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Año 13 • 556 • Marzo 31 de 2014 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Beatriz con estudiantes de Nacaste y Costa de San Juan

14 años de trabajo

Educación ambiental sigue rindiendo frutos

Egresada de Biología impartió taller “Ambientando la lectura: Humedales” a niños de Alvarado

Sus historias dieron vida al cuadernillo de cuentos H-H-H. Heredando historias y humedales

Susana Castillo

En el año 2000 un manatí que nadaba en el mar de Salinas, Veracruz, fue capturado por un grupo de pescadores. Al enterarse del suceso varios niños del Sistema Lagunar de Alvarado, que días antes habían participado en un taller realizado por la Universidad Veracruzana en sus comunidades, decidieron protegerlo y el animal fue liberado.

Han pasado 14 años y el trabajo de educación ambiental que en 1998 emprendieron los biólogos Enrique Portilla y Blanca Cortina Julio, del Instituto de Investigaciones Biológicas, sigue dando buenos frutos.


Alexis Zamudio y su reconocimiento

El pasado 21 de febrero el niño Alexis Zamudio Arróniz, de la comunidad de Nacaste, Alvarado, ganó en la categoría de Medio Ambiente en el evento de “Niñas y niños destacados del estado de Veracruz”, organizado por el DIF Estatal, tras presentar su propuesta para proteger los humedales y compartir algunas acciones que la Universidad ha realizado en favor del cuidado ambiental.

Además de su reconocimiento, Alexis recibió una computadora que espera usar para seguir escribiendo sus experiencias en esta región veracruzana, así como las historias que imagina junto con otras niñas y otros niños de las comunidades alvaradeñas.

La inquietud por crear y contar fue sembrada por Beatriz Reyes Guzmán, quien estudió en la Facultad de Biología campus Xalapa y obtuvo el grado de licenciatura tras desarrollar y defender su tesis “Educación ambiental e iniciación
de lectura infantil para el conocimiento de humedales en las comunidades de Nacaste y Costa de San Juan, Alvarado, Veracruz”.

Beatriz es originaria de Xicotepec de Juárez, Puebla, municipio ubicado en la sierra norte de ese estado. Parte de la preparatoria la cursó en el Distrito Federal y fue gracias a unas clases de teatro que surgió su interés por la relación entre los seres humanos y su entorno.

Llegó el tiempo de ir a la universidad y presentó exámenes en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y en la Veracruzana. Pasó ambos pero se decidió por la Veracruzana. Empezó a estudiar en 2009 y tiempo después eligió una experiencia educativa (EE) de elección libre titulada Educación Ambiental.

“Para mí el Modelo Educativo Integral y Flexible tiene muchas ventajas porque te permite cursar las materias que te interesan. Fue precisamente en esta EE que conocí a la bióloga Blanca Cortina pues ofreció una plática sobre el trabajo de la Universidad en Alvarado.”

La joven compartió con la investigadora su interés por la educación ambiental, y llegado el momento le pidió que dirigiera su tesis. Como todos los estudiantes que son asesorados por Cortina, Beatriz empezó a viajar a Alvarado para conocer a las comunidades y sus habitantes.

“Nunca me había subido a una lancha, todo fue nuevo para mí. Aprecié mucho la familiaridad con que la gente te trata, la confianza que te ofrecen por ser universitario. Responden así porque saben, por el trabajo que los investigadores y estudiantes han realizado.”

Beatriz comenzó formalmente su proyecto de tesis en febrero de 2013 y lo desarrolló a lo largo de un año. Como parte del mismo, diseñó y aplicó ocho sesiones de trabajo del taller “Ambientando la lectura: Humedales”, con actividades de educación ambiental y de lectoescritura para sensibilizar a los niños sobre los recursos del humedal.

En total participaron 13 niños, tres de Nacaste y 10 de Costa de San Juan, que además realizaron creaciones literarias pues “la intención fue motivarlos a leer a partir de sus propios escritos”. Sus historias dieron vida al cuadernillo de cuentos H-H-H. Heredando historias y humedales, del que se realizó una edición sencilla con 14 relatos en donde los personajes son pelícanos, nutrias, manatís, camarones, ranas, peces, águilas y pescadores, e interactúan entre lirios acuáticos, pantanos y árboles de mangle.

Además de lo anterior, la universitaria logró establecer dos centros de lectura: uno en Nacaste, en el Centro Cultural Ecológico de Educación Ambiental, y otro en Costa de San Juan, en la Escuela Primaria “México”. Para ello gestionó donaciones de libros, 200 aproximadamente para cada espacio.