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Año 13 • 558 • Abril 21 de 2014 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Coincidieron especialistas

Pobreza y desempleo, factores de inseguridad

El IIH-S fue sede del Coloquio Internacional Paradojas de la Seguridad Ciudadana en América Latina

Roberto Briceño y Jaime Zuluaga

Glauciria Mota

Arturo Alvarado

 

David Sandoval, José Luis Couttolenc y Paola Cortés

La Universidad Veracruzana, a través de las investigaciones desarrolladas por diversos cuerpos académicos, coadyuvan al intercambio de diagnósticos, modelos organizacionales y correctas prácticas de prevención de la violencia y el delito, aseguró la rectora Sara Ladrón de Guevara al inaugurar el coloquio internacional Paradojas de la Seguridad Ciudadana en América Latina, el 7 abril en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI).

El encuentro, que continuó el 8 y 9 de abril, fue organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) y la Coordinación Universitaria de Observatorios (CUO), el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y el Grupo de Investigación sobre Violencia y Ciudadanía de la Universidad Federal de Río Grande del Sur de Brasil.

En la inauguración, Juan Ortiz Escamilla, director del IIH-S, recalcó que discutir el tema de la inseguridad es una prioridad para los investigadores: “Las reflexiones que aquí se hagan serán de la mayor importancia para conocer, comprender y plantear alternativas de solución a los problemas que se viven en América Latina”, apuntó.

José Tavares Dos Santos, coordinador del grupo de trabajo “Paradojas de la seguridad ciudadana en América Latina”, mencionó: “Nos parece que este tema es de fundamental importancia por las cuestiones sociales que conlleva, como la inseguridad y los fenómenos del crimen organizado transnacional, la crisis de expectativas en los jóvenes”.

Condiciones de pobreza elevan criminalidad
Las condiciones de pobreza y desempleo en AL incrementan la criminalidad y la violencia, aseguró Roberto Briceño León, investigador del Laboratorio de Ciencias Sociales del Observatorio Venezolano de la Violencia.

Expuso que hay países, pobres y ricos, en donde la tasa de criminalidad está por abajo de .05 por ciento por cada 100 mil habitantes, como en los casos de Inglaterra, Japón y Malasia, mientras que en otros lugares se registra un promedio de 50 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo que representa 100 veces más el número de crímenes entre un país y otro.

Precisó que en los lugares con bajo índice de criminalidad, la explicación o causa tiene que ser individual; en tanto que en los países con un alto índice en homicidios las condiciones pueden ser la pobreza, el desempleo y el capitalismo.

Seguridad y militarización
En el coloquio también intervino Jaime Zuluaga Nieto, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia, quien abordó el tema “Captura del Estado y políticas de seguridad (el caso colombiano)”.

Mostró la paradoja de un país cuya política de seguridad ha sido en desmedro de la ciudadanía. A pesar de que ha definido que estas políticas están permeadas por una constitución fuertemente militarizada en las condiciones de convivencia y seguridad.

“Para el caso colombiano, la definición de las políticas de seguridad, el peso del conflicto armado y el narcotráfico es incuestionable. Ha mantenido mucha relevancia la permanencia de organizaciones criminales internacionales, tal como las organizaciones de narcotráfico, y además hay interacciones perversas entre las organizaciones criminales transnacionales, los movimientos insurgentes y las fuerzas armadas estatales, las fuerzas militares y de policía.”

Brasil, sin instrumentos para atender la violencia
Académicos brasileños que presentaron resultados de sus investigaciones en el coloquio, coincidieron en señalar una ausencia de política de seguridad pública nacional que permita reducir los índices de robos y homicidios en las principales ciudades.

José Luis Ratton, profesor de la Universidad Federal de Pernambuco, habló sobre la dinámica y evolución de los homicidios en las grandes ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro.

“La única capital con tasa inferior a 20 por ciento es Sao Paulo, las otras ciudades que son sedes del Mundial de Futbol tienen tasas superiores complejas y difíciles de manejar.” Eduardo Paes-Machado, investigador de la Universidad Federal de Bahía, presentó “El lado sombrío de la ruta. Estudios sobre la dinámica social de víctimas en rutas interprovinciales y no urbanas”.

Los robos de este tipo son mucho más complejos y secuenciados que los robos comunes, dijo, por cuatro razones: la necesidad de bloquear la ruta, ya que se trata de un blanco en movimiento; se tienen dos categorías distintas de víctima: el conductor y el pasajero; en tercer lugar se consideran las pertenencias que van en el maletero del vehículo, y finalmente el tipo de artículos que son robados.

César Barreira, académico de la Universidad Federal de Ceara, en su ponencia “Muertes violentas y escenarios urbanos: inseguridad, miedo y crueldad” planteó que cada vez se vuelve más complejo definir las prácticas violentas. Calificó como fundamental destacar que la violencia debe situarse dentro de una especificidad histórica, enmarcada en el hecho de que se refiere a las formas actuales de sus manifestaciones, provocando un cambio en el enfoque sociológico y configurando nuevas prácticas de sociabilidad.

Los jóvenes desconfían de la policía
Arturo Alvarado Mendoza, de El Colegio de México, expuso que en la mayoría de las ciudades latinoamericanas la relación de los jóvenes con los cuerpos policiales es de desconfianza y miedo Arturo Alvarado compartió un avance sobre un trabajo de investigación que realiza un grupo de especialistas en 10 ciudades de Brasil, Argentina, Colombia y Guatemala, donde uno de los tópicos analizados es la relación de los jóvenes con los policías (o a la inversa, los policías con los jóvenes).

Han encontrado, apuntó, que en varias ciudades los jóvenes de barrios populares confían más en los criminales del barrio que en la policía que patrulla los lugares. Esto, enfatizó, demuestra que si la policía es el primer contacto con una autoridad en la calle y es sistemáticamente agresiva y genera desconfianza, era de esperar que el proceso de socialización y relación joven-policía sea negativo, por lo tanto no se puede hablar de un proceso de socialización.

La segunda ponencia de esta mesa fue dictada por Glauciria Mota, de la Universidade Estadual do Ceará, Brasil, quien comentó que desde la administración del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva se impulsó un programa de capacitación y formación profesional de los cuerpos policiales, específicamente con una instrucción ciudadana y humanista.

Este nuevo modelo de formación para los policías brasileños, explicó, va de la mano con las academias de policías y las universidades, ya que se busca tener un impacto en la actuación, principalmente en velar por las garantías y libertades individuales.