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Año 13 • 574• Septiembre 22 de 2014 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

De Ciencias Agrícolas e Ingeniería Química

Estudiantes analizan calidad de suelo en La Gloria

El proyecto vincula a los universitarios con los productores y la industria cañera de esta comunidad, ubicada en el municipio de Úrsulo Galván

La DGV trabaja en establecer convenios de colaboración con cuatro ingenios más

"El reto es que hagamos un buen papel como Universidad": Teresita de Jesús May


El muestreo se tomó en cinco parcelas

Karina de la Paz Reyes

Estudiantes de las facultades de Ciencias Agrícolas e Ingeniería Química –con orientación de la profesora-investigadora Ariadna Escalante– desarrollan un estudio sobre la calidad del suelo en los predios de influencia del ingenio de azúcar ubicado en la comunidad La Gloria, municipio de Úrsulo Galván, con el propósito de conocer el desarrollo del cultivo de caña, así como establecer criterios de manejo del mismo.

El título del proyecto es "Evaluación, fertilidad y contaminación de suelos en la nutrición de caña de azúcar
en un predio de influencia del ingenio La Gloria, y evaluación de contaminantes en jugos de caña y azúcar del ingenio", y lo impulsa el Departamento de Vinculación Comunitaria (DVC), adscrito a la Dirección General de Vinculación (DGV).

Veracruz, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, produce 16 millones 99 mil 835 toneladas de caña de azúcar, lo que equivale a 33 por ciento del total nacional. Estas cifras colocan a la entidad en primer lugar de las 15 que se dedican a dicha agroindustria (http://bit.ly/1jumsbU).

En lo que se refiere al Ingenio La Gloria, en 2013 registró un millón 792 mil 216.16 toneladas de caña molida, 108.5 toneladas de esta planta por hectárea, 172 días efectivos de molienda y 210 mil 959 toneladas de azúcar, según consigna el portal de la industria azucarera www.zafranet.com (http://bit.ly/1i1EDu9).

Víctor Cruz González, jefe del DVC, comentó que "la idea general de los procesos es establecer vínculos entre la docencia, el sector comunitario y la industria."

Añadió que este proyecto, además de dar una respuesta a nivel social, permite establecer una posibilidad de evaluar la pertinencia del trabajo que hacen los estudiantes y docentes en las aulas, llevándolos a un contexto real.

Ariadna Escalante, académica de Ciencias Agrícolas, explicó que el proyecto está centrado en la validación de un diagnóstico de campo a nivel de fertilidad de suelos, nutrición vegetal, evaluación de tierras y contaminación
(aspecto poco manejado en este tipo de estudios).

Comentó que es habitual que se utilicen diferentes estrategias para que la caña produzca, más allá de la fertilización química, como el abonado y el uso de lodos residuales, entre otros componentes. De ahí la importancia de conocer el desarrollo del cultivo y establecer criterios para su manejo.

En abril de este año, 50 estudiantes realizaron el diagnóstico de campo y el muestreo de los materiales en alrededor de 13.5 hectáreas (divididas en cinco parcelas demostrativas). A la fecha están por iniciar la fase de análisis químico, a cargo de la profesora y coordinadora del Laboratorio de Suelos de la Facultad de Ciencias Agrícolas, Teresita de Jesús May Mora, quien explicó que el trabajo en laboratorio tomará tres meses (o más), pues se realizarán alrededor de 15 pruebas y cada una requiere de reactivos específicos.

Ariadna Escalante

"El reto es que hagamos un buen papel como Universidad ante nuestros chicos que están aprendiendo y ante las personas que nos están dando la oportunidad de trabajar con ellos."

La tercera fase del proyecto serán las conclusiones y propuestas, cuyo texto será escrito de manera entendible para toda persona, no sólo para científicos.

Que la experiencia se repita: estudiantes Algunos de los estudiantes que participaron en la primera fase de este proyecto compartieron la importancia de haber puesto en práctica lo aprendido en clase. Fue tal el interés que le tomaron al tema, que hay quien incluso se perfila para realizar el trabajo recepcional sobre el análisis de suelos, como Jorge Islas Bravo.

El estudiante de Ingeniería Ambiental, adscrita a la Facultad de Ingeniería Química, compartió: "La oportunidad que nos dio la maestra de hacer una práctica de campo fue invaluable. Fueron demasiadas horas de sol y de escarbar", dijo.

Explicó que una de las parcelas donde le correspondió trabajar está fertilizada con aguas residuales (vinaza) y le resultó más que interesante tomar esa muestra, conforme a la norma oficial que corresponde. También participó en la hechura de una calicata (fosa) para ver cuál es el perfil del suelo en función de los horizontes.

"Eso es invaluable, porque definitivamente en ningún libro y probablemente en ningún laboratorio de la Facultad lo hubiéramos visto."

María del Carmen Ortiz Hernández, oriunda de Plan de Arroyos, municipio de Atzalan, y proveniente de una familia cafetalera, comentó que en la Licenciatura en Agronomía se aprenden muchas normas y reglas, "pero no es lo mismo que te las digan, a que tú salgas a campo y las apliques". Por ello sugirió que se desarrollen más proyectos de
esta naturaleza.

Añadió que en clase aprenden las ideas teóricas de lo que es enanismo y raquitismo vegetal, así como el estrés hídrico, pero al salir a campo –una vez egresados de la carrera– en muchas ocasiones no saben identificar tal o cual situación.

"Salir a campo es algo indispensable. Cuando llegamos dije 'esa planta, según me explicó la maestra, tiene enanismo vegetal; aquella tiene deficiencias de fósforo'. Ahí apliqué lo que aprendí en la experiencia educativa Fertilidad de Suelos y Nutrición Mineral. Algo indispensable".

María del Carmen también aplicó en campo lo aprendido en la experiencia educativa Evaluación de Tierra.

"Para mí fue satisfactorio, porque entonces lo que estoy aprendiendo está bien y cuando salga a campo y tenga que enfrentarme al productor, voy a poder ayudarlo."

En tanto Erick Solano Hernández participó en calidad de estudiante de la experiencia educativa Evaluación de Tierra, también de Agronomía. "El interés principal es por salir a prácticas, era una ilusión, principalmente por aprender. No es lo mismo que vaya a Tlaltetela –de donde es oriundo– y me ponga a practicar con los apuntes, a ir con la doctora Ariadna y que me vaya guiando", dijo.

Luz Antonio Barradas Sosa, de San Pablo Coapan, municipio de Naolinco; Fernanda Isamar Garrido Garrido, de Laguna de Farfán, municipio de Juchique de Ferrer; Ariadna Quirós, de Xalapa, y Luis Enrique Escribano Ramírez, de Ángel R. Cabada, también compartieron lo interesante que les resultó participar en este proyecto.

"En otra experiencia educativa hice un perfil de suelos, pero hacerlo nuevamente en un lugar muy diferente fue para mí una experiencia más. Vi otras cosas. Por eso me gustaría que hubiera más proyectos de éstos", compartió Luis Enrique.

Vinculación con la industria azucarera Julio César Sánchez Hernández, de la DGV, destacó que con estas actividades la Universidad responde a su misión de contribuir al desarrollo de la sociedad, a través de la vinculación.

"Cuesta trabajo, tenemos que vincular la parte social con la académica, a veces los tiempos no son los mismos. Hay ciertas confrontaciones con los tiempos y los recursos que se necesitan, pero si los resultados son positivos, nos sentimos con la moral en alto, con una ética profesional que nos permite seguir luchando por realizar estas actividades."

En tanto, Octavio Fuente Pochat, coordinador del programa de vinculación con los ingenios azucareros, explicó que a partir de 2010 la DGV tiene relación con esta industria.

En el caso particular del ingenio La Gloria, la alianza consistía en que estudiantes del Área Académica de Ciencias de la Salud que prestan su servicio social en la Brigada de Cempoala, brindaban servicios a la población ubicada alrededor (odontológico, de enfermería, entre otros); pero con este proyecto que estudia la calidad del suelo, se amplió la relación y sobre todo la participación de más entidades académicas.

El equipo con personal de la DGV

"Actualmente nuestro compromiso es desligar un poco el trabajo que realizan esas brigadas, pues ya hay una asignación y un programa establecido; además se pretende dar la oportunidad a todas las facultades de las cinco áreas académicas y los cinco campus universitarios para que puedan llevar a cabo prácticas en campo."

Adelantó que trabajan en formalizar convenios con cuatro ingenios más: Constancia, ubicado en el municipio de Tezonapa; La Margarita, ubicado en Oaxaca; El Modelo, de Cardel, y Central Progreso, de Paso del Macho.
"Es un trabajo en el que todos salimos beneficiados: por un lado se están atendiendo las necesidades de los ingenios; por otro, las de estudiantes y académicos, y se les provee a los ejidatarios de información", concluyó.


50 alumnos realizaron el diagnóstico