Afirmó investigador
Avances tecnológicos obligan a repensar la educación
José Luis Couttolenc Soto
La actual revolución científica y tecnológica avanza a gran velocidad, lo cual hace que los saberes no queden constituidos
ni establecidos sobre una base segura, por lo que es necesario repensar la educación y dar a conocer las diferentes vías de acceso al conocimiento. |

Guillermo Garduño, especialista en planeación educativa |
Así lo afirmó el experto en temas de planeación educativa, Guillermo Garduño Velasco, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Campus Iztapalapa, durante la conferencia “Sistemas de gestión universitaria” que ofreció en el Coloquio Internacional de Cuerpos Académicos y Grupos de Investigación en Análisis Organizacional, organizado
por la Facultad de Contaduría
y Administración.
El también Doctor en Sociología por la UNAM se remontó al nacimiento de las universidades e indicó que la idea que les dio
origen ha ido avanzando con el tiempo para pasar del ámbito
de su estructura tradicional hacia nuevos planteamientos.
Apuntó que primero buscaron garantizar su pertinencia en donde el conocimiento y el saber pudieran ser discutidos, y fue hasta el siglo XIII de nuestra era, 200 años después de su aparición,
cuando se diseminaron por
el continente europeo y cuando el Papa Inocencio III reclamara
la intromisión necesaria en las universidades.
También se refirió al tema de la gestión universitaria en el tiempo, mencionó que la organización del conocimiento, en 1551, giraba en torno a la teología que posteriormente derivó en la composición de sus especialidades: Teología, Derecho, Medicina, Ingeniería, Arquitectura, Jurisprudencia, Teneduría de Libros y Agricultura.
Garduño Velasco, quien ha trabajado además en temas de educación militar, estrategias y organización militar y seguridad pública, señaló que la universidad en México se agrupa alrededor de la ciencia bajo los principios y ordenamientos del positivismo, por lo que recupera las diversas profesiones liberales –con exclusión de teología–, mismas que giran en torno a la creación de la Universidad Nacional de México, en 1910, y para 1929, bajo la presidencia de Emilio Portes Gil se le otorga el régimen de autónoma.
Siguiendo una
línea descriptiva de los
procesos de innovación del sistema universitario en México, expresó que los consejos universitarios aparecieron como órganos máximos de decisión con representantes del profesorado y alumnos, quienes eran los encargados de la reglamentación y aprobación de los planes y programas de estudio.
Se refirió a la creación de los sistemas de enseñanza abierta como una propuesta para hacer frente a la gran demanda de la población que no tuvo acceso, en su periodo escolar, a la universidad, basado en un modelo intradisciplinario en el que el maestro es básicamente un asesor que periódicamente se consulta,
y el alumno es el actor principal
de su aprendizaje.
“En cuanto a la tradición, somos una institución milenaria y una comunidad literaria, ése es nuestro orgullo, pero al mismo tiempo no podremos hacer uso de esa gran tradición sin renovarla, sin transformarla, sin ubicarla justamente en las posiciones y en las ideas del momento.”
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