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Año 13 • No. 546 • Enero 6 de 2014 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

La poesía no tiene fronteras: Eliot Weinberger

El intelectual neoyorquino habló de sus inicios en la traducción y en el quehacer literario

"Internet es la verdadera fuerza opositora en EU, de este modo los intelectuales nos reproducimos como un virus a través de la red"

'Piedra de sol', de Octavio Paz, me hizo querer ser escritor y eso hice: aprendí español, me volví traductor, escritor
y poeta"

"En Las cataratas planteo una historia de cuatro mil años de racismo que cambia todo el tiempo"

Adriana Vivanco

Traducir es colaborar y servir a la sociedad, significa también abrir nuevos puentes a la literatura. Descubrir un gran libro te compromete a divulgarlo en todas las lenguas posibles, es colaborar a la promoción del patrimonio cultural de la humanidad, afirmó Eliot Weinberger en entrevista con Universo.

Weinberger es un intelectual en toda la expresión de la palabra, dedicado a la traducción, ensayo, poesía, crítica literaria y política; es conocido en el mundo por sus traducciones al inglés de la poesía de Octavio Paz, Vicente Huidobro y Jorge Luis Borges.

En su faceta como ensayista y articulista, ha sobresalido por su agudeza y estilo experimental que, como él mismo dice, es una especie de prosa poética, estilo en el que enmarca fuertes críticas a la política exterior estadounidense.

Oriundo de Nueva York, se reconoce a sí mismo como neoyorkino más que como estadounidense, entre sus publicaciones destacan Historias del exterior, Las huellas kármicas, y "el ensayo de serie" Una cosa elemental que fue reconocido por el Village Voice como una de las mejores publicaciones de 2009.

En tanto a su faceta como articulista de temas políticos, sobresale 9/12, complicación de sus principales textos de esta naturaleza, en este mismo tenor sobresalen también Lo que he oído de Irak y Lo que pasó aquí: Bush crónicas.

En 1992 fue reconocido con el premio PEN/Kolovakos por su labor de promoción de la literatura hispana en Estados Unidos, en el año 2000 se convirtió en el único escritor norteamericano en recibir la Orden del Águila Azteca por el gobierno mexicano y en 2005 fue nombrado por la Organización Alemana del Conocimiento como uno de los 100 pensadores más innovadores del mundo.

¿Cómo inició su viaje en el camino de la traducción?
Yo me involucré con la traducción en primera instancia porque cuando tenía 13 años quería ser arqueólogo y quería serlo en México, entonces me acerqué a la literatura relacionada con los mayas, los aztecas, etcétera.

En mi biblioteca, dentro de un gran libro, La Conquista de México, había una traducción de un breve fragmento de "Piedra de sol" de Octavio Paz, y ahí me di cuenta que hasta ese momento no había leído un solo poema en mi vida, conocía algo acerca del calendario azteca y tenía referentes mínimos de la cultura mesoamericana, pero no sabía nada de poesía y fue gracias a Paz que decidí hacerme un lector de poesía y aprender español, conocer la cultura mexicana y
su poesía.

"Piedra de sol" también me hizo querer ser escritor y eso hice, aprendí español, me volví traductor, escritor y poeta. Cuando estaba en la secundaria traducía poemas como una forma de entenderla, traduje muchos poemas por el placer de aprender en esa época, primero empecé con Paz y luego continué con Neruda.

Cuando cumplí 18 años conocí a alguien que tenía relación con Paz cuando él trabajaba en la India y se me hizo fácil decirle que tenía un montón de traducciones de sus poemas y que si se los podía hacer llegar. A Octavio Paz le encantó, al punto que me solicitó que hiciera la traducción de Águila o sol, claro que Paz no tenía idea de que yo no era un traductor formal ni que sólo era un chamaco de apenas 19 años, ése fue el inicio de mi relación con él y con el mundo formal de la traducción y las editoriales.

¿Qué se necesita para ser un buen traductor?
Necesitas tener un buen conocimiento de tu propia lengua, pero también conocer la literatura contemporánea. Hoy hay mucha gente que traduce al castellano desde lenguas como el japonés, que conocen todo sobre literatura japonesa pero nada de literatura castellana, se manejan en los sentidos que les da el diccionario pero no tienen ninguna noción literaria, eso es un fuerte problema a la hora de traducir.

Esta clase de traductores olvidan que aunque la traducción viene de un lugar en específico, va también a otro lugar y contexto distinto. El lugar a donde va dirigida la traducción es el contexto de la literatura contemporánea que deben estudiar. Si no conoces el contexto no sabes como leer y mucho menos traducir al poeta o a cualquier escritor.

¿Hay que ser poeta para traducir a uno?
En definitiva no lo creo así, hay una gran diferencia entre uno y otro oficio, pero lo que sí es claro es que si has leído y escrito poesía tienes un contexto más amplio y herramientas para la traducción, de todos modos eso no te garantiza nada.

Es decir, yo escribí poesía, pero eso no fue lo que me hizo traductor, ni el ser traductor me hizo mejor o peor poeta. Lo que sí sirve es leer poesía en tu lengua materna y en lenguas extranjeras, leer poesía contemporánea para entender el contexto cultural y social en el que fue escrita.

¿Cuál es el panorama de la poesía en el continente americano?
Definir la situación de la poesía en Estados Unidos (EU) y en América Latina (AL) es muy complejo. Por ejemplo, en EU hay miles de jóvenes que van a la escuela para aprender cómo escribir; en este momento, cada año hay un aproximado de dos mil jóvenes que obtienen su maestría en poesía, eso genera una sobrepoblación de poetas y es imposible conocerlos a todos. Entonces al preguntarnos qué pasa con los poetas en EU es necesario hablar de los grupos de cada región, de los representantes de cada grupo cultural y étnico, de cada preferencia sexual, quiénes se identifican con estos grupos y quiénes no.

Esta diversidad tan amplia hace imposible tener una claridad acerca de qué es lo que pasa realmente en el terreno de la poesía en EU, hay tantos poetas que es muy difícil tener una influencia como poeta individual. Por ejemplo, en el pasado a la edad de 30 o 40 años, un buen poeta era ya más o menos famoso en el mundo de la literatura, hoy en día eso no pasa tan fácil, tienes que esperar a los 60 o 70 años para hacerte de una reputación.

Otro asunto es que hay un fuerte desconocimiento de los latinoamericanos en Norteamérica, y viceversa. En EU la poesía mexicana no es tan popular; destacan Octavio Paz y Xavier Villaurrutia, quien tiene pocos lectores pero muy entusiastas.

Un problema es que antes de los años sesenta en EU no se conocía nada acerca de la literatura latinoamericana, en esa década se empezó a conocer un poco de Neruda y Paz, que por muchas razones es conocido ampliamente en Norteamérica y en los países angloparlantes, ya que fue el gran poeta internacional y de una manera muy especial se las ingenió para ser mexicano y ser –como se dice hoy en día– ciudadano del mundo; es decir, Paz le pertenecía a todo el mundo.

Por otra parte, en AL se conocía o se conoce muy poco aún acerca de la literatura norteamericana, especialmente de la poesía. Ahora lo que sucede –y creo que es muy interesante– es que muchos de los poetas latinoamericanos están leyendo a sus colegas norteamericanos que fueron influidos por los latinoamericanos. Es curioso e interesante este hecho.

En el extremo contrario tenemos que en los últimos 10 años ha surgido un creciente interés por el trabajo de los poetas latinoamericanos en los países angloparlantes, en EU específicamente, aunque hay un fuerte racismo al latino. En el caso de la literatura sucede lo contrario, la cultura latina ha permeado a tal punto que ahora es popular y la poesía no tiene fronteras ni es perseguida por la migra, ni por los radicales racistas, va de un lado a otro a placer, es libre.

¿Por qué el racismo es una de tus preocupaciones literarias?
La raza no es un tema sencillo, pero he llegado a la conclusión de que hay lugares del mundo en que la raza determina el tipo de civilización, y otros en que la civilización es la que determina la raza.

La raza en realidad es una invención de cada civilización, en Las cataratas lo que planteo es una historia de cuatro mil años de racismo, un racismo que cambia todo el tiempo; en lo que me enfoqué es en su origen, que para mí viene de los hijos de Noé, en la Biblia se habla de sus tres hijos que son el origen de las razas del mundo, quienes son sus descendientes y es una historia que va hasta la guerra civil en Ruanda.

Fue increíble darme cuenta que los hutu creían que los tutsi eran los hijos de Ham, hijo de Noé,
por lo que había que enviarlos a Etiopía que es su país natal y arrojaron los cuerpos de los tutsi en el río que va al norte, es algo increíble; es decir, un mito tan viejo generará una de las peores matanzas de la humanidad.

Política o poesía, ¿cuál es el tema asiduo para escribir?
Escribo por curiosidad, investigo y creo. Todos mis ensayos son producto de la curiosidad, a excepción de mis textos políticos que por regla general surgen del enojo y de la indignación.

La realidad es que sólo escribo de política cuando estoy enojado, el asunto es que creo que me enojo muy seguido y lo hago con mucha pasión, durante el periodo de Bush hijo estuve muy enojado y escribí mucho de política. Actualmente estoy más relajado y mi tema es nuevamente la poesía.

Pero la verdad es que hasta cuando escribo y hablo de política termino mezclando otras cosas, porque le tengo repudio a la política. Por ejemplo, en Las cataratas abordé también el tema del evolucionismo y a partir de ahí hice un diagnóstico de la sociedad moderna y las tendencias actuales de la política en EU.

Ahora mismo la mayoría de los republicanos de EU no creen que la evolución que plantea Darwin sea un hecho, esto es interesante y más interesante aún es el hecho que los demócratas sean los verdaderos conservadores, porque ellos quieren mantener el status quo de los sectores vulnerables como los ancianos y los desvalidos.

Por otro lado, los republicanos se manejan bajo un radicalismo que nunca se había visto en EU y que busca eliminar casi toda la asistencia gubernamental, incluida la educación pública. Finalmente, creo que no puedo hablar de política sin ligarla a otra cosa.

Otro asunto por el cual escribo poco de política es porque en general los intelectuales, y más aún quienes hablamos de política en EU, no tenemos gran presencia en la radio, la televisión o los periódicos, los norteamericanos no nos conocen. En mi caso, publico en pequeñas revistas y mi trabajo se divulga con mayor impacto en Internet, que sin duda es la verdadera fuerza opositora en EU, de este modo los intelectuales nos reproducimos como un virus a través de la red.