El texto está basado en hechos reales |
El humor nos transforma: Felipe Rodríguez
Paola Cortés Pérez
El humor puede ayudar a transformarnos y a encontrar el sueño como colectivo nacional, expresó Felipe Rodríguez, actor, dramaturgo y autor del libro El país de las metrallas, presentado el 13 de mayo en el Auditorio “Fernando Torre Lapham” de la Unidad de Artes.
Como sociedad, enfatizó, “no tenemos un sueño claro; si les preguntamos a las generaciones actuales cómo se ven dentro de 20 años, no saben dar una respuesta, debemos pensar qué tipo de sociedad queremos ser”.
Respecto a El país de las metrallas, narró que fue un “proceso al revés”, mientras investigaba y recuperaba el trabajo de cabaret y teatro de revista musical en México, a fin de expresar en escena su inconformidad sobre los hechos de violencia que se registraban
en México.
En un inicio, explicó, eran originalmente sketches de crítica política, y añadió que el libro está conformado por tres textos: México sin cabeza, El penal y El país de las metrallas. |
Detalló que este último
está inspirado en el texto de
José F. Elizondo, El país de la metralla. El hilo conductor
es un fotógrafo ambulante
que muestra imágenes del acontecer nacional actual. En él aparecen 25 personajes,
que en escena son interpretados por tres actores y títeres.
“Suceden cosas disparatadas, locas y a veces ilógicas, como el hecho que el fotógrafo empiece a conversar con su cámara”, mencionó.
El segundo, El penal, está basado en una noticia real publicada en 2010, el caso de María del Socorro Gaspar Rivera, quien era directora del penal varonil El Llano, en Aguascalientes, y por las noches enfundada en un traje negro de cuero y con pasamontañas recorría las celdas de los
internos y elegía uno al azar
para torturarlo.
El personaje principal
es la dominatrix, que es la directora del penal quien acompañada de una adaptación musical de El rock de la cárce tortura a los presos.
Además cada escena es un monólogo de un caso real de justicia e injusticia, uno de ellos es el del “Señor Cardenali”, el de “La torta más caliente” o el de “Teresa Bond”, este último basado en el caso de las indígenas otomíes acusadas injustamente de secuestrar a agentes federales.
El último relato, México sin cabeza o La feria de las cabezas rodantes, es una fábula más oscura y grotesca; el personaje principal es un decapitador o maestro pozolero, pero al mismo tiempo hace alusión a que México ha sido decapitado por el crimen organizado.
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