Aseguró Claudio Conforti
Pedagogía medieval buscó resarcir el pecado original
El trivium y el cuadrivium se referían a las diferentes vías para alcanzar el conocimiento
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Adriana Vivanco
La educación medieval se enfocaba en un fin superior, último, escatológico: que el hombre recuperara eso que perdió con el pecado original, aseguró Claudio Conforti, filósofo y académico de la Universidad Católica del Cuyo, Argentina, durante su intervención en el seminario “Hacia un modelo innovador de la didáctica integral para el siglo XXI”, en la Unidad de Humanidades.
El seminario fue organizado por el cuerpo académico Estudios de Complejidad: Sustentabilidad e Innovación en la Docencia, y el Taller de Difusión Filosófica.
“El trivium y el cuadrivium: educación en el Medievo”, fue el título de la intervención de Conforti, en la que realizó un recorrido histórico de la Edad Media a través de la concepción que se tenía de la pedagogía y su relación con el cristianismo.
“El trivium y el cuadrivium son las siete artes liberales que se empezaron a enseñar en la Edad Media, enmarcadas en el carácter teocéntrico de esa época. ” |
Cuando Constantino se vuelve cristiano, todo el imperio se convierte también y la Iglesia emerge como una fuente de principios morales sociales y culturales, eso fue hasta que empezó el Renacimiento; casi fueron 10 siglos de imposición, en los que se trataba de hacer una síntesis entre fe y razón.
La ciencia venía de los griegos, leída por los árabes, y se trataba de incorporar a la fe católica”, señaló Conforti durante su intervención.
En este sentido, destacó, los científicos de la época para poder acercarse al conocimiento tenían forzosamente que hacer lo mismo con los teóricos previamente aprobados por la institución católica, esto a fin de proponer nuevos estudios que documentaban reciclando los antiguos documentos de los que, a su vez, alguien ya había escrito, buscaban el origen del origen, era un asunto escatológico, opinó el especialista.
El concepto de educación que tenían era que la pedagogía se trataba de una restauración de los bienes sobrenaturales; inteligencia, integridad y moral estaban debilitados por el pecado original, cuando el hombre cometió este pecado había quedado dañado, Dios creo al hombre a imagen y semejanza y para algunos teóricos de la época había quedado averiado de distinta manera, había perdido la imagen o la semejanza, explicó Conforti.
El fin de la educación, dijo, “entonces era volver a este ideal paradisiaco antes del pecado original, los objetivos educativos eran brindar la educación según el papel jerárquico que ocupaban los individuos en la sociedad, es decir, no todos recibían la misma educación.
Bajo este esquema se introdujo el trivium y el cuadrivium como pedagogía del arte liberal. ”Hay que aclarar que el concepto de arte en la Edad Media se refería a un saber hacer de acuerdo a normas, por eso eran artes liberales y no tenían nada que ver con la belleza y con lo que ahora relacionamos al arte.”
Trivium y cuadrivium, apuntó, se referían a las distintas vías para alcanzar el conocimiento, tres y cuatro vías. “La filosofía se divide en tres partes: la ética, la lógica y la física.
La física es lo primero de la ontología; la lógica era una ciencia propedéutica, es decir, el que no sabía razonar ni argumentar no podía estudiar filosofía; y la ética tenía que ver con lo práctico, cómo me tengo que portar. ”
Siete fuentes de la filosofía llevan al filósofo a hablar de las artes liberales: gramática, retórica, dialéctica, música, aritmética, geometría y astronomía. La gramática se refería a la lengua, la retórica a la razón, la dialéctica a las figuras de saber argumentar, la música a los cantos, la aritmética a los números, la geometría a los ángulos, y la astronomía a los astros.”
Este tipo de pedagogía se empezó a llevar a cabo con la reforma carolingia impuesta por Carlomagno, con la intención de sintetizar la sabiduría grecorromana con el cristianismo. La sabiduría medieval era entonces arte liberal filtrada e iluminada por los valores religiosos de la época.
Un ejemplo de esto es que si eras matemático lo eras porque tenías que dividir tu sabiduría, multiplicar tu benevolencia, restar tu maldad y sumar tu generosidad.
“No se podía pensar la sabiduría desligada sin el ser bueno, no podías ser un buen matemático si eras mala persona. La música en este sentido concedía los buenos sentimientos que debían reinar, favoreciendo la hermandad y el amor fraternal, que se sometieran las pasiones tormentosas y que reinara la armonía, entonces se estudiaba música para calmar a la fiera. ”
La educación medieval tenía que ver con una finalidad superior, escatológica, con un fin último, que el hombre sea santo, que recuperara eso que perdió con el pecado original”, concluyó el filósofo.
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