USBI resguarda 300 años de historia
Se trata de los archivos notariales más antiguos de la entidad, que comprenden de 1578 a 1886
Karina de la Paz Reyes
El 17 de abril de 1700 María Sebastiana de Yépez, vecina de Xalapa, otorgó la carta de libertad a José Antonio, un niño mulato de unos cinco años que nació en su casa y era hijo de Petrona Díaz, esclava que heredó de su madre Francisca de Yépez. Esto se debió al “amor de haberlo criado”.
Por el contrario, el 16 de octubre de 1744 doña Ana María de Iglesias, esposa de Alejandro Álvarez de Guitián, juez oficial de las Reales Cajas de la Veracruz –también residente de Xalapa–, vendió a don Domingo Díaz Mier, por la cantidad de 200 pesos, a una esclava criolla pansacola de 12 años, llamada Cayetana.
El 23 de diciembre de 1745 don Gregorio Fernández Mantilla, vecino del pueblo de Xalapa, arrendó a Manuel Rodríguez unas casas de cal y canto, techadas de tejas, que lindaban al norte con casas del alférez don Laureano Fernández de Ulloa, al oriente con la de José de la Calle, al sur con la de Teodora Josefa Mojica y al poniente con la que fue del capitán don Bartolomé de Castro, en la cantidad de 500 pesos a partir de esta fecha hasta la llegada de la flota a la feria del pueblo.
164 años antes, el 5 de agosto de 1581, Pedro Achie y Diego de Velázquez, indios principales de Xalapa, se obligaron a pagar a Alonso del Moral, vecino de Veracruz, 20 pesos de oro común por una carga de cacao que les dio a vender.
Ocho días después de ese trato, el gobernador, alcaldes y principales del pueblo de Xilotepec, arrendaron por dos años la Venta que llevaba ese mismo nombre (hoy nombrada Banderilla) a Bartolomé Martín, vecino de esta provincia, por el precio de 142 pesos de
oro común.
Estos sucesos y muchos más están asentados en actas que conforman el Archivo Notarial de Xalapa, resguardado en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) del campus Xalapa de la Universidad Veracruzana (UV)
De acuerdo con sus tres encargados, historiadores y paleógrafos, Aristeo Marín Ávila, Cruz Victoria Villegas Valencia y Aarón David Hernández Contreras, se trata del archivo más antiguo de la entidad, toda vez que comprende de 1578 a 1886 y consta de 165 protocolos (encuadernados).
“Xalapa se caracterizó por ser lugar de paso y por sus ferias comerciales, en los protocolos se nota la actividad económica que éstas ocasionaban. Tenemos testimonios de las rentas de las bodegas y cómo subían hasta 400 por ciento más en periodos de feria”, puntualizó Aristeo Marín.
Si el acta era para un español, la letra era muy elaborada; si era para un indígena, era notoriamente rústica |
En su página oficial (http://www.uv.mx/bnotarial) se explica que “los archivos notariales dan noticia y nos acercan a las particularidades de una sociedad compleja en la que se aprecia la institucionalidad de nuestra nación, el acontecer cotidiano, la aplicación del Derecho, las normas jurídicas, la arquitectura de las casas, los trazos de calles, los ‘ires y venires’ de personajes con diferentes conceptos y visiones que
fueron ampliando el mosaico estamental y cultural de la
Nueva España”.
Añade que “son diversas las vertientes que se pueden abordar a partir de estos documentos: vida cotidiana, historia de las mentalidades, estudios de género con la intervención de mujeres viudas, casadas, solteras, dejadas, monjas, negras, blancas, mestizas, ricas, pobres, así como la injerencia de la iglesia en los quehaceres humanos y divinos; las élites políticas, sociales, culturales
y religiosas, la apertura de
caminos transitables; en fin, una serie de documentos que nos permiten hacer un recorrido por nuestra historia regional”.
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Marín Ávila explicó que los archivos notariales son resultado de la labor del escribano, quien estaba encargado de dar fe y legalidad a los actos y contratos públicos y privados celebrados en una determinada jurisdicción, y que hoy se conocen como notarios.
“En el escribano es una tradición que los archivos se vayan heredando, es decir, fallecía un escribano o renunciaba y el siguiente heredaba sus archivos. Es así que se logró conservar estos protocolos, desde 1578.”
Entre los principales requisitos para ser escribano estaba el comprobar “la limpieza de sangre”, es decir, que era español, así como católico, haber estado de aprendiz
en alguna escribanía, entre otros.
A finales del siglo XVIII se creó el
Real Colegio de Escribanos en la Ciudad de México, y estudiar ahí se convirtió en otro de los requisitos, detalló el paleógrafo.
También se conservan archivos de Orizaba y Córdoba |
UV es la casa de la historia
y el conocimiento
Fue Gonzalo Aguirre Beltrán quien propuso la creación de una biblioteca y archivo para la institución, en la que pretendía concentrar todos los archivos notariales existentes en las cabeceras distritales de la entidad, principalmente los de mayor antigüedad. Esto ocurrió en 1957, cuando era rector de la UV.
En octubre de ese mismo año, el entonces gobernador de la entidad, Antonio M. Quirasco, dispuso que el Archivo Notarial más antiguo de Xalapa, a cargo de Edgardo José Luengas, fuera trasladado a la UV y formara parte de su biblioteca.
Marín Ávila mencionó que la USBI-Xalapa tiene el archivo notarial de una escribanía, “suponemos que posiblemente hubo otras, sólo que esos archivos quizá existan, quizá no”. |
Obviamente los esclavos no podían dar fe de algún acto o contrato, pues tenían muchas restricciones, de ahí en fuera cualquiera podía acudir; en el caso de las poblaciones originarias, eran los representantes de las llamadas Repúblicas de Indios quienes hacían uso de este recurso.
“El pueblo (Xalapa) estaba dividido en barrios de indios y españoles, hasta el siglo XIX,
y además tenía varias comunidades a su cargo, como Jalcomulco, Apazapan, Xico, Coatepec, Teocelo. Hay datos y escrituras de esos pueblos”, añadió Marín Ávila.
El resguardo se realiza bajo controles de temperatura y humedad |
Papel, tinta y letras
El costo del servicio de un escribano dependía de la calidad del papel, la tinta, los sellos y la misma letra (la más antigua es llamada procesal y le sigue la humanística), expuso Aarón
David Hernández.
“Si un documento tenía hasta cuatro sellos, normalmente eran negocios de personas ricas,
de españoles. Por otro lado, una escritura de un indio normalmente la letra no tiene ni adornos, ni nada, es muy rústica”.
Cruz Victoria Villegas mencionó que hay actas notariales de
personajes que más adelante pasarían a la historia y que en su paso
por Xalapa realizaron algunas diligencias, como Agustín de
Iturbide, Manuel Abad y Queipo, Lorenzo Boturini Benaduci y naturalmente Antonio López de Santa Anna, “quien es muy común encontrarlo en el siglo XIX”. |
Villegas Valencia también
citó las características especiales de los documentos: se escribía con tintas ferrogálicas (extraídas de
las agallas del roble maceradas en una especie de sulfato ferroso), el papel era de algodón o fibras de maguey y plumas de aves.
Por otro lado, destacó que estos documentos están adecuadamente resguardados en la USBI-Xalapa, bajo parámetros como el control de la temperatura y la humedad.
“Si no se tuviesen estas condiciones, la tinta y el
material con que están hechas las fojas ya se habrían corroído; las letras traspasarían el papel y
se deterioraría considerablemente, estarían ilegibles”, dijo
Villegas Valencia.
De la época de la
Colonia a la virtual
Para facilitar la consulta a la comunidad estudiantil, la especializada en el tema e
incluso al público en general, y al mismo tiempo preservarlo, el Archivo Notarial de Xalapa está siendo digitalizado.
Este trabajo se inició hace más de 10 años y la fecha se han registrado 20 mil 563 actas, del
siglo XVI hasta 1820, y se han digitalizado tres mil 391 actas, lo que da un total de ocho mil 240 imágenes, y contando.
En el portalwww.uv.mx/bnotarial/ es posible acceder a los resúmenes de las actas notariales, minucioso trabajo de los paleógrafos, como se da cuenta
al principio del texto.
Para quien esté interesado, también pueden acudir a la USBI-Xalapa, de 7:00 a 13:40 horas, con una carta de presentación donde se justifique el motivo de la consulta.
En la USBI-Xalapa también se conservan archivos notariales de Orizaba y Córdoba, el primero comprende de 1580 a 1930, y el segundo de 1635 a 1933.
Los tres acervos son
una “rica, abundante, maravillosa” fuente de información para investigadores, tesistas y estudiantes, pues relata la
vida cotidiana de Xalapa,
Córdoba y Orizaba, insistieron
los entrevistados.
Aarón David Hernández |
Aristeo Marín |
Cruz Victoria Villegas |
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