en el Pacífico mexicano.

ntre otros ejemplares de estas aguas tenemos al cachalote, a la tonina, el delfín gris, la orca, la foca común, el elefante marino y a los graciosos lobos marinos, que en las loberas cercanas a la Isla Espíritu Santo conforman grandes colonias que a diario son visitadas por el turismo únicamente para observar a esta especie.

Visitar estos sitios, tener contacto con el mundo marino y reconocer el frágil equilibrio que tiene este ecosistema son experiencias inigualables que sensibilizan a cualquier persona. Pero esta sensación se experimentará sólo si colaboramos en la preservación del planeta, pues en estas fechas el número de ejemplares cada día es menor. A pesar de la distancia a la que nos encontramos podemos tener acciones que contribuyan a un mejoramiento global. Cooperemos con lo que está a nuestro alcance y disfrutemos de las riquezas que la naturaleza nos regala. ¡Por nuestras aguas y sus especies!